En el escrito presentado ante el juez de Garantías 2 de San Isidro, Orlando Díaz, para pedir las indagatorias de los acusados -al que Télam tuvo acceso-, el equipo de fiscales consideró además que los profesionales “ejecutaron acciones contrarias al arte de la salud y omitieron realizar los actos específicos que cada uno debía desarrollar en torno a su función”.

Los fiscales de San Isidro Laura Marina Capra, Cosme Sebastián Iribarren y Patricio Ferrari se refirieron así a las actuaciones del neurocirujano Leopoldo Luque (39), de la psiquiatra Agustina Cosachov (35), del psicólogo Carlos Ángel “Charly” Díaz (29), del enfermero Ricardo Omar Almirón (37), de la enfermera Dahiana Gisela Madrid (36), del coordinador de los enfermeros Mariano Perroni (40) y de la médica que coordinaba la internación domiciliaria para la prepaga Swiss Medical, Nancy Forlini (52).

“Habiéndose representado el resultado fatal ante el grave cuadro de salud que evidenciaba la víctima y que era perfectamente conocido al menos por todos los profesionales de la salud antes nombrados, ejecutaron acciones contrarias al arte de la salud y omitieron realizar los actos específicos que cada uno debía desarrollar en torno a su función agravando el cuadro de salud de Diego Armando Maradona”, indica el escrito.

Y agrega que, de esa manera, colocaron al paciente “en una situación de desamparo y abandonándolo a su suerte, toda vez que se verificó un período de agonía de al menos 12 horas que, entre otras inconductas llevadas a cabo por las personas encargadas de su salud, provocaron el deceso de Diego Armando Maradona”.

Para el equipo de investigadores, los acusados “infringieron los deberes que cada uno tenía a su cargo, al tiempo que también conocían que sus consortes hacían lo propio, colocaron o colaboraron a colocar un cúmulo de factores y circunstancias notoriamente burdas, incrementando todos los aquí imputados el riesgo por fuera del margen permitido y condujeron al fatal desenlace del paciente que, de lo contrario, hubiese podido evitarse”.

“Se habían representado el resultado mortal, despreciando el mismo, ya que continuaron con la atención deficitaria en una internación domiciliaria que no era la apropiada, modalidad ésta elegida y avalada por el equipo médico tratante; ello, para evitar la internación del paciente en un Centro de Salud idóneo y/o bajo el cuidado de su familia”, describieron.

En el mismo escrito en el que solicitaron las indagatorias, los fiscales pidieron al juez que se les prohíba a los imputados salir del país.

Las indagatorias comenzarán a tomarse desde el próximo 31 de mayo y el orden de citación de los acusados es el siguiente: Almirón, Madrid, Perroni, Forlini, Díaz, Cosachov y Luque.

Todos ellos hasta el momento sólo habían sido notificados de que se los investigaba por “homicidio culposo”, un delito excarcelable con una pena de 1 a 5 años de cárcel, pero ahora se los acusa formalmente de un “homicidio simple con dolo eventual”, con una pena en expectativa de 8 a 25 años.

Una de las claves de la nueva imputación fueron las conclusiones a las que arribó la junta médica de peritos que durante dos meses analizó las circunstancias de la muerte de Maradona, añadieron los informantes.

Allí, 17 de los 22 peritos que participaron concluyeron que Maradona era un paciente con pluripatologías que agonizó 12 horas antes de morir, que “no estaba en pleno uso de sus facultades mentales” y que pudo haber tenido “más chances de sobrevida” si hubiera estado en una clínica.

También calificaron al equipo médico como “deficiente”, “temerario” e “indiferente” ante la posibilidad cierta de su muerte y que lo abandonaron “a la suerte”.

Maradona murió a los 60 años el 25 de noviembre de 2020 al mediodía, en una casa del barrio privado San Andrés, de Tigre.

La autopsia determinó que murió como consecuencia de un “edema agudo de pulmón secundario a una insuficiencia cardíaca crónica reagudizada” y descubrieron en su corazón una “miocardiopatía dilatada”.