A las 9 de la mañana, el subte es verde. De los bolsos, las carteras, las mochilas y en los cuellos cuelga algún pañuelo verde. El destino es el Congreso en todos los casos. En muchos de ellos las mujeres que lo llevan van a su trabajo y piensan “pasar en algún momento”, para apoyar a la ley de Interrupción voluntaria del embarazo que se está tratando en el Congreso de la Nación.
Las integrantes de la Campaña por el aborto legal, seguro y gratuito habían llegado a las dos de la mañana al corredor verde que se armó desde avenida de Mayo, por Avenida Rivadavia hasta Callao para instalar dos carpas gigantes, una destinada a talleres y charlas y otra con la transmisión en vivo de la sesión de adentro del Congreso.
A las 11 de la mañana, minutos antes de que empezara la sesión, las calles desiertas temprano comenzaron a llenarse. Las columnas agrupaciones feministas y de algunos partidos políticos son las que ocuparon el espacio en primera instancia. A medida que avanzaban los minutos comenzaron a entrar columnas de estudiantes y de diferentes centros educativos que se ubicaron a la altura de Rivadavia y Rodríguez Peña.
“Curas a laburar”, fue el grito que más se escuchó durante la jornada. Los cánticos y las versiones de Bella Ciao fue lo que más se escuchó durante la mañana.
Sobre la avenida Callao, Luis Zamora charla con las pibas que llegan a la marcha. “Hasta que no estén los votos no se puede confiar”, dice el dirigente. Y cuenta sus experiencias dentro del recinto en momentos claves del país. “No quieren que la mujer decida si usa su cuerpo para reproducir o no pero lo importante de esto, es lo que pasó en las calles”.
Más allá la carpa de Centro de Estudios Sociales y Legales empieza a poblarse. Edurne Cárdenas abogada especializada en el tema, cuenta que va a pasar el día ahí y habla de lo expectante que está. “Va a salir, tiene que salir la ley”, comenta.
Mercedes tiene una hija pero antes atravesó un aborto clandestino. “Fue en un lugar oscuro y escondido como todos, y que pude pagar por mi condición de burguesa pude pagarlo pero no es la suerte que corren las mujeres. Queremos, esperamos que salga esta ley”, dice.
Maquillada, con la cara pintada de corazones verdes, llegó emocionada a la esquina de Rivadavia y Callao, donde de a poco se encontró con algunas amigas, cómplices en esta lucha que lleva años. “Me voy un rato a casa a la tarde y a la noche vuelvo con mi compañero hasta que aguantemos. Hasta que no soportemos el frío”, dice sonriente.
Que no faltan los termos
«Decile que no se olvide de los termos», le dice Camila a Jose. Ambas chicas, de 20 años se tomaron el día en sus trabajos para exigir la aprobación de la ley. «Queríamos estar, ninguna de nosotras abortó pero tenemos amigas que sí, pasamos por el miedo de perderlas». Hasta ahora están ellas dos, pero esperan a un grupo grande. «Somos diez más o menos. Trajimos frazadas y abrigo para tratar de pasar la noche, queremos quedarnos todo el tiempo que se pueda. Cada una trae dos termos para hacer café y mate así llevamos el día», coinciden las chicas.
Cerca del mediodía y por Callao desde Corrientes comienzan a ingresar las columnas de Rosario, de donde vienen alrededor de 35 micros. “No es un capricho, es una necesidad que tiene que ver con la salud”, coinciden las mujeres que apenas bajaron del vehículo que las trajo desde su provincia. De Tucumán llegó un grupo de manifestantes y se esperaba que desde Santa Fe llegaran siete.
La hora del humo
Desde las 10 de la mañana, los puestos de venta de choripanes, hamburguesas y bondiolas empezaban a armarse. Al mediodía ya salían los primeros sandwiches. De acuerdo a lo que contaron los vendedores, tenían suficiente stock para pasar la noche. «La idea es que alcance para todo el día, es que estas chicas cada vez son más», agrega el cocinero mientras señala las columnas que entran desde Corrientes.
A las 18, está previsto que comience el festival musical con una interesante cartelera de artistas que acompañarán la fría tarde.