Colón es mucho más que termas. Y sorprender a cada paso. Un camino suave que dibuja curvas y contra curvas dentro de un mar de palmeras es parte del paisaje que abraza el camino que debe seguirse para conocer el corazón del Parque Nacional El Palmar en Colón, Entre Ríos. Es una de las áreas protegidas más pequeñas de la Argentina; sin embargo, late en cada rincón porque convoca a turistas, curiosos y científicos de todas partes que desean saber de qué se trata esta ecoregión del Espinal que puebla las 8500 hectáreas llenas de palmeras Butia Yatay.
Caminando, en auto o bici, es posible recorrer sus senderos con miradores de donde se admira un paisaje pleno. Hay playa de arenas amarillas, aguas transparentes, ríos y riachos internos con alfombras blancas, bosques en galería y hasta ruinas arqueológicas de cuando se asentaron los jesuitas hacia el año 1600, con senderos señalizados que son sencillos de recorrer.
Unas cien mil almas tienen la misma idea cada año de conocerlo. Y recorren parte de los doce kilómetros que unen la Ruta Nacional 14 en el km 198 hasta la costa del río donde se encuentra la oficina de informes de Guardaparques y el centro de servicios de uso público que lo sorprenderá por la zona de acampe, mesas de madera y bancos de troncos bajo un monte añejo de árboles junto al lecho de agua. Acá reina la tranquilidad, como si el tiempo fuese más lento.
Además de restaurante gigante y sanitarios súper completos (hasta se puede dar una ducha refrescante), es un Parque Nacional que disfrutan tanto los turistas como los locales porque es el último reducto de esta especie de palmeras. Naturaleza en estado puro, conservación y descanso en un área privilegiada, de fácil acceso, se convierte en una experiencia única. Y a $7000 por persona la entrada general.
Pasaporte entrerriano
«Naturalmente distintas». Ese es el lema de las Termas de Colón. Quizás lo más paradigmático para quien no haya escuchado mucho este lugar. El complejo cuenta con un amplio parque, juegos acuáticos y espacios verdes con árboles nativos que albergan numerosas especies de aves. Todo frente al Río Uruguay. Entrada general: 14.000.
La provincia de Entre Ríos combina en todo su territorio propuestas de termas, turismo rural, playas de arenas blancas, historia de los gauchos judíos, colonias de los alemanes del Volga que forjaron con su cultura del trabajo la riqueza de este suelo y su proximidad con las ciudades más pobladas del país la convierte en una opción para todo el año. Este verano ofrece 23 alternativas de carnaval que acaba de comenzar el sábado 4 de enero y que se disfrutan todos los fines de semana hasta marzo.
A estar atentos: “Entre Ríos tiene preparadas grandes sorpresas y buenas propuestas para todo el turismo”, asegura el secretario de Turismo de la provincia, Jorge Satto. “Siempre se ha caracterizado por tener un sector privado muy activo con ofertas y esquemas de comercialización inteligentes y en esta interacción público– privado se generó un nuevo producto». Se trata del pasaporte entrerriano con el que se accede a descuentos y beneficios desde un kiosco o farmacia hasta una gomería,un hotel, restaurantes y todas las actividades relacionadas con el turismo. Es virtual y se obtiene en www.entrerios.tur.ar.
Colón, termas, molinos y granjas
Volviendo a Colón, además del Parque Nacional El Palmar, donde también hay opción de astroturismo, se desarrolla un paseo a la Isla de Hornos adinde realizan viajes varios prestadores náuticos que rondan entre ida y vuelta los 10 mil pesos por persona. La entrada a la isla es de 4000 para mayores y de 2000 para menores.
Otra de las visitas imperdibles es la del Molino Forclaz, que representa el trabajo, esfuerzo y tesón de los inmigrantes que poblaron este territorio y el país. La entrada es de dos mil pesos y los menores de 10 años ingresan gratis.
Para los que buscan actividades con más adrenalina, la propuesta de Molino Aventura ofrece un Parque aéreo con tirolesa, puentes colgantes, entre otros y una entrada promedio de 10 mil pesos.
En familia también se puede visitar (gratis) La Administración, una granja educativa donde sólo se abona lo que uno consume como picadas de campo, dulce de leche artesanal, todos los productos de granja.
Un imperdible es la Bodega Vulliez. Representa la movida de la vitivinicultura en Entre Ríos desde sus comienzos a mediados del siglo XIX, y que tiene visitas guiadas todos los días desde las 11 por 3000 pesos.
El corredor del río Uruguay con sus aguas cristalinas y sus arenas blancas tiene su anclaje en Colón, que ostenta varios kilómetros de playas, con la hilera de balnearios de agua dulce más importantes del país. Totalmente gratuitos, al igual que el estacionamiento.
Este verano donde lo más barato son los sueldos, en suelo entrerriano hay opciones para todos los presupuestos. Desde parrilla libre por 18 mil pesos a la típica milanesa con fritas más bebida a 14 mil.
En cuanto a hospedajes es muy común disfrutar del descanso entrerriano en las bungalows y cabañas que tienen un costo promedio de 23 mil pesos la noche por persona, mientras que las casas cuestan 20 mil y los hoteles van de 30 mil a los 60 mil pesos por persona, según confirmaron desde la Dirección de Turismo de Colón. Historia, naturaleza, gastronomía… ¿acaso se necesita mucho más para pasar un buen descanso? «
Urquiza y el turismo histórico
Fue en Concepción del Uruguay donde se produjo a mitad del siglo XIX el pronunciamiento de Urquiza contra Rosas, para después librar la Batalla de Casero el 3 de febrero de 1852, que culminó con la sanción de la Constitución Nacional el 1 de mayo de 1853.
“Todo eso está vivo, el Palacio San José en el departamento de Concepción del Uruguay y tantos otros lugares que hay para recorrer ligados con la historia de la institucionalización de nuestro país. Y se podría recordar lo que fue la gesta de haber convocado a Urquiza a Sarmiento, al Palacio San José, siendo Sarmiento presidente de la República y un declarado enemigo de Urquiza. Pero Urquiza recibió con honores a Sarmiento, que se movilizó por agua, llegó hasta el puerto de Concepción, luego en carruajes hasta el Palacio San José, unos 20 kilómetros, donde fue esperado con un camino de pétalos de rosas rojas y para su mayor sorpresa, y sacarlo de esa idea que él creía que eran ‘indios’ en Entre Ríos, en su habitación tuvo una canilla de agua corriente, lo cual para la época significó algo increíble. Esto fue en 1870. Pocos meses después, Urquiza fue asesinado en el mismo palacio por parte de sus ejércitos que vieron en él un traidor porque justamente Urquiza lo que hacía siempre era hablar con el adversario para lograr unir a los argentinos”.