Luego de la movilización de ayer frente al INCAA y de la represión y detención de tres manifestantes por parte de la policía de la Ciudad, los principales colectivos de directores, trabajadores y estudiantes de cine continúan en alerta, a la espera de que se oficialice el cambio de gestión. Tal lo que se desprende de las declaraciones que el ministro de Cultura Tristán Bauer hiciera en las últimas horas, la salida de Luis Puenzo como presidente del instituto sería inminente.
“Tenemos el compromiso del ministro de cultura de que va a haber cambios profundos en el INCAA, y entendemos que eso implica que Luis Puenzo se vaya. Si eso no ocurre en las próximas horas, volveremos a la manifestarnos”, expresa Francisco Marquez del Colectivo de Cineastas. “En los hechos, a Puenzo ya nadie lo considera un presidente legítimo, desde las asociaciones más grandes como CAIC (Cámara Argentina de la Industria Cinematográfica), hasta las asociaciones de directores y directoras, de técnicos, trabajadores del INCAA y estudiantes”.
-¿Qué es lo que se espera desde el sector una vez se resuelva el tema de las autoridades del INCAA?
– No estamos pidiendo sólo un cambio de nombre, sino un cambio de orientación de las políticas del INCAA, y ese cambio incluye a todos los y las cineastas, desde directores, productores, técnicos sentados en la mesa para establecer los lineamientos a favor de un cine diverso y federal, que contemple todas las formas de producción que hay en el cine nacional, no solamente vinculadas a las plataformas. La Ley de cine establece un organismo de cogobierno que es el Consejo Asesor, con representantes de toda la industria y de todas las provincias, y Puenzo no lo estaba convocando. Por eso decimos que tiene una manera muy autoritaria de manejarse.
-¿Cuáles son las cuestiones más urgentes?
-Una es la caducidad del fondo de fomento, es decir, que los fondos destinados a la industria cinematográfica se acabarían a fin de año, ya que en 2017 se votó una ley que determina que los impuestos destinados al cine y a sostener el instituto de teatro, las bibliotecas populares, la música, dejan de existir en diciembre. Como siempre se intenta confundir a la gente, es importante aclarar que esos ingresos provienen del propio movimiento que genera el sector económicamente. Es decir, el fondo de fomento se alimenta del 50% del IVA que se paga por cada entrada de cine, por lo cual, nosotros producimos películas, éstas se exhiben, se venden entradas y de ahí se recauda para mantener la estructura del INCAA, las escuelas de cine, fomentar los espacios de producción y exhibición, etcétera. Otro porcentaje del presupuesto proviene del ENACOM, teniendo en cuenta lo que se usufructúa de material audiovisual. La gestión de Luis Puenzo no ha hecho absolutamente nada para preservar los fondos que sustentan el organismo que él dirige. Fuimos nosotros quienes transitamos los pasillos del Congreso, de forma real o virtual durante la pandemia, hablando con cada diputada y diputado. Por eso llama la atención que ahora Puenzo esté tan activo en las radios, cuando antes de todo esto no fue a ningún programa para hablar de este tema.
-Otro reclamo tiene que ver con los subsidios del Instituto, ¿cómo se están manejando?
– Todas las políticas de Puenzo en el INCAA tendieron a que el Estado se retire de las producciones que no cuentan con un capital privado grande. Es decir que lo que está en juego acá es que solamente puedan filmar, apoyados por el estado, aquellos que también tengan el respaldo de las plataformas y de las corporaciones. Hay cuestiones vinculadas al trabajo, porque hay muchos rubros que el cine mueve como industria: catering, transporte, no sólo directores, actores y productores. Y también la soberanía audiovisual, que es central: ¿quién va a contar las historias que transcurren en nuestro país? ¿Las corporaciones? ¿Los guiones que aprueben Netflix, Amazon o Disney, o vamos a ser los propios argentinos y argentinas con nuestras productoras y cineastas independientes que puedan llevara adelante esos relatos? Ya veníamos diciéndole a Puenzo que había que ir por más, desconcentrar la producción cinematográfica del AMBA y aprovechar las escuelas de cine que se abrieron, para federalizar la producción, generar espacios de distribución y exhibición. Es decir; lo que había que hacer era en el sentido inverso a lo que se está haciendo. Por eso la preocupación es total. Si se cae la autarquía del INCAA y se depende del presupuesto que quiera asignarle el gobierno de turno, en un momento donde estamos bajo la lupa del FMI, la situación es grave.
-También se denuncia que sigue vigente el plan de fomento de Macri
-El plan de fomento son las reglas del juego que se plantean para que una película argentina pueda aspirar a contar con el apoyo del INCAA. Durante el macrismo se cambió ese plan y se endurecieron los requisitos para que una productora pueda acceder a los fondos públicos. Nosotros siempre fuimos muy críticos de esos cambios, y esta gestión viene prometiendo desde el día uno que los modificaría, pero nunca lo hizo. De hecho, lo que desató el conflicto es que esta gestión intentó impulsar un decreto que estable que el INCAA no reconozca el 100% de los costos de una película. Eso implica que una realización requiera de un gran aporte de capital privado para poder llevarse a cabo. Además, la Ley de cine establece que el 50% de los fondos del INCAA tiene que destinarse a la producción y el otro 50% a las escuelas, a los trabajadores del instituto, a la conservación, etc. Ahora, este decreto contempla solamente un máximo del 50%, pero no un mínimo para la producción, por lo cual se abriría la puerta de que sólo se destine un 20%, o un 5% o lo que el INCAA determine.
-¿En qué está el decreto hoy?
-Nosotros nos enteramos de que Puenzo tenía el decreto en la gatera y logramos frenar lo que sería casi una sentencia de muerte para el cine. Él salió a decir que nosotros “lo robamos” pero no, se filtró y lo que sucedió es que él estaba planeando hacerlo firmar discrecionalmente, entre gallos y medianoche, sin convocar al Consejo Asesor.
-¿Y qué sucede con la políticas de concurso y de festivales?
-El INCAA establece, además de los mecanismos permanentes de apoyo al cine, concursos como, por ejemplo, de ópera prima. Con este sistema de puntaje es muy difícil hacer una primera película sin no tenés el apoyo de un productor muy grande. Para eso están este tipo de concursos, son muy importantes porque les permiten a las nuevas generaciones acceder al fomento cinematográfico. O el concurso de historias breves, hay que pensar que de ahí surgieron, por ejemplo, Lucrecia Martel o Adrián Caetano. Claramente eso no le importa a Puenzo, a él le interesa otro tipo de cine, que está bien que exista, pero lo que hay que fomentar es una cultura diversa y federal.
-Otro tema que está en la agenda es la cuota de pantalla
-Lo que ocurre es que hay una gran concentración en las pantallas. Las películas que acceden a las salas son las de las grandes productoras norteamericanas. Las películas argentinas quedan subsumidas a pelear por un pequeño espacio en el Gaumont, que es un cine de capital, por una o dos semanas, o por un espacio en la red de espacios INCAA que Puenzo ha atacado sistemáticamente. No hay una política de distribución y exhibición que era lo que él supuestamente venía a impulsar. La cuota de pantalla establecida hace unos años hoy quedó muy baja para el nivel de producción actual. Encima, Puenzo quería que muchas de las películas argentinas, sobre todo las independientes, no se estrenen en sala sino directamente en la plataforma CINEar. Cuando enumero no me dejo de impresionar, pareciera que quien está en ese puesto es un enemigo, y es sorprendente porque se supone que es un colega. Parece que Puenzo escuchó a Macri, todo lo que quería hacer (Ralph) Haiek en la gestión de Macri lo está haciendo él.
Por su parte, Fernando Krichmar de DOCA – Documentalistas Argentinos, denuncia la subejecución presupuestaria en el Instituto. “En el anterior Consejo Asesor del INCAA fui delegado por los directores, y ahora lo es un compañero de DOCA, Juan Mascaró (uno de los detenidos de ayer, N. de R). Esta gestión repitió la doble práctica que el macrismo había instalado, que consta, por un lado, en subejecutar el presupuesto del instituto. Es decir, el 50% de lo que llega a través de los impuestos específicos, que de hecho son recursos que pueden caducar en diciembre de 2022, no se destina, como dice la Ley de cine, a la producción. Y además y fundamentalmente, se ocultan los números y detalles del gasto al Consejo Asesor y a la Asamblea Federal, que según la misma ley son los que deben aprobar o desaprobar el presupuesto y el balance. Desde el macrismo, no pasaron esos presuspuestos y eso siguió hasta nuestros días con Puenzo. Una práctica sistemática de ocultar los números, incluso con el mismo gerente de administración de la gestión anterior, por lo cual los cineastas no sabemos exactamente en qué se está gastando el dinero del INCAA, ni aún estando representados por el Consejo y la Asamablea, organismos legales de cogobierno y control”.