Menos de una semana después de que el Tribunal Constitucional Plurinacional (TCP) dictaminara que el presidente de Bolivia, Evo Morales, quede habilitado para presentarse nuevamente como candidato al máximo cargo del Poder Ejecutivo en 2019, hoy se celebran las elecciones para elegir a los representantes de las cuatro principales instancias del Poder Judicial: el Consejo de la Magistratura, el Tribunal Agroambiental, el Tribunal Supremo de Justicia y el Tribunal Constitucional Plurinacional.
Debido al fallo del TCP del pasado 28 de noviembre, se vive un clima tenso en las principales ciudades bolivianas. A lo largo de esta semana hubo manifestaciones, tanto a favor como en contra de la decisión judicial en todo el país. Pero, una vez más, y continuando con la histórica política de intromisión en los asuntos de los países de la región, el Departamento de Estado de los Estados Unidos, emitió un comunicado expresando su «preocupación por la resolución del Tribunal». La posición de la Casa Blanca no hizo más que confirmar la candidatura del primer presidente indígena de la historia de Bolivia: «Yo no estaba tan decidido y ahora estoy decidido para ser candidato en 2019. Qué tiene que ver Estados Unidos para amenazar y amedrentar», enfatizó Morales durante un acto en Cochabamba.
En este marco de ferviente debate y acusaciones mutuas entre el oficialismo y la oposición, se llevarán a cabo las elecciones judiciales que incluso podrían modificar la composición del actual tribunal que falló a favor de la relección de Morales. «En caso de que las elecciones sean ventajosas para el gobierno significaría un respaldo a Morales y al fallo judicial, pero yo creo que esta sentencia perjudica más de lo que ayuda a las posibilidades de una elección favorable, dado que un sector de la población no está de acuerdo con el método que se utilizó», afirmó a Tiempo la socióloga Marité Zegada, quien agregó que lo más gravitante a nivel social de las elecciones no va a ser quién resulte elegido sino «cómo quedará la balanza entre los que están a favor del gobierno y quiénes cuestionan la actual decisión política. Al mismo tiempo, por el lado de la oposición, solamente se ven oportunismos que no convencen a la ciudadanía».
Para el sociólogo Adolfo Mendoza, exsenador del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido de Morales, la derecha boliviana está «terriblemente preocupada con una repostulación de Morales, dado que tiene el mayor índice de votos y recorta las posibilidades de dar un giro a la derecha como ocurrió en Argentina con Mauricio Macri o en Brasil con el gobierno de facto de Michel Temer». El político agregó que «Bolivia con Evo construyó un liderazgo histórico que pocas veces ocurre en la vida política de los países. La continuidad de Evo Morales es algo indispensable».
Si bien estas elecciones no repercuten directamente para el comicio presidencial del 2019, para Zegada, Evo Morales tiene un piso del 30% de intención de voto «duro», posicionándose como el principal candidato y más aún porque «no ha aparecido un líder que pueda articular a la oposición». «