Carlos III fue proclamado este sábado oficialmente como rey del Reino Unido en una ceremonia llena de simbolismos en el Palacio de Saint James del centro Londres, lo que abre una nueva era en la historia del país tras las siete décadas de monarquía de Isabel II.
El hasta hace poco heredero de la corona británica se convirtió en soberano el jueves en el momento en que murió su madre Isabel II de 96 años, pero fue proclamado oficialmente este sábado por un cuerpo ceremonial conocido como el Consejo de Adhesión.
Durante la ceremonia, por primera vez televisada, las banderas volvieron a ondear en lo alto y estarán así hasta el domingo cuando volverán a posar a media en señal de duelo por la muerte de Isabel II.
«El príncipe Carlos Felipe Arturo Jorge se convierte ahora, por la muerte de nuestra señora soberana de feliz memoria, en nuestro rey Carlos III… ¡Dios salve al rey!», proclamó el consejo antes de que el propio monarca fuese llamado a la sala.
«El reinado de mi madre fue inigualable por su duración, dedicación y devoción (…) Soy profundamente consciente de esta gran herencia y de los deberes y pesadas responsabilidades de la soberanía, que ahora se me transmite», afirmó luego el nuevo líder de la corona británica.
Al consejo asistieron miembros del Consejo Privado compuesto por un grupo de políticos de alto nivel que asesoran formalmente al monarca, el alcalde de Londres, Sadiq Khan, y jueces y funcionarios de alto rango.
En la reunión, la presidente del Consejo Privado, la diputada Penny Mordaunt, anunció la muerte de la monarca británica y leyó una proclamación en voz alta que tradicionalmente incluye una serie de oraciones y promesas, encomiando al monarca anterior y prometiendo apoyo al nuevo.
Ningún soberano británico esperó tanto para subir al trono y Carlos III deberá esperar un poco más para su ceremonia de coronación, en cuya fecha no piensa aún nadie: su propia madre aguardó más de un año tras convertirse en reina.
Mientras tanto, el nuevo rey anunció ayer el nombramiento de su hijo mayor Guillermo, de 40 años, como nuevo príncipe de Gales.
A su vez, confirmó a su esposa Catalina como la princesa de Gales, título no utilizado desde 1997 con la muerte de Lady Di.