Ciro, casi una década atrás, allá por el 2009 se presentaba en el mismo estadio a modo de despedida de lo que fue la era dorada para una banda como Los Piojos. Ante una convocatoria multitudinaria de fanáticos de todas las edades y familias enteras, el Monumental fue una verdadera fiesta, teñida de emociones y reencuentros con viejos compañeros de ruta que despertaron la nostalgia y el recuerdo de aquellos años gloriosos junto a Los Piojos, que parecían estar más vivos que nunca en el corazón del público.
Con un cielo que parecía un paño azulado lleno de estrellas, y un clima de verano, mientras el campo- sin vallas vip- se iba llenando lentamente, dos batucadas animaban la noche en cada uno de los costados del estadio y así en un clima festivo se preparaba el banquete para que por fin llegando a las 22, cuando las luces se apagaran, el estadio estalle al ritmo de “Banda de Garage” el tema con que se dio inicio a este gran show. Luego le siguió el clásico de Los Piojos “Desde Lejos No Se Ve” y la euforia desatada ya era imparable.
Banderas flameando alrededor de la pasarela que se prolongaba desde el escenario, alguna que otra bengala encendida rápidamente extinguida, y la arenga permanente, le dieron ese toque mágico de ritual tan característico de nuestro rock nacional, algo de lo que no vemos tan frecuentemente por estos días. Sobre el escenario un enorme y colorido elefante inflable sobresalía con su larga trompa. Invitados de lujo, viejos camaradas de escenario y ex integrantes de Los Piojos se reunieron nuevamente a lo largo de la noche: el tecladista Chuky de Ipola quien tocó junto a Ciro en el tema “Luz de Marfil”, el baterista Daniel Buira (La Chilinga) tocando el bongó en el tema “Ando Ganas” y el bajista Miguel Ángel ‘Micky’ Rodriguez cantando a dúo el clásico tema “Tan solo”.
Toda una revelación fue la presencia del pequeño y carismático Alejandro Ciro Martínez, hijo de Ciro, quien cantó junto a su padre en el tema “Pistolas” ganándose todos los aplausos y demostrando que los genes de artista están comenzando a dar sus primeros pasos. En los coros, Julieta Rada, hija de Rubén Rada también tuvo su despliegue escénico cautivando con su voz potente y cantando a dúo.
Un momento singular se dio con la presencia de Alejandro Belloso, un fanático que nueve años atrás sobre el mismo escenario en el show de Los Piojos leyó una carta que le había enviado a la banda y que nuevamente ante los miles y miles presentes otra vez se paraba en el escenario a contar la historia y al despedirse refiriéndose a Ciro dijo: “El único músico argentino que con dos proyectos llegó a River Plate”.
Fue de la mano de La Chilinga y a ritmo de los tambores cuando sonó y como no podía faltar, el tema “Verano del 92”. Más tarde se sumaría “Como Alí” dejando impregnada en el aire esa estela piojosa a puro baile y a puro ritual. No faltaron los agradecimientos y con emoción Ciro se refirió a que pese a la crisis actual, el público había hecho un esfuerzo pagando una entrada y envió un saludo a todos aquellos que estaban viendo el concierto vía internet.
Treinta y dos temas sonaron en tres horas de show, un extenso recorrido por la carrera de este músico multifacético que a lo largo de los años fue sumando clásicos que ya son historia en nuestro nutrido rock nacional.