El 43,6% de los hogares argentinos no accedió a alguno de los servicios públicos esenciales: agua, cloacas y gas en red en el segundo semestre de 2021, informó el Indec en la tarde de este miércoles. En términos absolutos, suman 4.098.000 viviendas en las que habitaban poco más de 14 millones de personas.
El estudio del Indec abarca a 31 aglomerados urbanos de todo el país, en el que existen 9,4 millones de hogares y viven 29 millones de personas. Es decir, no contabiliza a la población rural que, muchas veces, tiene condiciones de vida similares a las de los estratos urbanos de menores ingresos.
Como con todas las demás cuestiones sociales, las personas más empobrecidas sufren las peores condiciones de vida. Así, el 67,2% de los hogares con familias en esa condición no tiene alguno de los tres servicios esenciales y solo el 32,8% de esos hogares sí llegaba a contar con ellos. Se considera familia pobre a aquella cuyos ingresos mensuales no alcanzan para adquirir una canasta de bienes y servicios que, a diciembre de 2021, se valorizaba en $ 76.146.
En cambio, en los hogares no pobres el porcentaje de acceso a los tres servicios prácticamente se duplica y sube hasta el 60,4%.
La red de gas, la menos accesible
De los tres servicios mencionados, solo en el de agua corriente hay cierta paridad. El 82,3% de los hogares pobres accede al mismo mientras que en el caso de los hogares no empobrecidos, ese nivel asciende al 89,4%.
En cambio, en los otros dos servicios las diferencias son sustanciales. Apenas el 48% de las viviendas con personas en situación de pobreza tiene acceso a la red de gas natural contra el 76,4% de las viviendas no pobres.
Y en el caso de los desagües, los porcentajes son un poco mejores: 58,2% de los hogares pobres tiene acceso a este servicio vital, mientras que ese nivel se eleva al 76% en los hogares no pobres.
Los datos en esta materia de los últimos cuatro años indican que las políticas gubernamentales (nacional, provincial y municipal) apenas si han logrado alterar una clara cristalización de condiciones de vida precarias para una gran masa de la población. No se observa una tendencia progresiva.
En el segundo semestre de 2018, el 44,4% de los hogares analizados no recibió alguno de los tres servicios. Ese nivel subió al 47,7% en el segundo semestre de 2020, en plena pandemia, para luego revertir al 43,6% actual.