El vacío que la oposición dejó en la Asamblea Legislativa no sorprendió a Javier Milei, pero condicionó su discurso ante la segunda apertura de sesiones ordinarias del Congreso que le tocó inaugurar. A pesar de los esfuerzos comunicacionales, los huecos se notaron mucho, porque faltó la mitad de los 329 legisladores del Congreso. «Tienen una chance de participar», dijo el presidente cuando estaba en el tramo final de su alocución, cuando deslizó una invitación para que lo apoyen en las iniciativas que enviará al parlamento, entre ellas, el nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional. «Si fueran a declinarla, francamente no me sorprendería, porque entre elegir entre ustedes y los argentinos, siempre eligen sobre ustedes. Especialmente los que no vinieron. Ni que hablar con el sector de la política que está tan rancio y enemistado con la razón, que no se animan a bajar al recinto a escuchar un discurso de apertura de sesiones», sentenció Milei para confirmar que el éxodo de opositores había calado hondo en la narrativa del Gobierno para este nuevo round ante el Congreso.
La notable ausencia de los legisladores no dejó en off side al Gobierno, pero confirmó que es una estrategia eficiente para un presidente que, en el transcurso de su alocución, requería pedir apoyo a los mismos legisladores que viene cuestionando con furia. Tal como se lo viene reclamando el Fondo Monetario Internacional, Milei anticipó que enviará al Congreso el texto del nuevo acuerdo que está por firmar. Todo un plazo fijo para un parlamento que lo mira de reojo y que podría retacearle un apoyo determinante, especialmente después de transitar el segundo año de gestión libertaria sin un presupuesto.
La novedad sobre el acuerdo con el Fondo anticipa que la soga se le acorta al presidente, pero su flexibilidad depende de la relación que mantenga con su par en los Estados Unidos, Donald Trump. Sin embargo, llegaron pésimas noticias a Buenos Aires pocos minutos antes del arranque del discurso presidencial. La cadena CNN en Español transmitió una entrevista a Mauricio Claver Carone, designado por Trump como «enviado especial del Departamento de Estado para América Latina». En la primera presidencia trumpista fue director del Consejo de Seguridad Nacional y después presidió el Banco Interamericano de Desarrollo, hasta que fue despedido deshonrosamente por contratar a su pareja con fondos del organismo. Claver Carone es el republicano más crítico de Javier Milei y este sábado liberó sus cuestionamientos sobre un tema muy sensible para el gobierno libertario. El funcionario habló sobre la criptoestafa y anticipó que es realmente un problema para la relación bilateral entre Washington y Buenos Aires.
«Es complicado por el hecho de que hubo víctimas, hubo personas defraudadas americanas. Hubo cientos, sino miles de americanas y americanos que perdieron millones de dólares dentro de lo que se proporcionó y (están involucrados) algunos de los asesores del presidente. En ese sentido, fueron algunos también norteamericanos. Así que yo creo que habrán temas judiciales. He visto que el presidente Milei obviamente ha anunciado su propia investigación. Creo que es apropiada, creo que va a haber temas de investigación judicial, por lo cual es un tema complejo», advirtió el funcionario en un tono que va muy a contramano de las aspiraciones que Milei deslizó ante la Asamblea Legislativa.
«Vengan ahora a hablar de estafa piramidal», leyó Milei en un tramo de su discurso. Fue la única mención que hizo sobre el criptoescándalo, pero lo comparó con los U$S 110 mil millones que acusa a la «política» de haberle robado a los argentinos. El mensaje negador del presidente retumbó en la Asamblea Legislativa, pero tiene patas muy cortas y el encargado de demostrar lo contrario fue el funcionario especial de Trump. El mismo que sigue culpando en su intimidad a Guillermo Francos de haberle hecho una operación para sacarlo del BID. En ese momento el actual ministro coordinador era el representante argentino en el Banco que conducía Claver Carone. Desde entonces es el principal crítico de los republicanos contra Milei y sólo se contiene por pedido de Trump.
Sus declaraciones sugieren un dato preocupante para la Casa Rosada. Parece que estará por encima del secretario de Estado, Marco Rubio, en la relación con Argentina y eso implica un obstáculo muy delicado para el gobierno libertario. El funcionario vaticinó que habrá «algún tipo de acuerdo que pueda proporcionar más inversiones» para la Argentina pero no confirmó la aspiración de Milei para cerrar un Tratado de Libre Comercio.
Para Claver Carone, la criptoestafa es mucho más importante para Washington de lo que parece. En Buenos Aires minimizan el caso con la misma vehemencia que repartió Milei ante la Asamblea Legislativa, aunque saben que dentro del FBI avanza una pesquisa que podría transformarse en un dolor de cabeza, justo en pleno año electoral. La Oficina Federal de Investigaciones depende del Departamento de Justicia. Sus funcionarios no han hablado y sólo deslizan señales a cuenta gotas sobre sus implicancias. Claver Carone rompíó ese silencio, y así como hace seis años recomendó no respaldar a Mauricio Macri para que el FMI le otorgara un crédito extraordinario de 55.000 millones de dólares, ahora mete el dedo en una llaga abierta, justo cuando Milei está empeñado en esconderla.