La campaña para las legislativas de octubre está en marcha y el gobierno, con el presidente, Mauricio Macri, a la cabeza, ensaya un perfil con bajos niveles de agresividad.
Los empresarios son aliados naturales del frente Cambiemos pero hicieron caso omiso de esa estrategia y salieron al ruedo con una renovada agenda de reclamos con el eje en el dólar, la reforma laboral y los cambios de la estructura impositiva, entre otros.
Ayer martes, varios referentes del gobierno nacional sentaron posición sobre la larga batería de temas que ganaron espacio en los medios de comunicación. Elisa Carrió, una de las patas de la alianza gobernante, se manifestó a favor de una reforma estructural del mundo de laboral, y el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, adelantó que los cambios llegarán después de las elecciones.
Hoy, el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, se sumó al grupo con argumentos a favor de un retoque cambiario a pedido de las empresas que operan en el sector primario de la economía. Además, cuestionó la presión impositiva y, a tono con la alta dirigencia privada, aseveró que las empresas necesitan mejorar la competitividad.
Buryaile afirmó que el sector agropecuario necesita bajar los costos de la logística, mejorar la competitividad, un mejor tipo de cambio y apertura de mercado».
Si se producen modificaciones en esas asignaturas vamos a andar mucho mejor, señaló el funcionario, llamativamente compenetrado con el sector que demanda las políticas ya que el mundo crece y demanda alimentos, interpretó.
La frase de Buryaile tuvo muchas repercusiones. Especialmente llamó la atención el reclamo de un mejor tipo de cambio, es decir, de un dólar a un precio más conveniente para las empresas agropecuarias sin asociar la medida a los posibles efectos en la formación de los precios minoristas, que por estas horas son eje de una fuerte polémica.
Aunque no hizo esa relación, el ministro se sumó a las críticas contra las cadenas de supermercados.
Llama la atención la política de descuentos en los supermercados, todos los días hay rebajas del 20% o 30%, y la pregunta como consumidor es por qué esto no es extensivo a toda la gente, planteó en relación a los descuentos del 50% que otorga el Banco Provincia en supermercados bonaerenses.
Cuando se bajan los precios (en los supermercados) aparece mucha demanda y un incremento en el volumen de consumo: creo que a veces los márgenes están excedidos de lo que razonablemente debiera ser, concluyó el funcionario.