“Lo peor que le pasó a los músicos“, dijo Björk sobre la aparición de Spotify en la vida de los artistas y el público. En una entrevista que dio al medio sueco Dagens Nyheter con el fin de promocionar el livestream de la película-concierto Cornucopia, que se estrenó en Apple TV+, la cantante y compositora islandesa realizó esas declaraciones que justificó de la siguiente manera:
Impacto en la industria musical: el modelo de negocio de plataformas como Spotify cambió la manera en que se consume música y llevó a los músicos a depender cada vez más de las giras para generar ingresos. Priorización de la cantidad sobre la calidad: la cultura del streaming llevó a priorizar la cantidad de reproducciones sobre la calidad de la música, lo que afectó negativamente a los músicos y a la industria en general. Importancia de la privacidad en el proceso creativo: destacó la importancia de este aspecto sosteniendo que «sólo en la oscuridad se puede plantar una nueva semilla», algo que se interpretó como una presión excesiva de las plataformas para que produzcan a destajo, por decirlo de alguna manera.
Los antecedentes a las críticas de Björk
Para los más veteranos ninguna de las críticas de Björk suena nueva: desde los Beatles en adelante, cuanto artista ganó fama con su excelencia se quejó de las presiones de la industria por su sobreexplotación. Es más, Charly García más de una vez contó que su primer encuentro con el Flaco Spinetta fue un cruce en el que el autor de “Post-crucifixión” le advertía que se cuidara de “esos” que te chupan la sangre, indicando con su gesto a los productores de las disqueras.
Sin embargo, las críticas de Björk se presentan como “saludables”: su voz parece perdida en el desierto donde sólo hay likes pero ninguna voz que interpele el sentido de tanta producción vacua, cuyo único objetivo parece ser ofrecer dinero y legitimidad a empresas que llenan sus arcas a costa del talento ajeno.