En el marco de las “dos sesiones”, el evento político más relevante de China, el gigante asiático alzó la voz frente a las declaraciones de funcionarios de Estados Unidos. Durante una conferencia de prensa en la III Sesión de la XIV Asamblea Popular Nacional, el ministro de Relaciones Exteriores, Wang Yi, miembro del Buró Político del Comité Central del PCCh, lanzó un mensaje claro: “Si la acción de uno fracasa, busque la razón dentro de uno mismo”. Con esta máxima, Wang instó a Washington a reflexionar sobre los resultados de su guerra comercial y arancelaria, mientras reafirmó la disposición de China a responder con firmeza ante cualquier presión.

El telón de fondo de estas declaraciones son los nuevos aranceles del 20% impuestos por el gobierno de Donald Trump a productos chinos, bajo el argumento de combatir el tráfico de fentanilo. Para el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Lin Jian, esta medida no es más que un pretexto. “EE UU es responsable de la crisis del fentanilo, no nosotros. Los hemos ayudado con buena voluntad, y nos castigan con aranceles”, denunció Lin, quien acusó a Washington de ser “el imperio del pirateo número uno” tras procesar a 12 ciudadanos chinos por supuesta piratería informática. “Es un doble rasero hipócrita”, sentenció.

Wang Yi, por su parte, desgranó una crítica detallada a la política estadounidense. “¿Qué ha logrado EE UU con las guerras arancelarias? ¿Se ha reducido su déficit comercial? ¿Ha mejorado su industria o la vida de sus ciudadanos?”, cuestionó. Para el ministro, las relaciones entre ambos países deben basarse en “interacciones bidireccionales y recíprocas”. “Si se opta por la cooperación, habrá beneficios mutuos; si se imponen presiones, China responderá con contramedidas resueltas”, advirtió, en línea con la postura del ministro de Comercio, Wang Wentao, quien calificó los aranceles de “unilateralismo e intimidación”.

En represalia, Beijing no se quedó de brazos cruzados. Desde el 10 de marzo, China aplicará contra aranceles a productos estadounidenses, respaldados por la Ley de Aranceles, según explicó el profesor Ji Wenhua. El Ministerio de Comercio ya elevó una queja ante la OMC, denunciando violaciones a las normas comerciales globales. “Los intentos de chantajear a China no tendrán éxito”, afirmó Wang Wentao, subrayando que “la cooperación entre China y EE UU sirve a ambos pueblos y a la comunidad internacional”.

Mientras tanto, el primer ministro Li Qiang anunció un aumento del 7,2% en el presupuesto de Defensa, elevándolo a 245.600 millones de dólares. “Este gasto es completamente necesario para mejorar la preparación para el combate y salvaguardar la soberanía nacional”, justificó Li, en un contexto de tensiones en el mar de China Meridional y la guerra comercial con EE UU. Lejos de aceptar la oferta de Trump de negociar una reducción militar con Rusia, China refuerza su postura. “Resistiremos hasta el final si se perjudican nuestros intereses”, recalcó Lin Jian.

Wang Yi, sin embargo, fue más medido: “China y EE UU deben convivir pacíficamente. Los conflictos no son una opción”, afirmó, recordando la conversación telefónica entre Xi Jinping y Trump a principios de año. Basándose en los principios de respeto mutuo, coexistencia pacífica y cooperación de ganancias compartidas, el ministro aseguró que China está comprometida con un desarrollo “estable, sano y sostenible” de las relaciones bilaterales. Pero lanzó una advertencia: “Ningún país puede reprimir a China y al mismo tiempo esperar buenas relaciones. Esos actos de ‘persona de doble cara’ no favorecen la estabilidad”.

La Embajada china en EE UU fue más contundente: “Estamos listos para cualquier tipo de guerra”. Frente a ello, el secretario de Defensa estadounidense, Pete Hegseth, replicó en Fox News: “Los que anhelan la paz se preparan para la guerra”. Una bravuconada que, según Lin Jian, ignora las “ventajas institucionales y el vasto mercado” de China. En paralelo, el cierre de las conferencias del primer ministro Li Qiang coincidió con un guiño cultural: el estreno de Ne Zha, la primera película animada china en batir récords de taquilla, proyectada como símbolo del auge creativo del país.

En este pulso entre titanes, China combina firmeza y pragmatismo. Como dijo Wang Yi, “EE UU debe escuchar a ambos pueblos y ser consciente de la tendencia de la historia”. El mensaje desde Beijing es claro: resistir, pero también dialogar, en un mundo donde la coexistencia pacífica sigue siendo el desafío.