Altertango y 34 Puñaladas son dos de las agrupaciones más conocidas de la renovación del tango. Tal vez por eso ambos grupos se cruzaron en más de una oportunidad, siendo esa constante laboral y artística la que transformó a Elbi Olalla y a Alejandro Guyot en compañeros y amigos. El viernes en Café Vinilo tendrán, por así decirlo, su debut como dúo: presentan Piano canción, el disco que armaron juntos como si fuera una zapada en el living de casa, según intenta definir Guyot.
Es que el disco se gestó en el reciente y tórrido verano argentino, con Olalla la mayor parte del tiempo en su Mendoza natal y Guyot en algún lugar de la costa. La intención fue desnudar la canción -cuenta Guyot-. Somos músicos de tango hace 20 años, y cada uno en nuestros grupos alternamos obras propias como versiones de temas de otros. Elbi hizo varias versiones de temas del rock argentino, estuvo grabando con Acorazado Potemkin, ejemplifica la experiencia de ambos en las lides de hacer la propia versión de la obra ajena. Y si los ejemplos vienen del rock es que el disco abre con una poderosa versión de Corazón delator, y promediando su extensión una de Héroes, que se despega tanto de la original de David Bowie como de la que tradujo y convirtió en hit Richard Coleman.
En esa idea de despojar la canción, en principio el piano, a la mirada de un espectador medio, no parece ser el instrumento más indicado. Haga lo que haga -explica Olalla- siempre aprovecho lo básico de la melodía y desde ahí empiezo a hacer mi propia lectura. Ir al hueso, a la estructura básica y después ver qué me surge a mí desde ese lugar. El piano se puede abarcar desde muchísimos lugares. Un poco Piano Canción era respetar al máximo lo que uno interpreta como propio de esas canciones. Desde un tango clásico, a «Corazón delator», a «Héroes», que son diferentes pero a la vez se nota que son esas canciones. Lo único que respeté a rajatabla es la melodía; la armonía más o menos, y tengo mucha historia de acompañar cantantes, entonces estoy acostumbrada a sus sutilezas; tengo el oído muy acostumbrada a la voz humana.
El disco tiene, hasta el momento, otras cuatro fechas en La Plata, Mendoza, Valparaíso y Santiago (Chile). Y se espera que tenga una breve gira europea a mitad de año. Y de ninguna manera significa una distancia del tango. Al contrario. A nosotros nos sirve para retroalimentar, paradójicamente, ser tanguero. Como tales se nos canta hacer un tema de Cerati o uno de Charly o Los Redondos. Eso sucede en la música popular brasileña cuando Caetano (Veloso) hace un tema de Michael Jackson, lo canta en inglés y es versión bossa. Los grandes artistas del tango nacen del crossover de una mezcla de culturas y músicas. Gardel cantaba canciones que no eran tangos. Hay que aceptar esa paradoja y moverse dentro de nuestras ganas de hacer música. Tiene que ver con eso, con disfrutar de la música. Y recuerda algo que en esta época en la que se habla tanto de los covers se suele olvidar. En el tango, lo que terminó consagrando y convirtiendo a ciertas canciones en clásicos fue la gran variedad de versiones que se hacían de un mismo tango. Sur la grababa (Edmundo) Rivero, Nelly Omar, (Roberto) Goyeneche, etc y terminaba convertido en un hit. Porque estaba la versión de Troilo, la versión con guitarra de Nelly Omar, esa era la forma de construir un hit por la circulación, el tipo de mercado musical que existía en esa época.
El viernes habrá invitados y también nuevo tema, que en este caso es nueva versión. Se trata de una lunfarda apropiación de Everybody Knows, de Leonard Cohen, dice Guyot. Más o menos lunfarda, corrige con humildad Olalla. Y concluye: Hacemos como los chef, que ven lo que tienen en la heladera y tienen que hacer algo de comer y tiene que funcionar.
Elbi Olalla y Pablo Guyot presentan Piano Canción. Viernes 9 de marzo a las 21 en Café Vinilo, Gorriti 3780.