La Memoria también es Ciencia. Esta frase puede englobar desde las ciencias sociales hasta la antropología forense o los datos genéticos. Pero sucede que así como la Memoria atraviesa un momento crítico, con un gobierno negacionista, la Ciencia no vive un proceso mucho mejor: ajuste, desmantelamiento. En este contexto, hay áreas del desarrollo nacional relacionadas a los Derechos Humanos que sufren los avatares financieros, y otras que siguen y crecen, a pesar de todo, al amparo de novedades tecnológicas que permiten, en definitiva, acercarse al objetivo mayor: la Verdad y la Justicia.

Empecemos por lo bueno y esperanzador. Nos remontamos al 18 de febrero de este año. Hace poco más de un mes, Abuelas de Plaza de Mayo firmó convenio de colaboración con la Facultad de Ciencias Exactas de la (UBA) y la empresa Quantit, especializada en el desarrollo de herramientas de Inteligencia Artificial. ¿El objetivo? Orientar el uso e investigación de este instrumento para la búsqueda de nietos y nietas apropiados.

Son casi 300 los nietos y nietas que aún falta encontrar. Ganar tiempo es crucial. Por eso una de las principales acciones será reemplazar el trabajo que hoy se hace manual. Según contó en declaraciones a la prensa Edgar Altszyler, fundador de Quantit, buscan crear distintos sistemas de IA y diferentes módulos de automatización: por un lado, digitalizar todos los documentos de investigación que tiene la organización; por el otro, aprovechar la nueva tecnología para la identificación de elementos clave y la extracción de información relevante en ellos, como nombres, edades y direcciones.

Ciencia y Memoria: del ajuste mileísta a las nuevas tecnologías para mejorar la búsqueda de nietos

Se proponen clasificar de manera automática documentos en investigaciones específicas, detectar patrones en grandes volúmenes de datos e identificar casos prioritarios, analizando antecedentes de nietos recuperados. La herramienta señalaría qué investigaciones deberían recibir mayor atención. Ganar tiempo y optimizar recursos.

Al anunciar el convenio, el decano de Exactas, Guillermo “Willy” Durán compartió la emoción que le causa cada encuentro: “cada vez que anuncian una restitución es una alegría para todo”. Estela de Carlotto asintió: “es una familia que busca y un país que busca. El Nunca Más debe ser un símbolo. Hemos recorrido el mundo contando lo que había pasado en la Argentina y eso no se ha olvidado. Hoy tenemos que salir otra vez afuera. Pero la historia nuestra no se ha olvidado”. Y remarcó sobre la necesidad de seguir trabajando con las nuevas generaciones: “El olvido es peligroso”.

Ciencia, Memoria y Abuelidad

Abuelas de Plaza de Mayo siempre estuvo a la vanguardia de incorporar ciencia y tecnología en Derechos Humanos. El mayor antecedente es el Índice de Abuelidad. Todo nació con una pregunta de las Abuelas leyendo una nota en el diario El Día sobre la demostración de paternidad en un juicio por manutención: “¿Y si nuestra sangre también puede servir para identificar a nuestros nietos?”.

Con genetistas y expertos en matemática y estadísticas dieron con esta cuenta/fórmula “que permite vincular la genética de un abuelo con la de un nieto (en ausencia de sus padres) para establecer un vínculo sanguíneo biológico”, explicó a este cronista tiempo atrás Nicolás Furman, director del Laboratorio del Banco Nacional de Datos Genéticos (BNDG), creado por ley en 1987.

En 2009 el Banco pudo tener sede propia para el desarrollo de esta innovación que permitió la resolución de 139 casos vinculados a nietos de desaparecidos o detenidos, y que más allá del Terrorismo de Estado, logró reunir a más de 2000 familias. Por año consultan 1.200 personas, lo cual refleja la enorme cantidad de habitantes que dudan de su identidad en nuestro país. Pero desde diciembre de 2023 la ciencia sufre un severo ajuste. Y el BNDG no es la excepción.

De acuerdo a un informe del Centro Iberoamericano de Investigación en Ciencia, Tecnología e Innovación (CIICTI), basado en datos oficiales, el Banco tuvo un 38,7% de subejecución en el primer bimestre de 2025 comparado al mismo período de 2024 en términos reales, cuando arrancaba la nueva administración. Y en todo 2024, comparado al 2023, en variación real, tuvo -37,4%.

“El gobierno de Milei encabeza el proceso de destrucción de la ciencia y la tecnología argentina más grave desde la vuelta a la democracia –subraya el ex ministro de Ciencia, Daniel Filmus–. Sin ciencia y con oscurantismo, nuestro país no tiene ninguna oportunidad de desarrollo y de mejorar las condiciones de vida de nuestra gente. También la ciencia realiza enormes aportes a la memoria, verdad y justicia, como el trabajo que realiza el Banco Nacional de Datos Genéticos para la identidad de los nietos apropiados y el Equipo Argentino de Antropología Forense en la identificación de los desaparecidos. Ambos están siendo desfinanciados por Milei”.

Un Banco de vanguardia

Aún así el Banco continúa con numerosas investigaciones y desarrollos científicos. En 2023 el BNDG adquirió, gracias a la Iniciativa de “Equipar Ciencia”, un equipo iScan System, que amplía la capacidad de identificación en los grupos familiares: “esta nueva tecnología, llamada ‘microarrays‘, permite incrementar en cientos de miles el número de marcadores genéticos que pueden ser analizados en una muestra de ADN. Logra especialmente identificar a una persona buscada en familias muy incompletas con parientes más lejanos en tercera y cuarta generación respecto de la víctima buscada.

Ciencia y Memoria: del ajuste mileísta a las nuevas tecnologías para mejorar la búsqueda de nietos

El BNDG obtuvo en 2024 la acreditación como laboratorio de ensayo conforme a los criterios de la Norma internacional IRAM-ISO/IEC 17025: 2017 y desde el 2018 cuenta con una base de datos integrada por madres producto de vulnerabilidades (bajos recursos, embarazos adolescentes, robo de bebés en hospitales) que fueron separadas de sus hijas o hijos al momento de su nacimiento (entre 1974 y 1983) y que desconocen su paradero.

Esta base de datos se compara con la base que está integrada por todas las personas que se acercaron al Banco durante sus 37 años de historia buscando respuestas sobre su identidad y que no han presentado vínculos biológicos con los grupos familiares asociados a delitos de Lesa humanidad, obrantes en el Banco, conformada por más de 15.000 personas: actualmente cuentan con alrededor de 500 madres y hasta el momento lograron dar respuesta y favorecer un reencuentro a 50 madres con sus hijos o hijas.

Ciencia, Justicia, Historia y Memoria

El CONICET también cuenta con el Programa Nacional de Ciencia y Justicia, que “fortalece los lazos entre la comunidad científica y los poderes judiciales para acercar las ciencias a la administración de justicia”. Por ejemplo, robusteciendo los laboratorios forenses, u ofreciendo servicios, informes y capacitaciones.

Pero el programa sufre la situación general de la ciencia: el CONICET tuvo un 23% de subejecución en el primer bimestre de 2025 respecto al 2024. Y los salarios siguen perdiendo contra la inflación y se frenaron los nuevos ingresos de investigadores.

Las universidades sufren en carne propia el ajuste y los ataques oficiales. En la de La Plata (UNLP) funciona la Maestría en Historia y Memoria, que padeció la baja de matrícula e inscriptos, con una razón principal: recibían alumnos de un programa de becas del Ministerio de Educación de la Nación que “desde hacía más de 10 años venía desarrollándose de manera ininterrumpida y que con la actual gestión se desalentó completamente. En 2024 estuvieron como 8 meses sin cobrar estipendio y en 2025 está absolutamente dado de baja», relata Fernanda Tocho, secretaria de la Maestría.

Ciencia y Memoria: del ajuste mileísta a las nuevas tecnologías para mejorar la búsqueda de nietos
Foto: Edgardo Gómez
Ciencia y Memoria: del ajuste mileísta a las nuevas tecnologías para mejorar la búsqueda de nietos

«No hubo un nuevo llamado a inscripción. Muchos eran de otros países de Latinoamérica que venían buscando formación en estudios de memoria, nuestro país es reconocido en todo el mundo en derechos humanos. Se llevaban nuestra perspectiva de estudio y formación para aplicarla en sus países, que tienen sus propios casos y violencias de Estado. Toda esa pérdida es palpable”, añade.

A eso se suma el propio ajuste general a las universidades: “también afectó directamente la posibilidad de dictar los cursos anuales y la convocatoria a docentes invitados externos que son fundamentales para la mirada interdisciplinaria. Hubo que sacar seminarios e incluso pasar clases a la modalidad virtual porque no se contaba con dinero para honorarios y los alumnos nos manifestaban cómo se les había encarecido el costo de vida”.