Después de varios meses, decir nuevamente que la pandemia del coronavirus dejó al descubierto la crisis sanitaria y económica del país, y profundizó aún la desigualdad, parece una muletilla. Pero, en realidad, cada paso para salir de esta situación pide a gritos desandar esos caminos previos a la llegada del virus y generar planes a futuro. Por eso, es que resulta más que celebratorio este hecho importantísimo e histórico en la Argentina: se confeccionó el primer documento elaborado por la Mesa Interministerial de tareas de cuidados.
Esto quiere decir que por primera vez el Estado en forma integral y articulada abordará la desigualdad más grande entre el hombre, la mujer y la comunidad LGBT.
“Logramos tres cuestiones. El primero es que desde los movimientos de mujeres y LGBT instalamos en los últimos años la importancia de abordar los trabajos de cuidado como un tema político. El segundo tema importante es que a partir de la creación del ministerio nos proponemos como temas centrales incorporarlos a las políticas públicas, y el tercer punto es que todos los ministerios lo ven como una prioridad”, explica a Tiempo Argentino Cecilia Merchán, secretaria de Políticas de Igualdad y Diversidad del Ministerio de las Mujeres Géneros y Diversidad.
Desde los primeros meses del año se trabajó intensamente para esta primera aproximación y abordaje de la situación. Se trata de una mesa interministerial conformada por doce dependencias estatales y coordinada por el ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad (MMGyD). El documento identifica la inequitativa distribución y organización social del cuidado como una de las principales causas de las brechas de género, entre ellas la salarial y la feminización de la pobreza. También reconoce en la economía del cuidado el sector más activo durante una pandemia que desaceleró las economías a nivel mundial.
“En este tiempo quedó muy claro que los trabajos de cuidado que no son considerados por la ciencias económicas como parte de todo un sistema productivo en este tiempo son tareas esenciales. Todo se puede frenar menos el cuidado de niñas y niños, menos el cuidado de personas enfermas, menos el cuidado de personas que necesitan asistencia o los trabajos comunitarios. Cuando esto queda tan sobre la mesa pusimos como parte del análisis la importancia de fortalecer las políticas públicas que ya existen pero me parece que falta unificarlas con una perspectiva de género, que es precisamente lo que hicimos en esta mesa interministerial”, agregó Merchán.
-Este es un primer documento, ¿cómo se plantea el plan de trabajo?
-Este es el primer documento base donde nos ponemos de acuerdo todos los ministerios y organismos respecto a “de qué hablamos cuando hablamos de cuidados” y a partir de ahí, qué le corresponde a cada organismo. También definimos que los cuidados son un tema de derechos de las personas que requieren y necesitan ser cuidadas, también de derechos de quienes cuidan, y además es una necesidad y una realidad que vamos a atravesar todas las personas en algún momento de nuestra vida. La línea de trabajo que tenemos va hacia la posibilidad de tener un sistema de cuidado que y requiere un trabajo intenso a nivel nacional y federal, de participación, porque hay un montón de necesidades. Es decir, tenemos que revisar los marcos normativos, ver cómo están las licencias de maternidad y paternidad, o licencias por cuidado de personas que requieren asistencia; ver cómo hacemos un relevamiento sobre el estado en la educación y en los cuidados en primera infancia, en todo el país. Además, debemos ver los programas que ya tenemos para el cuidado de personas mayores que quedan en residencias y todo lo que tiene que ver con relevamiento barrial. Otro punto a revisar son todas las políticas que tienen que ver con cómo trabajamos el cooperativismo en materia de cuidado. Todo eso debe estar en línea para pensar este plan que nos proponemos como un sistema. Así lo podemos llamar “un sistema nacional de cuidado de federal”, como lo hay en Uruguay con algunas diferencias, por supuesto.
-Hay un punto importante y es lo que tiene que ver con el plano cultural. No es la misma concepción en un punto del país o en el otro.
-No, por supuesto. Pero hay que tener en cuenta que cuando hablamos de tareas de cuidados estamos hablando del corazón de la desigualdad por razones de género, eso explica que las mujeres y la comunidad LGBT nos ocupamos de las tareas que no son consideradas remunerables o si están remuneradas son muy mal pagas como las trabajadoras particulares o los trabajos relacionados a los problemas de salud o comunitarios. Es importante discutir esto porque es discutir cómo las empresas también son coresponsables de las tareas de cuidados, de qué se van a encargar, cuáles son los mecanismos que tenemos que dar. Esto funciona en la cuestión cultural porque se está tocando el corazón de las desigualdades. Entonces es fundamental que hagamos una campaña cultural de instalación del trabajo en todo el país.
-Nuevamente aparece el rol de los medios que en muchísimo programas naturalizan las tareas de cuidado como exclusivas de mujeres
-El trabajo con los medios es una de las tareas centrales. Tenemos para abordar campañas culturales y el hasta la posibilidad de trabajar en los medios. Es central, porque los medios instalan y refuerzan ideas y cultura. Son ideas que así como se manifiesta ahora terminan reforzando un sistema desigual económico que requiere que una parte de la población muy grande se haga cargo de una tarea de manera gratuita o mal paga. Entonces hay que despejar estos prejuicios o pensamientos que resultan hasta violentos. Pero en esta mesa también se trabaja con el ministerio de Educación y el de Cultura con la idea de trazar algunas campañas fuertes.
Esta mesa interministerial y el documento (que se puede leer haciendo clic acá) es una experiencia histórica y que según Merchán analiza está relacionado a que cada organismo estatal está integrado por mujeres feministas. “El aporte del movimiento de mujeres en todo el país que se manifiesta y se plasma en nuestro gobierno y desde este lugar tenemos muchísimo hacia adelante para generar. Quizá algunos piensan que está por fuera de la salida de la crisis, pero esto está dentro de la salida de la crisis, así como planteamos que hay que tener en cuenta a los sectores más golpeados, dentro de esos sectores siempre vamos a estar las mujeres y los colectivos LGBT”, enfatiza Merchán. “Entonces poder pensar las políticas desde esas perspectivas es fundamental. En estos tiempos de pandemia quedó muy claro que así como no es lo mismo quedar en aislamiento en un country que en un pasillo o en una villa, tampoco es lo mismo quedar dentro de una casa siendo hombre que siendo mujer, que quedar en un hotel siendo travesti o trans. Eso también tenemos la obligación de ponerlo sobre la mesa y ponerlo en términos políticas públicas, por eso lo hacemos desde nuestro ministerio, pero en la línea de la crisis”, finaliza Merchán.
El documento delimita en forma clara todo lo que abarca la definición de tareas de cuidado.
¿De qué hablamos cuando nos referimos a las tareas de cuidados?
Son las actividades básicas que hacemos para vivir
Hacer las compras
Cocinar
La limpieza del hogar (barrer, planchar, ordenar, hacer la cama, entre otras)
El cuidado directo de otras personas (niños, niñas, niñes, personas mayores, personas con discapacidad que requieren apoyo)
La coordinación de horarios y traslados (médico, escuela, cumpleaños, actividades extra escolares, apoyo escolar, entre otras)
Tareas comunitarias y otras tareas en el barrio
¿Quiénes participan de la organización social del cuidado?
Las personas que necesitan cuidados. Todas las personas en algún momento de nuestras vidas los necesitamos (cuando nacemos, cuando nos enfermamos, si somos niños, niñas, niñes, adolescentes, personas con discapacidad, personas mayores, entre otros y otras)
Las personas que hacen las tareas de cuidados en el hogar (mamá, papá, hermano, hemana, tía, tio, abuela, abuelo, vecinas, vecinos, entre otros y otras)
Las personas que proveen cuidados en instituciones (cocinera, cocinero, trabajadores y trabajadoras del sistema de salud, personal de limpieza, entre otras y otros)
Trabajadoras de casas particulares
Espacios comunitarios
Instituciones que proveen cuidados
Las normas que regulan directa o indirectamente las actividades vinculadas con los cuidados
¿De qué manera impacta la sobrecarga de cuidados en las mujeres y personas LGBTI+?
Los cuidados recaen mayoritariamente sobre las familias y dentro de éstas sobre las mujeres y personas LGBTI+. Esto implica que al realizar tareas de cuidado, ocupan mayor parte de su día en esas actividades y tienen:
Menos tiempo libre y de descanso
Menor tiempo para desarrollarse profesional y laboralmente
Menos acceso al mercado de trabajo
Menos posibilidades de tener salarios equivalentes al de los varones (brecha salarial)
Mayores tasas de desempleo e informalidad
Menos tiempo para participar en actividades políticas
Más probabilidad de caer en la pobreza
Menores posibilidades de salir de situaciones de violencia por falta de autonomía económica