Juega Boca, su equipo. Es un viernes apacible, sin sobresaltos después de una semana que empezó con saldo negativo en la tarjeta del gobierno (funcionarios echados y artistas censurados, por caso) y terminó con festejos por el retroceso de la inflación. Aunque todo parezca una farsa, hay cierta calma para el oficialismo. El terremoto comienza con un tuit. Javier Milei promociona un negocio-estafa (¿acaso un delito?) y unas horas después recula como nunca antes lo había hecho desde su llegada a Casa Rosada. El temblor nace en las redes, su territorio predilecto y el que La Libertad Avanza domina. El presidente borra su posteo, pero la estafa es inocultable.

El sábado el gobierno se llama a silencio. A 24 horas del tuit, lanza un comunicado cuyo eje central genera memes: el gobierno va a investigar al gobierno desde distintos organismos que dependen de Presidencia. El domingo Argentina vuelve al mundo: la estafa domina los principales medios nacionales e internacionales. Fenómeno barrial.

El operativo oficial de control de daños continúa con una entrevista a Milei. La línea es que no hay nada que ocultar. Entonces Milei hablará desde uno de los canales más potentes y perteneciente a uno de los grupos económicos más poderosos e influyentes del país. La explicación del líder que sale al aire no alcanza. Mientras la pandilla de trolls promueve el “Fin” para terminar con la criptoestafa, el periodista Ari Lijalad comparte un video que muestra cómo la Casa Rosada digita el reportaje.

Sin quedar claro cómo fue ventilado, el nuevo golpe sacude al gobierno y lo que sigue es un intento desesperado por volver a dominar la agenda y cambiar la conversación. Se renuevan los hashtags: #KarinaCobró. Palos y gases a jubilados, avance privatista sobre el Banco Nación, millones de dólares para simular calma financiera y más represión. Vale todo en la guerra para sepultar a la timba de la criptomoneda $Libra. La rosca en el Congreso lo ratifica. Con Milei en Estados Unidos en raid de visitas por eventos donde se siente cómodo, las presiones de la Casa Rosada apuntan a los gobernadores. Logran que un senador -Eduardo Vischi, jefe del bloque de la UCR- se arrepienta y vote en contra de crear una Comisión Investigadora después de haber impulsado el proyecto incluso con su firma. Víctor Zimmermann, que responde al chaqueño Leandro Zdero, también anota su nombre entre los rechazos. Unas horas antes había renunciado al Ministerio de Producción provincial para retomar su banca. Por un voto, el Senado descarta investigar la estafa originada por Milei.

Todo sucede en menos de una semana en la que recibe denuncias de coimas y queda envuelto en posibles hechos de corrupción. La política tradicional, además, lo exime de ser investigado. Saluden al principal activo de Milei que se va. “Se acabó el aura de la novedad”, describió un editor de política de Tiempo en un chat, minutos después de haber mandado a imprimir la histórica edición posterior al tuit borrado. “Bienvenido a la casta”, remató.   «