Gobernar por decreto es una delicia para La Libertad Avanza. Con el decreto 599/2024 arribaron a la desregulación del mercado aéreo.
Una alegría para Sturzenegger y amigos de Humming Airways. “Epa, ojalá se concrete”, intercambiaban por X apenas se publicó el decreto. Se trata de una flamante “Compañía Aérea Argentina” creada en mayo de 2024 por tres jóvenes de 20 años y un capital menor a U$S 4000 (uno de ellos es asesor de una senadora del PRO).
Ya desde su campaña electoral, LLA apuntó contra Aerolíneas Argentinas. Apenas asumió el gobierno empezó a disparar: derogó la ley 19.030 de Política Aérea y otras con el DNU 70/2023. Hirió de muerte al Código Aeronáutico. Luego volvió a intentarlo con la fallida Ley Ómnibus y con la Ley Bases. No pudo.
Entonces recurrió al arma preferida: el decreto. El 599/2024 viene a “dejar de regular” nuestros cielos, la seguridad operacional y el trabajo argentino. Hasta los aeroclubes pueden operar libremente ahora. Un camino libre hacia la corrupción.
Cualquier “explotador aeroportuario” puede operar la rampa como si se tratase de comprar un caramelo. Esto pone en riesgo a Intercargo, la empresa nacional de handling terrestre, que se ocupa de la carga y descarga de las aeronaves, que a pesar de ser superavitaria y generar divisas ya se incluyó como “privatizable”.
También se elimina el piso tarifario: así se permite que nuevas empresas vendan pasajes a precios por debajo del costo para captar el mercado y luego, imponer nuevas tarifas (dumping).
Las consecuencias ya son conocidas: rutas rentables dejan de ser operadas por Aerolíneas, como Nueva York, que con el falso argumento de que da pérdida fue otorgada inmediatamente a Delta y American Airlines, para las que, mágicamente, es rentable.
Luego, cierre de sucursales. Y después empieza el desguace de las áreas codiciadas por los amigos: simuladores de vuelo, servicio de reparaciones, etc. Así, Aerolíneas se desfinancia y se endeuda. Y deja de operar.
Provincias desconectadas, aeropuertos cerrados, desaparecen hoteles, restaurantes y otros servicios turísticos. Miles de trabajadores pierden sus empleos.
Un factor complementario de este modelo son los tratados de cielos abiertos firmados con Brasil, Chile, Uruguay, Perú, Canadá, Ecuador y Panamá: cualquier aerolínea puede volar desde y hacia cualquier país entre los firmantes.
Un paquete de normas a medida de Latam, Delta y American, las aerolíneas con mayores flotas del continente. Y los trabajadores, los principales afectados. Esto también es conocido por los argentinos.
Por suerte, además de saber las consecuencias de estas políticas neoliberales, también es conocida la historia de lucha de las y los aeronáuticos para defender el trabajo argentino. La única lucha que se pierde es la que se abandona.