La Universidad Nacional del Sur (UNS) fue creada en 1956, después de haber funcionado una década como Instituto Tecnológico del Sur. Recientemente fue reconocida entre las diez mejores universidades del país, según el ranking Research.com, y este año se inscribieron casi siete mil aspirantes. Pero las actividades están interrumpidas hasta el 31 de marzo: la inundación que arrasó la ciudad de Bahía Blanca el 7 de marzo hizo sentir sus efectos también sobre esta casa de altos estudios. Por eso, la comunidad educativa puso en marcha una campaña de donaciones y reconstrucción.

“Fue el esfuerzo de toda una comunidad, años de trabajo, de investigación, de sueños, todo bajo el agua y el barro”, narra una voz sobre las imágenes que muestran, entre otras cosas, cómo quedaron los laboratorios del subsuelo de la sede de Alem 1253 y la Biblioteca Central. Nada menos que “5.000 metros cuadrados devastados. Insumos y equipos de laboratorio de Ingeniería, Física e Ingeniería Eléctrica únicos en el país, arruinados. 70 mil libros afectados por el agua”, según describió la UNS.

“Pero hay algo que el agua no puede llevarse: la fuerza de quienes no se rinden. Porque una universidad no son paredes, son las personas que la sostienen”, plantea la pieza audiovisual con la que la Universidad pide ayuda. “Cada donación, cada gesto, es un paso hacia la reconstrucción”, postula.

Trabajo voluntario

La campaña se da en paralelo con el gran trabajo de voluntarias y voluntarios, como se vio en toda Bahía Blanca. En el caso de la UNS, una de las tareas se da en la Biblioteca Central.

Hay un montón de libros que fueron rescatados. Están húmedos. Cosas históricas, muy valiosas. Entonces estamos reemplazando hojas de papel que ponemos entre cada página para que vaya absorbiendo la humedad, se vaya secando y no le salgan hongos. Para que se puedan volver a usar. Vamos uno por uno”, contó Paola Germain, una de las voluntarias del sector. “Muchos de los libros son piezas históricas que no se consiguen en otro lado. Queremos que se pueda recuperar”, resaltó.

Con una cadena humana de voluntarios fueron reubicando los libros que no estaban en el subsuelo y no fueron alcanzados directamente por el agua, para poner completamente a salvo esa parte de la colección.

En tanto, el Consejo Universitario Nacional (CIN) dispuso el acompañamiento de las tareas por la recuperación de Bahía Blanca, por lo que las sedes de todas las universidades nacionales públicas se sumaron como centros de acopio de donaciones y centros de distribución hacia las zonas afectadas.

El peor contexto

El pedido de donaciones se da en el marco de un reclamo universitario por mejoras salariales y presupuesto, que se sostiene desde el año pasado. A pocas semanas de que se cumpla un año de la gran marcha universitaria contra el gobierno de Javier Milei, las universidades nacionales vienen advirtiendo que se necesita una solución “urgente” ante el desfinanciamiento y la pérdida de poder adquisitivo de docentes y no docentes.