Alguna vez Banksy dijo que el anonimato es un superpoder. Y no se equivocaba. Allí donde aparecen sus trabajos, siempre es noticia. Con su identidad oculta en un halo de misterio conquistó primero el espacio público. Sus trabajos cuestionaron y siguen cuestionando a quién pertenece realmente ese espacio. Sus seguidores más de una vez hicieron lo posible y lo imposible para preservar algún muro donde había estampado sus graffitis, lo que pone en evidencia que sus trabajos son también un llamado a la apropiación efectiva de ese espacio que a veces se olvida que pertenece a todos.
Haga lo que haga, Banksy siempre es noticia. Esta vez, montó una exposición en la pequeña ciudad alemana de Weilburg, en el centro del estado federado de Hesse, más precisamente en el Museo Rosenhang, El nombre de la exposición era ¿Quién diablos es Banksy? La respuesta a la pregunta que da titulo a la muestra parece evidente: no importa quién sea como persona, Banksy es las obras que hace.
La muestra se inauguró en septiembre, antes de que la segunda ola de contagios de coronavirus que en este momento tiene lugar en Europa. Estaba previsto que se cerraría el 22 de noviembre, pero las circunstancias sanitarias hicieron que se cerrara mucho tiempo antes. La noticia es que en el breve lapso que duró atrajo unos 10.000 visitantes, la misma cantidad de personas que ese museo tiene en el término de un año.
Según informó DPA, el curador del museo, Michael Schultz, evalúa que la muestra se reanude cuando el museo pueda reabrir sus puertas. Por esta razón está en conversaciones con los propietarios de las obras que fueron expuestas como instalaciones en una suerte de “jaula de arte urbano”.
Sin duda, Banksy constituye un fenómeno singular: a partir de su anonimato ha creado su propio mito y ha ganado mucho dinero a partir de sus trabajos que se consideran irreverentes y antisistema.
En el mes de octubre un óleo realizado por él e inspirado en un cuadro de Monet, El estanque de las ninfas, fue subastado en una cifra sideral. Sotheby´s, la casa subastadora, informó que la obra de Banksy realizada en 2005 saldría a la venta con un valor estimado entre los 6 y los 7 millones de dólares, pero la estimación fue superada: se vendió en 10 millones de dólares.
Banksy, con espíritu transgresor, le agregó a la bucólica obra de Monet dos carritos de supermercado tirados en la tierra y una baliza de tránsito resignificando de manera radical una pieza que fue pintada hace casi cien años. Aunque la cifra es tan abultada que haría que cualquier artista sintiera que alcanzó la gloria, no es la obra más cara del graffitero. La supera aquella en que representa a todos los miembros del parlamento del Reino Unido como chimpancés, que fue vendida en 12,2 millones de dólares. Es justo reconocer que la obra, que tiene un tratamiento muy realista, es impactante.
No fue la primera vez que resignificó obras de arte. Las famosas figuras de Miguel Ángel con chaleco antibalas, los girasoles de Van Gogh marchitos fueron algunas de las imágenes con que mostró su talento irónico y crítico. También intervino una pared del MOMA con un retrato antiguo de una mujer a la que le agregó una máscara anti-gas.
Muchos de sus colegas del arte callejero lo acusan de haber comercializado la rebeldía contra el sistema. Pero el graffitero más famoso del mundo continúa teniendo inquietudes sociales, solo que ahora puede financiar diversas acciones en favor de los más necesitados. De hecho financió una campaña para rescatar migrantes en el Mediterráneo. Detrás del nuevo barco de rescate de color rosa fuerte que lleva el nombre de la feminista francesa Louise Michel, está el mecenazgo de Banksy.
Mientras tanto, sigue alimentando el mito. A pesar de su ya larga trayectoria en el arte callejero, no se sabe si es un hombre, una mujer o un grupo lo que se oculta bajo ese nombre, lo que genera interés por conocer su identidad. Como el escritor Thomas Pynchon, que nadie sabe a ciencia cierta quién es, quienquiera que sea Banksy ha convertido el anonimato en un auténtico superpoder. A esta altura se lo podría equiparar con Superman.