Betty Glesener metió primera y cruzó en medio de la calle su fitito color turquesa. Era el 18 de diciembre de 1980, en la dictadura cívico militar. En Puerto Deseado, Santa Cruz, una pueblada evitó que se llevaran el vagón coche ferroviario Reservado 502, a bordo del cual en 1921 llegó el teniente coronel Héctor Benigno Varela para poner “orden” al reclamo de los peones rurales. Todo terminó con más de un millar de trabajadores fusilados. Betty es famosa en su ciudad: no solo por esa defensa histórica del patriomonio, sino porque fue maestra de cuatro generaciones distintas de deseadenses.
Hacía dos años que la dictadura había decretado la clausura definitiva del ramal ferroviario que unía Deseado con Las Heras en la provincia. Entre camiones que iban y venían de la estación central del ferrocarril de Deseado al grito de “se llevan el vagón”; ese día, sin saber bien quién había ordenado el desguace de las maquinarias para su venta, “alguien lo compró” y “lo subieron a un camión”. La gente comenzó a reunirse y a pedir que lo dejaran en la ciudad. Así lo explicaba Carlos Ferrari, geólogo, durante un ciclo de charlas organizadas por la Biblioteca Popular y Municipal Florentino Ameghino, y que se publica en un apartado de su libro “Yo te bautizo Puerto Deseado”, 420 años de historia (1999/2006) editado por la institución.

Lo que todos señalan -y figura en el libro- es que el desguace y la venta del material ferroviario había sido ordenado por el dictador Jorge Rafael Videla. Además, la fundación que se encargaba de desarmar y vender estaba presidida por Alicia Raquel Hartridge, su esposa.
Lo cierto es que hubo una pueblada en una ciudad que habitaban 4000 personas, reclamando que no se llevaran el vagón cuando ya estaba montado sobre un camión con rumbo a otra ciudad. Y ahí es donde ocurre lo del Fiat bolita, la «señorita» Betty Glesener al volante y la gente. Cruzan el auto en la explanada de la estación central del ferrocarril -hoy Museo-, con el pueblo en la calle. Ahora el famoso vagón Reservado 502, restaurado y declarado Monumento Histórico Provincial, está en “La Plaza del Vagón” en el centro del pueblo y es uno de los 14 puntos del circuito “De Cara a la livertá” que propone recorrer los lugares donde ocurrieron hechos relacionados a lo que se conoce como La Patagonia Rebelde. El nombre del circuito es parte de los hallazgos de Osvaldo Bayer cuando en 1973 encontró una cruz de madera en una antigua fosa común donde los integrantes del Ejército Argentino al mando de Varela fusilaron a los peones. Como muchos eran inmigrantes europeos o simplemente sabían el concepto pero no cómo se escribía, la frase de la cruz decía: A los caídos de cara a la livertá.

El legado que dejó Bayer
Este sábado habrá una guiada turística para honrar el circuito histórico “De Cara a la Livertá” en memoria de Bayer. El punto de encuentro es a las 17.30 en la plaza del Vagón de Puerto Deseado, cuenta a Tiempo, Marisa Mansilla, una de las creadoras de este recorrido que se trabaja desde hace 15 años. Deseado, al igual que Río Gallegos, Gobernador Gregores, Puerto San Julián, 28 de Noviembre, El Calafate, Las Heras, Pico Truncado, Jaramillo, Tellier, contiene estancias, salones, antiguos almacenes de campo, bodegones, donde se desenvolvieron desde asambleas hasta fusilamientos entre la primavera de 1921 y verano del 1922. Son escenarios de la historia trágica.


Esta semana, con la conmemoración del 24 de marzo, un empleado de Vialidad Nacional destruyó con una topadora el monumento a Osvaldo Bayer en la entrada de la capital santacruceña, Río Gallegos.
Periodista, historiador e investigador, Bayer buscó la verdad durante toda su vida y logró como autor del libro revelar parte de los hechos acontecidos. Su trabajo fue base para el guión de la película “La Patagonia Rebelde” (1974) con un jovencísimo Luis Brandoni en el papel histórico del “Gallego Soto”, líder anarquista que conduce la protesta de los peones rurales fusilados por pedir mejores condiciones de trabajo en pleno gobierno de Hipólito Irigoyen.
Además, todo el pueblo de Puerto Deseado y los ferroviarios actuaron durante el rodaje realizado en Santa Cruz. La fotografía de la película puede verse hoy en el museo en la sede del edificio central del ferrocarril en Puerto Deseado donde también fue sede como escenario natural de una obra teatral con actores locales. Allí también estuvo presente Bayer .
La vigencia de la historia es tan intensa que cada circuito diseñado en esta provincia, como La Huella de Los Huelguistas, sostiene el reclamo por lo justo y el Nunca Más. En estos días, hubo ciclos de cine y debate como el realizado en la localidad santacruceña de 28 de Noviembre con la proyección de la famosa película de Olivera y Bayer. En El Calafate están por inaugurar un monumento a Bayer realizado por el artista local, César Jara. El intendente local, Pablo Grasso, dijo esta semana que “ante el intento del Gobierno Nacional de borrar la historia de los santacruceños y de los patagónicos hemos tomado la decisión de restituir el monumento a Osvaldo Bayer y la Patagonia Rebelde. Porque somos rebeldes por naturaleza”.
“Hoy se habla de Osvaldo más que nunca”
Fue cuestión de segundos lo que llevó a inundar los medios repudiando la destrucción del Monumento en Gallegos. Se expresaron repudios desde la Mesa Provincial de las Huelgas Obreras y otras instituciones y dirigentes políticos, sociales. Se generó un movimiento popular desde la Patagonia austral en respuesta al atentado perpetrado desde un área del Estado Nacional como lo es Vialidad Nacional, hecho que uno de los hijos del historiador, Esteban Bayer resumió en un reportaje en vivo en el canal de televisión C5N: “Hoy se habla de Osvaldo más que nunca”. Y concluyó: “Por suerte, salieron miles y miles de personas a responder”.

Como un golpe del destino, las nuevas generaciones conocieron en pocas horas al investigador, historiador y periodista. En especial a su obra que se reflejó a través de las miles de fotografías y comentarios en redes sociales y medios de comunicación incluso hasta en las universidades como en la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) donde en el marco del “Seminario Crónicas Ruteras: La 40” se reflexionó acerca del tema. No fue casual: la RN 40 abarca el mayor tramo provincial con 1400 km que unen parte de las estancias y parajes donde fusilaron a los peones en 1921/1922.
Las redes también mostraron los sitios exactos con los circuitos donde se desarrollaron los hechos históricos de la Patagonia en el siglo pasado. Son el reflejo de la precariedad social en la que vivían los trabajadores. Una imagen que el gobierno, en 2025, parece extrañar.
