Luis Caputo no desmintió la posibilidad de introducir modificaciones exigidas por el Fondo Monetario Internacional a la política cambiaria. Preguntado expresamente sobre si mantendrá el “crawling peg” (sistema de ajustes periódicos) del dólar en 1% mensual, no se animó responder por la afirmativa. “Eso es parte del acuerdo y no lo puedo decir. Lo que sí puedo decir es que lo que hagamos nosotros no va a afectar a la gente”, dijo el ministro de Economía en un reportaje en la señal A24.
También dijo que no conoce el monto de ayuda que brindará el FMI, que según el funcionario será destinada a capitalizar al Banco Central. “No está definido el monto, lo define el directorio del Fondo cuando se reúna, nosotros no lo sabemos y por eso tampoco lo decimos”, dijo Caputo. La falta de precisión es llamativa, porque el gobierno afirmó en varias ocasiones que el acuerdo estaba al caer: el presidente Javier Milei afirmó que “sólo le falta el moño” y el ministro aseguró que se concretaría durante el primer cuatrimestre (antes de que termine abril).
Lejos de tranquilizar a los mercados, la vaguedad de las declaraciones del ministro en su aparición televisiva en A24 (que el gobierno suele elegir cuando intenta fijar posiciones) no hizo más que exacerbar la inquietud, en donde desde hace varias ruedas las cotizaciones paralelas y a futuro se vienen despegando claramente del sendero del 1% mensual que fijó el gobierno.
Caputo intentó tranquilizar sobre las consecuencias de una eventual salida de ese mecanismo de “crawling peg”. “Lo que hagamos nosotros no va a afectar a la gente. Pusimos la macro en orden y estamos capitalizando el BCRA para que cuando liberemos no haya problemas. Cuando liberemos no habrá salto devaluatorio. Por otro lado, el FMI no pide nada de eso”, expresó.
Lejos de ratificar el actual esquema, el ministro se animó a entrar en una discusión teórica sobre si el peso podría flotar libremente, con lo que el valor del dólar quedaría determinado únicamente por la oferta y demanda. “Uno puede flotar en tanto y en cuanto tenga su economía sana. A la Argentina le cuesta flotar porque siempre tuvo déficit, que fue financiado con emisión y como había sobrante de pesos, la gente lo volcaba al dólar. Nosotros durante este año hemos reducido ese sobrante de pesos, por eso pudimos reducir la inflación”, dijo diferenciando esa situación con la actual.
Caputo rechazó que los términos de un acuerdo con el FMI sean perjudiciales para el país. “En general las cosas con el Fondo siempre salen mal. Esta vez es diferente porque todo el ajuste que pidió el Fondo nosotros ya lo hicimos el año pasado. Nosotros nos pusimos metas más difíciles de alcanzar que las que típicamente piden”, señaló.
La respuesta de los mercados, sin embargo, fue la disparada de las cotizaciones financieras del dólar, que subieron más de 3% y rozaron los 1.300 pesos, como también la mayor demanda de divisas que obligó al Banco Central a vender U$S 215 millones.
Los expertos también manifestaron sus dudas tras las declaraciones de Caputo. “Hay ancla fiscal, pero no se le puede pedir a un instrumento que haga el laburo de otro y menos que supla varios. El régimen monetario-cambiario va tener que evolucionar a algo consistente con un mercado único y cumplir su rol. Es parte de la normalización de la macro”, dijo el economista Gabriel Caamaño, de la consultora Outlier. El analista financiero Christian Buteler fue más cáustico: “Si vas a salir a calmar a los mercados, se debe estar seguro de tener un mensaje que los calme. En caso contrario, mejor no salir”.