Un importante grupo de organizaciones ambientales, científicas y sociales denunciaron públicamente que el Canal de la Patria, al que denominaron Canal de la Muerte, en la provincia de Santiago del Estero, genera una matanza masiva animal debido a graves falencias durante su construcción. Durante los últimos meses documentaron más de 250 ejemplares ahogados de más de 40 especies de mamíferos, anfibios, aves y reptiles, de los cuales al menos cinco son especies con algún grado de amenaza.
Se trata de un canal de 250 kilómetros de extensión en donde los animales caen dentro y mueren ahogados, por lo que plantearon la necesidad de medidas urgentes para “frenar esta amenaza para la fauna nativa y también para la salud de las poblaciones humanas”, puntualizaron en un comunicado firmado por 20 instituciones, entre ellas Aves Argentinas, Fundación Azara, Fundación Ambiente y Recursos Naturales (FARN), y Fundación Vida Silvestre.
La coalición describió que todo esto suma una nueva presión en uno de los ambientes más amenazados del planeta, al tiempo que exigieron “a las autoridades de la provincia de Santiago del Estero la implementación de medidas a fin de remediar la problemática” y advirtieron sobre la importancia de intervenir “la obra de infraestructura que representa un grave riesgo para la fauna silvestre y doméstica, así como para las poblaciones humanas en las áreas cercanas”.
La obra en cuestión está ubicada en el norte de la provincia, lleva agua desde el río Salado a diversas localidades como Quimilí, El Colorado, y Pozo del Toba, entre otras. La estructura del canal tiene una profundidad de alrededor de 1.40 metros y 2 metros de ancho, y está revestido de concreto.
A lo largo de los 250 km del canal, hay unos 35 puentes de hormigón para uso humano, algunos de los cuales permiten el paso de vehículos y otros solamente peatones o motos. Debido a la distancia entre los puentes (uno por cada siete kilómetros), es muy poco probable que los animales puedan utilizarlos para cruzar. Además, estos cuentan con escasas medidas de contención como barandas o guardarrail.
Por otro lado, se construyeron, dentro del canal, 4 escaleras con una altura entre escalones que varía entre los 15 y 25 cm, medidas que las hacen inutilizables para la gran mayoría de animales afectados por la obra, como tortugas, ranas, armadillos o roedores, y su utilidad es aún incierta para especies más grandes.
Estas estructuras están situadas solamente en el tramo superior del canal (tramo 9 de Julio – Santos Lugares, de unos 70 km de longitud). Las demás secciones del canal ni siquiera disponen de estas estructuras que podrían llegar a permitir la salida de los animales que caigan al agua.
“Estas problemáticas -continuaron las organizaciones-, lejos de ser aisladas, podrían estar actuando en forma sinérgica, con consecuencias no evaluadas para nuestra región. Además, el proyecto puede implicar riesgos a la salud pública y riesgos de accidentes por caída de personas o vehículos. Un golpe más para la fauna en una región amenazada”, ya que la provincia forma parte del Gran Chaco Americano, una de las regiones más vulnerables del mundo.
Desde la coalición también precisaron que se trata de una de las regiones con mayores niveles de deforestación y de degradación del planeta. “Esta región enfrenta la pérdida sostenida de su patrimonio natural y cultural, principalmente por el cambio de uso del suelo para la producción agropecuaria y para negocios inmobiliarios, ocasionando graves consecuencias ambientales, sociales y económicas”, añadieron.
Por si fuera poco, “sin ánimo aparente de compensar o mitigar potenciales efectos negativos, se despejaron amplias zonas de monte y se emplazaron caminos a ambos lados de la estructura”.
Los animales afectados
Una serie de relevamientos liderados por el Centro para el Estudio y Conservación de las Aves Rapaces en Argentina (CECARA) durante los últimos meses en el Canal de la Patria documentó más de 250 ejemplares ahogados de más de 40 especies de mamíferos, anfibios, aves y reptiles, de los cuales al menos cinco son especies con algún grado de amenaza. En la visita más reciente, junto a la Fundación Vida Silvestre Argentina, partiendo desde la ciudad de Quimilí, pasando por Amamá, Libertad, y 9 de Julio, y llegando hasta cerca del paraje Santos Lugares, encontró en menos de dos días 19 especies de animales afectadas por la obra.
Entre los restos encontrados se destacan el mataco bola, el oso hormiguero, la vizcacha, la corzuela y el pecarí de collar, así como un tuco-tuco (un roedor subterráneo raro para la zona) cuya especie no pudo ser determinada debido al avanzado estado de descomposición. Entre los reptiles, se encontraron tortuga terrestre argentina (vulnerable a nivel global), lampalagua o boa de las vizcacheras, yarará chica, culebra caracolera, y lagartos ápodos como culebra de bigotes o anfisbena cabeza blanca. También se registraron muertos animales domésticos como perros, gatos, cabras y vacas.
Contaminación del agua
La presencia de animales en descomposición dentro del canal trae consigo impactos sobre la salud pública: la acumulación de cadáveres puede contaminar el agua que, sin un tratamiento adecuado, podría resultar en la dispersión de enfermedades y otros graves riesgos para la salud, representando un riesgo aún no evaluado para las comunidades que dependen del canal para su abastecimiento de agua.
Un reclamo urgente sin solución
“Hasta la fecha, en respuesta al reclamo de diversos actores de la sociedad civil, en su mayoría locales, las autoridades de Santiago del Estero a cargo de la Dirección de Bosques y Fauna, la Subsecretaría de Medio Ambiente (dependiente del Ministerio de Producción) y la Secretaría del Agua (dependiente del Ministerio de Obras Públicas) emitieron un comunicado oficial en el que se menciona como única medida la realización de recorridas periódicas de personal para rescatar los animales afectados”, analizaron las organizaciones.
Por ello, se solicitó un pedido de informes tanto a la Presidencia de la Nación como al Ministerio de Producción, Recursos Naturales, Forestación, Tierras y Medio Ambiente, y el Ministerio de Obras, Servicios Públicos y Agua de la Provincia de Santiago del Estero.
Frente a esta situación, las organizaciones firmantes (ACEN, AHA, Alihuen, Aves Argentinas, Fundación Azara, Biodiversidad, Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico, Círculo Políticas Ambientales, Fundación Cullunche, Ecohouse, Fundación Ambiente y Recursos Naturales, Fundación Vida Silvestre, Hábitat y Desarrollo, Jóvenes por el Clima Argentina, Ñacurutu, Tactes, Renace, SOS Acción Salvaje, Wetlands International y YNMS) pidieron que se entube el canal en todo su recorrido para evitar los impactos ambientales y sociales identificados; e impulsar medidas de compensación del impacto ambiental evaluado, que contemple la creación e implementación de nuevas áreas protegidas en la región e implementación de corredores.