Pasaron casi cinco años del crimen de Candela Sol Rodríguez, uno de los casos más politizados e impactantes de la Argentina reciente. Entre otras cosas que cambiaron durante este período, cambió el color político en la provincia de Buenos Aires, cuya policía y cuya justicia estuvieron entonces y siguen estando bajo la lupa. A meses del comienzo del juicio, Tiempo reconstruyó los últimos pasos del expediente que llevará al banquillo de los acusados a tres sospechosos, acusados de haber secuestrado, violado y asesinado a la nena de once años.
Los imputados son Hugo Bermúdez, sospechado de abusar de Candela y asesinarla; Leonardo Jara, quien se habría querido vengar del padre; Alfredo Rodríguez, quien en ese momento estaba preso por un robo; y Fabián Gómez, que sería parte de la banda y habría brindado la logística.
Pero lo que más llama la atención de las fuentes judiciales consultadas es la nula participación de la querella, representada por el afamado abogado Fernando Burlando.
La causa entró al Tribunal Oral en lo Criminal Nº 5 de Morón, a cargo de Raquel Lafourcade, Diego Bonano y Ricardo Oyama, el 10 de noviembre de 2015. Los jueces consideraron que el debate oral debe comenzar el lunes 6 de febrero de 2017, con una extensión de 180 días, hasta el 7 de agosto.
«Nos cansamos de llamarlo»
Este diario pudo saber que no fue fácil notificar al estudio de Burlando. «Nos cansamos de llamarlo por teléfono, hasta que hace unas semanas hicieron una escueta presentación, donde Carola Labrador, la madre de Candela, confirmó a Burlando», explicó una fuente con acceso a la causa.
Llegar a esa instancia llevó su tiempo: a partir del 30 de noviembre último, las partes ya podían leer el expediente, recusar a los funcionarios judiciales y ofrecer pruebas. El 12 de diciembre, el fiscal Mario Ferrario, de la UFI 3 de Morón, hizo su presentación, y el 2 de febrero se explayó con unas 100 hojas en donde pidió la citación de unos 13.135 testigos. Con el tiempo, esa cifra se achicó a 3000, para finalmente cerrar en una cifra que rondará entre los 300 y 330.
Ese mismo día se le envió una de muchas cédulas a Burlando, quien nunca se presentó al tribunal. En tanto, en los meses siguientes hubo varios enroques en las defensas de los imputados. En junio, el abogado de Gómez, Pablo Carpaneto, presentó informes, testigos y citó diferentes actuaciones policiales para que se tuvieran en cuenta. Un mes más tarde, el abogado de Jara hizo lo propio.
Tras varias intimaciones más, el 13 de julio se presentó en el TOC Nº 3 Fabián Améndola, el socio de Burlando, quien no ofreció ninguna prueba y adhirió a los elementos presentados por la fiscalía.
Peritaje pendiente
Aún está pendiente la realización de un nuevo peritaje a la voz de la grabación de una llamada realizada a la familia de Candela el 29 de agosto de 2011 a las 22:42, cuando del otro lado del teléfono dijeron: «Ahora sí que no la vas a encontrar nunca a tu hija. ¡Jamás la van a encontrar! Te lo aseguro yo, hasta que esa conchuda no devuelva la guita, no la va a ver nunca más… Que le pregunten al marido dónde dejó la guita.» En esta pericia se juega gran parte de la suerte de Jara, quien llegará al juicio preso, al igual que Bermúdez. Gómez permanece en libertad y no habría muchas elementos en su contra.
El 22 de agosto de 2011, cerca de las 15:30, Candela estaba en la esquina de Bustamante y Coraceros, en Villa Tesei, Hurlingham, a media cuadra de su casa, donde tenía que encontrarse con sus amigas de los Boy Scouts. Pero tres hombres, que se movilizaban en una Ford Ecosport negra, la secuestraron y trasladaron a la Villa Korea, en San Martín. Tras un tiroteo entre bandas, la nena fue llevada en la madrugada del 29 a la casa de Kiernan 992, en Tesei. Tras estar escondida allí unas horas, la trasladaron a pocas cuadras, a Cellini 4085, donde entre las 20:30 del 29 y las 08:30 del 30, previo abusar sexualmente de la víctima, la asesinaron sofocándole la boca y la nariz.
Un día después, entre las 13:30 y las 15:20, el cuerpo fue descartado en una bolsa en un descampado sobre Cellini, a pocos metros de la colectora del Acceso Oeste.
Hipótesis y vaivenes
Se barajan diferentes hipótesis: desde una venganza contra el padre de la nena por haberse quedado con un dinero de un robo, hasta un posible secuestro vinculado con el narcotráfico, por lo que la víctima habría estado escondida en José León Suárez. Se investigó también a la madre por presunta venta de drogas, pero no hay demasiados elementos en ese sentido.
En medio, el juez Alfredo Meade y el fiscal Marcelo Tabolaro fueron separados de la causa. La investigación quedó en manos del juez Gustavo Robles y del fiscal Ferrario, con la misma hipótesis y los sospechosos que en la instancia anterior, aunque la causa fue elevada a juicio oral con dos sospechosos más: Gladys Cabrera, dueña de la casa de Kiernan, y el carpintero Néstor Altamirano. Pero Robles decidió no incluirlos en este debate, y continúan investigados en un expediente aparte que busca establecer a todos los partícipes del crimen. «