Cuando se habla de “Chubutazo” no es solo la ley minera. Otros reclamos sociales y cambios más profundos suceden dentro de una de las provincias más australes de la Argentina. Mientras el país seguía la votación de la Legislatura chubutense que daba marcha atrás con la norma de Zonificación, el Concejo Deliberante de Trelew resolvía algo inédito: la histórica calle Julio A. Roca cambiará su nombre.
Pasaron 110 años hasta que en la última sesión del año decidieron modificar la nomenclatura de esta calle céntrica. Fue casi unánime. Ocho de las y los 10 concejales la aprobaron. Solo tuvo el rechazo de Rubén Cáceres (UCR), y la abstención de Oscar Villarroel, de Chubut al Frente.
¿Cómo se llamará ahora la calle? La ordenanza habilita “una consulta abierta a comunidades aborígenes para que elijan el nombre identificatorio, como modo de reafirmar los derechos de los pueblos originarios». Para el presidente del Concejo Deliberante de Trelew, Juan Aguilar, fue “un acto de justicia”.
La consulta –que se iniciará a los tres meses de promulgarse la ordenanza– será a representantes de organizaciones sociales, a la Cátedra Abierta de Pueblos Originarios, referentes y personas mapuches-tehuelches que tendrán 180 días (con posibilidad de 90 días más de prórroga) para votar por el nuevo nombre.
“Ni siquiera se propone un nombre para reemplazarlo, no es un proyecto positivo. Es revanchismo puro. Merece ser respetada la historia de Trelew y del Valle, respetada la voluntad de nuestros pioneros. ¿Quieren ayudar a los pueblos originarios, hay muchas cosas para hacer, pero no hay propuestas? No les llenen la cabeza con ideas que proponen la división. Se trata de proponer para mejorar su calidad de vida, no por una cuestión ideológica”, cuestionó el radical Cáceres.
El proyecto despertó, como era de esperar, la rabia de medios hegemónicos, sobre todo La Nación e Infobae. El diario mitrista sostuvo que “Roca consolidó el Estado Nacional y llevó adelante expediciones militares con las que aseguró el territorio de la Patagonia para la Argentina, política que desde hace años es cuestionada por sectores de izquierda y Derechos Humanos”.
Infobae fue más allá. Habló de “demagogia revisionista” y dijo que “uno de sus principales impulsores fue el historiador y ensayista Osvaldo Bayer (fallecido en 2018), que residía mayormente en Alemania”, algo falso, ya que Bayer vivió en gran parte en nuestro país.
El medio dirigido por Daniel Hadad afirmó que “meses atrás, el proyecto despertó controversias entre los vecinos frentistas por el ‘enorme perjuicio’ que esa iniciativa podría acarrear ya que implicará ‘trámites burocráticos y económicos de toda índole’ que no estaban dispuestos a afrontar”. Y agregó que “por otra parte, advirtieron que el proyecto tenía ‘una clara intención política’, que es la de ‘prohibir para siempre el uso del nombre del prócer a quien la República Argentina toda le debe nada más y nada menos el hecho que la Patagonia forme parte de su territorio nacional’”.
Llama la atención el énfasis en los problemas burocráticos como justificativo para dejar la nomenclatura como está, porque no es la primera vez que una calle cambia de nombre. Le pasó a la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo con Cangallo y Perón, o con Canning y Scalabrini Ortiz. Y ningún vecino o vecina tuvo un perjuicio económico por eso.
La concejala de Chubut al Frente, Virginia Correa, respondió que con el cambio de nombre “no van a variar las cuestiones administrativas. Solo cambiará el nombre de la calle, no habrá problemas para los frentistas. Es un proyecto legítimo”.
Conquista del Desierto
El debate por el nombre Roca en las calles no es nuevo. Ocurrió en Viedma en 2014 y en Santa Fe en 2011. En ese momento, Bayer remarcó que “el genocidio que hizo Roca y lo que nunca se nos explicó: que la Campaña del Desierto fue financiada por la Sociedad Rural Argentina y está en los archivos el ofrecimiento de los estancieros de dinero a cambio de tierras”.
Continuó Bayer: “Pedimos quitar el monumento de Roca en el centro de la ciudad de Buenos Aires, que es un insulto al pueblo argentino, ya que casi el 60 por ciento de nuestra población tiene algo de sangre de pueblos originarios a través de los criollos”. Y agregó: “siempre triunfa la ética en la historia”.
Y hoy en Bariloche también hay una fuerte presión social para sacar la estatua de Roca del centro cívico. Ante las pintadas y escraches que suele recibir a diario, el municipio suele decidir taparlo. Por estos días, un gigantesco árbol navideño deja al monumento en un segundo plano.
Hay sociedades más difíciles que otras. El intendente macrista de Bahía Blanca, Héctor Gay, tuvo un rapto de progresismo y ordenó quitar el nombre “Conquista del Desierto” a un parque de esta ciudad del sudoeste bonaerense. Llamó a una consulta popular en redes. ¿El resultado? “Julio A. Roca” fue el nombre más votado. Y le siguió “Conquista del Desierto”. El proyecto, entonces, debió volver al Concejo Deliberante.