Recientemente, la ministra de Seguridad Nacional Patricia Bullrich se refirió durante una entrevista en televisión al Registro del Programa de Cannabis (Reprochan) y aseguró que «iban a dar de baja los 300 mil permisos otorgados», además de incurrir en numerosas falsedades como que el registro servía a la “venta ilegal” o se utilizaban variedades «transgénicas como la soja».
En primer lugar, hay que explicar que el Reprocann -a pesar del vaciamiento y parálisis ejecutado en la Salud pública por el Gobierno nacional- sigue vigente y depende de las autoridades sanitarias, no de Bullrich. No hubo ninguna comunicación ni publicación oficial al respecto desde la última reforma que hizo este mismo Gobierno el año pasado y que solo sirvió para afectar el cultivo solidario y a miles de pacientes.
En segundo lugar, los permisos actuales en vigencia así como las miles de personas en espera gozan de derechos, cuyo desconocimiento por parte del Gobierno solo llevaría a miles y miles de amparos, como ya está ocurriendo en la Justicia con la demora en las aprobaciones del registro.
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En tercer lugar, lejos del narcotráfico y las falsedades que afirma la ministra, conocida por sus exabruptos y desinformar, la comunidad cannábica aporta a garantizar el acceso seguro a tratamientos con la planta que mejoraron la calidad de vida de cientos de miles de personas. En nuestro país se desarrolla una labor de investigación sobre la planta que es vanguardia en muchos aspectos.
Por esta razón, hay provincias y distritos como Chubut, Mendoza y Misiones que avanzan en registros productivos propios para el desarrollo del cannabis medicinal. Desde la Federación de Clubes Cannábicos (Fecha) hemos sido parte de estas iniciativas y hemos elaborado uno para la Ciudad de Buenos Aires.
El modelo prohibicionista que pregona la ministra fracasó en todo el mundo. La mayoría de las detenciones en Argentina por la Ley de Estupefacientes son por consumo personal y en los barrios más vulnerables mientras los verdaderos narcos siguen actuando libremente con la complicidad de la política.
Ministra Bullrich, dejé de atacar una comunidad que trabaja y garantiza derechos. Basta de personas presas o criminalizadas por cannabis.