Los buenos resultados obtenidos por el Gobierno de Mauricio Macri en Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y Mendoza sirvieron de base para una rotunda victoria en términos parlamentarios. Si bien es cierto que el escenario se le presentaba favorable, por la poca cantidad de bancas que se ponían en juego, el oficialismo sumó 62 de las 127 bancas de diputados que se pusieron en disputa.
En tanto, que en el Senado la performance fue superior. Cambiemos cosechó el 50% de la bancas en juego. Con las 12 bancas que sumó el oficialismo, el bloque que conduce Federico Pinedo tendrá después del recambio legislativo del próximo 10 de diciembre 24 miembros.
Por su parte, si bien el futuro del peronismo y sus articulaciones es incierto, si se toma la actual representación del Frente para la Victoria, el espacio que comanda Cristina Fernández de Kirchner será la segunda minoría con 79 diputados.
Con el sello bonaerense de Unidad Ciudadana y sus distintas variantes en las provincias, el kirchnerismo cosechó 39 escaños y perdió uno solo respecto de lo que ponía en juego.
En tanto, en el Senado, el bloque FpV- PJ cosechó sólo siete. Así las cosas, el bloque que hasta hoy comanda Miguel Ángel Pichetto, si evita la fractura, seguirá siendo la primera minoría con 28 senadores, cuatro más que Cambiemos.
En términos de representación parlamentaria, Sergio Massa fue el que sufrió la mayor derrota. Ni él ni su compañera de fórmula, Margarita Stolbizer, tendrán un lugar en el Congreso que viene. Más allá de eso, el Frente Renovador pudo retener tan sólo ocho de los 19 escaños que puso en juego. Por lo tanto el massismo pasó de 37 a 26 diputados y no contará con senadores.