“Macri también terminó cambiando nuestro enfoque de la película, por lo menos en parte. Y para la Argentina fue realmente el principio de lo que haría su gobierno en todo momento con el FMI, con los Buitres, con Wall Street, con la fiesta de bonos; todo eso fue un cambio radical en todo, y ahora la Argentina va a pagar ese cambio durante muchos años”, sintetiza con bastante pena Joe Goldman -el periodista estadounidense que hace más de 30 años reside en Argentina y armó una familia aquí-, cómo el documental del que es autor tuvo que cambiar su enfoque de mostrar el éxito conjunto de varios países contra los Fondos Buitres, a uno que describiera un derrotero de nunca acabar.
Buitres, lo tituló, con ese estilo bien directo del periodismo anglosajón, al documental que el jueves 28 se estrena en Cine.Ar: sencillo pese a la complejidad del tema del que se ocupa, didáctico a pesar de la cantidad de aristas que tiene el tema, contundente en su objetivo de mostrar que la política de reestructuración de la deuda que habían llevado los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner estaba en consonancia con la de otros países del mundo y, más aún, era un factor fundamental para resolver parte de las desigualdades que aquejan al mundo actual.
“Tenía mucho interés en el tema deuda externa no sólo en la Argentina, sino también en Ecuador, Perú, Brasil, Congo -cuenta la génesis del proyecto que dirigió su amigo Mariano Mucci-. Pensamos que algo visual podría involucrar a Estados Unidos y la Argentina.” Así fue que, siempre que su trabajo de corresponsal de Sudamérica lo permitía (“tuve que cubrir el terremoto de Ecuador, por ejemplo”), en 2014 viajó a Nueva York para entrevistar al Nobel de Economía Joseph Stiglitz y terminó hablando con Martín Guzmán, por entonces docente en la universidad de Columbia. “En vez de hablar conmigo, ¿no quieres hablar con quién trabaja aquí al lado?, me dijo Stigliz, y me presentó a Martín Guzmán. Desde allí desarrollamos un diálogo hasta hoy. Y para el momento que asumió el macrismo teníamos la película resuelta.” “Era el final perfecto con (Axel) Kicillof y (Jacobo) Timerman con el voto a favor en las Naciones Unidas de la propuesta de la Argentina en contra de los Fondos Buitre”, acota Mucci, con quien Goldman comparte un almuerzo en Larroque, Entre Ríos, donde nació Alfredo Yabrán. “Pero no estoy por nada de eso”, aclara.
Poco después de unas imágenes de animales, en el documental se ve a Goldman frente a un grupo de personas mayores, explicándoles los cambios de moneda en la Argentina. “Nunca montaría un show así para una película”, ríe cuando se le pregunta si se trata de escenas ficcionadas para la ocasión. “Esas son charlas para turistas estadounidenses de cruceros. Es algo que hacemos con otros dos periodistas para dos grandes empresas de Estados Unidos, que también se dan en Chile y Ecuador. Nos contrataron para que se genere una historia cuando la gente pasa por allí, y es algo que me encanta hacer. Como periodista veo que la gente ahí no tiene idea de lo que pasa en Sudamérica, y es lindo explicar algunas cosas. De mi educación en Nueva York sólo pude saber de Evita Perón y de la carne de la Argentina, de Brasil hablan del samba y la Amazonia.”
Y lo que más le cuesta explicar (incluso a sí mismo) es la participación de los mismos gobiernos argentinos. “Desde el principio que (Macri) pagara más de lo que los Buitres habían pedido fue realmente muy fuerte; y es muy fuerte también que fue un gobierno elegido. Pienso lo mismo de Trump en muchos temas nacionales referidos a la economía de Estados Unidos: la gente que lo votó es la gente más afectada por sus medidas. Perón dijo que los pueblos saben, y los pueblos no siempre saben. Especialmente cuando hay en este mundo moderno mucha publicidad y recordemos que Macri en la campaña dijo que nunca iba a ir al FMI y fue, y en el documental repasamos todas sus mentiras en la campaña. Quisimos hacer una película que no fuera de talking heads (cabezas parlantes), economistas hablando, dando cifras que la gente no pudiera entender. Por eso usamos a Adrián Paenza como una manera de explicar lo inexplicable. Y también es importante saber, y creo que en la película lo hicimos mucho, que esos Fondos Buitres no compraron fondos argentinos para ayudar al país, compraron en el mercado secundarios o terciarios a centavos de dólar esos bonos de fondos de pensiones de jubilados en Japón, Italia, Estados Unidos; no era que habían sido de alguna manera estafados o estafadas por esos mismos fondos de pensión. Y quisimos decir que eso no sólo sucede en la Argentina: en Estados Unidos es famoso que General Motors estaba en quiebra después de la depresión del 2008 y que (Paul) Singer, que había comprado las acciones, hizo un chantaje a la administración Obama, diciendo que iba a cerrar la empresa si no le daban un subsidio de 12 mil millones de dólares; y Obama se los dio. Como dice el investigador de Singer, Greg Palast, en el documental: ‘No soy amigo de los bancos, pero los bancos quieren que el mundo exista en 20 años; a los fondos buitres no les importe un carajo.”