El ministro de Economía, Luis Caputo, les marcó la cancha a los integrantes de la misión técnica del Fondo Monetario Internacional que viajaron a Buenos Aires para negociar un nuevo programa de apoyo financiero. Caputo dijo que “el programa económico continuará siendo el propuesto por Argentina”, lo que en los hechos intenta reducir el margen de maniobra de los economistas visitantes para introducir sus propios puntos de vista en el acuerdo.
“Como dijo Kristalina (Georgieva), el Fondo está muy impresionado con los resultados del programa y están dispuestos a seguir apoyando”, expresó el ministro en un tuit que intentó primerear a los enviados de Washington y marcar las pautas del acuerdo, se interpretó en fuentes políticas.
Las posibilidades de sellar un acuerdo en el corto plazo son grandes, sobre todo después de que Georgieva recibiera en Estados Unidos el fin de semana pasado al presidente Javier Milei. En esa ocasión, adelantó su voluntad de brindar el apoyo económico que el gobierno argentino solicita para levantar el cepo cambiario. “Queremos trabajar en un nuevo programa. La economía está creciendo y lo hace más rápido de lo que habíamos previsto y, lo que es muy importante, la gente apoya las reformas”, dijo la anfitriona.
El viaje de Caputo
En el encuentro, como lo adelantó Tiempo en su edición impresa del domingo 19 de enero, Milei aprovechó la ventaja de correr con el caballo del comisario, teniendo en cuenta la buena onda con Donald Trump y que los deseos de todo presidente estadounidense son una orden para el directorio del FMI. Por eso en el acto se decidió la partida de una misión técnica a Buenos Aires: fue tan rápida que Caputo, que también participó de la reunión, debió cancelar su vuelo a Davos, donde iba a acompañar al Presidente, y regresar a su despacho para recibir a los viajeros.
En el gobierno quieren asegurarse un desembolso de entre U$S 10.000 millones y U$S 12.000 millones, con los que fortalecer las reservas del Banco Central para cuando se quiten las restricciones a la adquisición de divisas y haya un previsible pico de demanda. Condicionado y todo, el staff técnico quiere asegurarse de que los dólares que vayan a prestar no sean quemados en la lucha por frenar el tipo de cambio, como ya hizo Caputo en 2018, lo que le valió las quejas del organismo y su eyección del gobierno de Mauricio Macri.
Una solución intermedia podrían ser desembolsos en cuotas, que se irán efectivizando a medida que se vayan levantando prohibiciones y regulaciones. Así, las metas más importantes para evaluar el cumplimiento del acuerdo, que habitualmente son cuantitativas, pasarían a ser las cualitativas.
Para calmar las expectativas, Caputo insistió en que el levantamiento del cepo recién se verificará cuando baje la inflación en torno al 1% mensual, se resuelva el stock de pasivos del Banco Central y la base monetaria en el formato tradicional coincida con la base monetaria ampliada, que incluye esos pasivos. “De las restricciones cambiarias se va a salir cuando las tres condiciones que nos hemos planteado estén dadas, como siempre hemos dicho con el Presidente. No es un tema de fechas”, agregó el ministro en su tuit.