Si un film debe conquistar la Palma de Oro por su estilo, su mensaje y su actualidad, entonces la del 70º Aniversario debería recaer absolutamente en Aus dem Nichts (Fuera de la nada) del hamburgués de origen turco Fatih Akin que trata con profundo sentimiento y convicción la historia de una mujer a la que un atentado nazi le roba su familia sin que la justicia pueda castigar a los culpables.
Al otro lado del espectro emotivo se halla el otro film del concurso de la décima y penúltima jornada, el sofisticado y elegante Lamant double de Francois Ozon, con una historia de gran erotismo que puede también convencer al presidente del jurado, Pedro Almodóvar.
Fuera de la nada es junto al francés 120 latidos por minuto, el ruso Desamor, el irlandés La muerte de un ciervo sagrado y el japonés Hikari de lo mejor que se ha visto en este festival pero de alguna manera los supera a todos por la gran actualidad de su mensaje, que es el de la dificultad de lograr justicia en una sociedad que se está desbarrancando inexorablemente en el racismo y la intolerancia y la imposibilidad de luchar con armas legales a grupos que se colocan al margen de la legalidad.
Katja Sekerci (la actriz alemana poliglota Diane Ktuger que raramente se expresa en cine en su propio idioma) vive feliz con su marido turco y su hijo de seis años hasta que una bomba le arrebata la felicidad.
Debido al pasado del hombre de traficante de droga, la policía cree que se trata de un ajuste de cuentas entre la mafia turca y la kurda pero Katja está segura de la inocencia de su marido y ve una matriz nazi en el atentado pero nadie le cree.
Cuando a punto de suicidarse, la policía le da la razón arrestando a una pareja filonazi, Katja renace a la vida y confía en que se haga finalmente justicia pero una vez más su deseo se verá frustrado cuando el juez dictaminará que no hay pruebas suficientes. Y a Katja no le queda otro remedio que hacerse justicia por sus propios medios.
Pero Fuera de la nada no es un film de venganza privada como las que el cine ha narrado infinidad de veces. Akin, autor también del guión original, va más allá y en una reflexión de último momento de la protagonista encontrará un justo final.
Ozon es uno de los directores más imprevisibles del cine francés pero a pesar de ellos es el menos amado por la crítica de su país. Ozon puede describir el dolor por la muerte de un ser querido en Sous la plage, puede hacer un ejercicio de estilo realmente inventivo como en Dans la maison o puede confeccionar un objeto de pura elegancia y refinamiento como en este Lamant double donde una mujer cree tener una doble relación con su marido que ama y su hermano gemelo idéntico que la satisface sexualmente con sus juegos sadomasoquistas.
Interpretado por Marine Vacth, que Ozon lanzara aquí en Cannes en 2015 con Jeune et Jolie, y por el belga Jérémie Renier, descubierto por los hermanos Dardenne, en un doble papel, y en un cameo por una rediviva Jacqueline Bisset, el film se pasea con la cámara de Manu Dacosse por ambientes de lujo que agregan aún más belleza escénica a una confección patinada de revista de moda.
Y cuando falta solo por proyectar mañana el último film en concurso aparecen ya los primeros premios, los de la Semana de la Crítica, reservado a primeras y segundas obras, con dos galardones para el único representante del cine brasileño en Cannes, Gabriel e a montanha de Fellipe Gamarano Barbosa, el de Revelación de la emisora France 4 y el de la Fundación GAN para el distribuidor francés de la película, asignados por un jurado presidido por su compatriota, el cineasta Kleber Mendonca Filho.