Recién a los 46 minutos del segundo tiempo Brasil pudo vencer la resistencia del arquero tico Keylor Navas. Fue un puntazo de Philippe Coutinho, después de una conexión en el área entre Roberto Firmino y Gabriel Jesús. Con esos nombres queda expuesto el poderío que tiene el pentacampeón del mundo. Después de un primer tiempo muy cerrado, en el que no encontró los caminos para lastimar a la defensa de Costa Rica, en la segunda mitad el equipo que dirige Tite insistió sobre el arco de Navas, pero el arquero del Real Madrid mostraba todos sus reflejos. Neymar, después de un mal partido en el debut ante Suiza y condicionado por un dolor en su pie derecho, parecía más pendiente del árbitro holandés Björn Kuipers. El punto máximo de la tensión entre el crack y el juez llegó promediando el segundo tiempo, cuando luego de acudir al VAR dio marcha atrás en un penal que ya había cobrado sobre el 10 brasilero.
Con el tanto agónico de Coutrinho Brasil liberó todas sus tensiones, con el fantasma incluido de lo que había ocurrido con Argentina y Alemania. Los cuatro minutos que siguieron al grito fueron un festival brasilero, que mostró todas sus credenciales de candidato: fueron cuatro minutos de posesión total, que incluyeron una bicicleta de Neymar por sobre la cabeza de un defensor tico y el segundo tanto del número 10. Sobre el final quedó el llanto del futbolista del París Saint Germain, la descarga emocional después del sufrimiento que duró hora y media. Tal vez haya sido también el aviso de que ahora empieza su Mundial.