El Banco Central considera que el exceso de emisión en que incurrió el año pasado para paliar los efectos de la pandemia no fue causa de la aceleración de la inflación de los últimos meses. En cambio, se comprometió a realizar «un manejo prudente de la política monetaria» para contribuir a su gradual reducción.
En su último Informe de Política Monetaria, publicación trimestral actualizada anteayer, la entidad dirigida por Miguel Pesce consideró que «la tasa de inflación interanual se aceleró 10,2 puntos porcentuales, hasta 46,3%, influenciada por factores tales como la recuperación del precio relativo de los servicios, la recomposición de los márgenes de comercialización minorista en algunos sectores y el avance de los acuerdos paritarios; a los que se sumó la incidencia del significativo aumento en los precios internacionales de las materias primas sobre el precio interno de los alimentos». De todas maneras, el texto señaló que «se espera que la inflación inicie un proceso de descenso gradual y sostenido» y que el Central contribuirá a dicho proceso a partir «del manejo prudente de la política monetaria».
Según los datos de la entidad, si bien la asistencia al Tesoro fue abundante el año pasado, la base monetaria creció por debajo de la inflación. El último dato oficial la ubica en $ 2,53 billones, apenas un 25% más que al comienzo de la pandemia.
Asimismo, el informe ratificó que el dólar será una de las anclas para disminuir la suba de precios. «