El Tribunal Supremo indio rechazó detener las causas presentadas contra la decisión del gobierno de sacar de circulación los dos billetes de mayor denominación, afirmó que el problema es «serio» y pidió al Ejecutivo del primer ministro Narendra Modi explicaciones sobre la falta de circulante.
Un panel de jueces encabezado por el presidente del Supremo, T.S. Thakur, justificó su decisión y afirmó que «la magnitud del problema es serio» y la «gente está yendo a los tribunales superiores de Justicia en busca de socorro».
«Este es un asunto serio», insistió el panel según la agencia local IANS, en referencia a causas presentadas en los cortes de más alto rango y otras de menor jerarquía.
El 8 de noviembre pasado, el gobierno de Modi retiró los billetes de 500 y 1.000 rupias (7,5 dólares y 15 dólares) como estrategia para atacar el dinero negro y acabar con la falsificación de moneda y dio plazo hasta el 30 de diciembre para que la gente deposite en sus cuentas los billetes de antigua denominación.
El gobierno permite cambiar también en las ventanillas de los bancos hasta un máximo de 2.000 rupias (29 dólares) y retirar hasta 2.500 rupias (37 dólares) en los cajeros automáticos, lo que ha provocado enormes colas desde entonces y ha secado el mercado de billetes.
La oposición denunció la muerte de 40 personas afectadas de distinta manera por la falta de billetes, incluyendo algunas que se suicidaron, y dio plazo hasta este próximo fin de semana al Ejecutivo para tomar medidas y resolver el problema de las colas y la falta de liquidez si es que no quiere protestas callejeras.
El Tribunal Supremo preguntó hoy además al gobierno por qué faltan incluso billetes de menor denominación como los de 100 rupias, dado que los billetes de 2.000 rupias que están siendo dispensados en cajeros y bancos tampoco son aceptados en los establecimientos comerciales por la falta de cambio. El asunto será retomado el próximo 25 de noviembre por el máximo órgano judicial.
El gobierno de Modi ha defendido la validez de la medida asegurando que trata de sanear un mercado inundado de billetes falsificados y donde el sector informal permite el lavado de grandes cantidades de dinero.
Sin embargo, en los últimos días ha ido revisando sobre la marcha el monto de dinero autorizado a cambiar y tomado medidas para atender las necesidades específicas de determinados grupos, como agricultores y comerciantes.