Hay riesgo de cientificidio. La ciencia argentina está en peligro de extinción. La fuga de cerebros ya es un hecho. Estas con algunas de las alarmas que difunden desde el sector científico y tecnológico nacional, paralizado ante el feroz recorte del gobierno de Javier Milei. Este viernes, bajo la lluvia, cientos de investigadores e investigadoras se concentraron en el Polo Científico para denunciar el ataque al sector y entregar un petitorio elaborado por la Red de autoridades de institutos de ciencia y tecnología (Raicyt) en defensa de la ciencia nacional. Se presentó la carta con más de 12 mil firmas, pero ninguna autoridad recibió a quienes la entregaron.

“Acá estamos bajo la lluvia en el Polo para entregar el petitorio con 12.000 firmas al Secretario de CyT Dario Genua quien NO nos quiere recibir!! ¿Quién se hace responsable de la destrucción del sistema de CyT? SIN CIENCIA NO HAY FUTURO PARA NUESTRO PAÍS”, escribió en su cuenta de X Andrea Gamarnik, reconocida viróloga e investigadora que trabaja entre otras cosas sobre el dengue.

La gestión de Milei avisó incluso durante la campaña que iría contra la ciencia. Cumplió. Pero el 20 de agosto último se confirmó lo que muchas y muchos científicos consideran la “sentencia de muerte” del sistema de investigación. Fue cuando las autoridades de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia I+D+i), principal organismo que financia la ciencia en el país, anunciaron que no habrá financiamiento para proyectos de investigación, lo cual alcanza incluso a los ya iniciados.

“Esto se suma a los más de 500 despidos directos o indirectos de trabajadores precarizados (personal administrativo y becaries de investigación) en CONICET, el congelamiento de la planta que afecta a casi mil trabajadorxs que ya concursaron sus cargos, la mayor precarización laboral que implica la reglamentación de la Ley Bases que pone en jaque el régimen de planta permanente, y al deterioro de los salarios en el organismo”, plantearon desde ATE Conicet a través de un comunicado.

Otras organizaciones como Jóvenes Científicxs Precarizadxs acudieron a la convocatoria de la RAICyT. Hubo actividades en todo el país, con asambleas en los distintos institutos y lugares de trabajo. “La situación es muy crítica. La Agencia sufrió despidos, igual que el Conicet, hay un vaciamiento muy profundo. Uno de los corolarios de esto es la parálisis de mecanismos de financiamiento de la actividad científica que son fundamentales para el sostenimiento de líneas de investigación y de equipos de investigación. Todo esto se suma a un cuadro de recorte en becas, de parálisis en los ingresos a Conicet, tanto en la carrera de personal de apoyo como en la de investigador. Una serie de situaciones que hacen a un cuadro de extrema gravedad, motivo por el cual se presentó el documento”, dijo a Tiempo Victoria García, secretaria general de ATE Conicet Capital. “Esperábamos en particular respuesta de la Agencia, son los responsables políticos de que hoy los subsidios se encuentren paralizados y que eso esté llevando a una situación que es prácticamente la carta de defunción de la ciencia argentina”.

Gonzalo Sanz Cerbino, secretario adjunto de Ate Conicet, estimó que pese al clima hubo participación de unas 700 personas en el reclamo. Y confirmó que “no van a dar reunión hoy en la Agencia. Se presentó el pedido de reunión y vamos a esperar a ver si hay algún tipo de respuesta a la red Raicyt, que presentó la carta junto con 12 mil firmas”.

Desde ATE Conicet se está preparando además “una jornada nacional de lucha para fines de septiembre, porque vuelven a vencer contratos administrativos y ya sabemos que habrá despidos. El reclamo no solo es por el financiamiento sino también por el ingreso a las carreras, completamente parado desde el 10 de diciembre”. Un ajuste “sin precedentes”.

Un ataque “sin precedentes”

“La situación no tiene precedentes en la historia”, alertaron desde la RAICYT durante la campaña de recolección de firmas y difusión del documento “Frenemos la destrucción del sistema científico y tecnológico: el momento es ahora”.

“Asistimos a un proceso de ajuste y destrucción de nuestras capacidades científicas y tecnológicas que no tiene precedentes desde la recuperación de la vida democrática en nuestro país. La paralización de la inversión en proyectos de investigación, la pauperización de los salarios del sector, y en muchos casos, la precariedad laboral del personal, ha iniciado un proceso de éxodo masivo de investigadores jóvenes y pérdida de personal de apoyo y administrativo. Esto ya está ocasionando la desarticulación de grupos de investigación que ha costado años integrar”, alertan las y los firmantes del texto, entre quienes se encuentran las historiadoras Hilda Sabato, Noemí Goldman, Elisa Pastoriza y Beatriz Bragoni, el doctor en Bioquímica Jorge Geffner, el biólogo molecular Alberto Kornblihtt, la doctora en Ciencias Farmacéuticas y Bioquímicas Juana Pasquini, el bioquímico Gabriel Rabinovich, el investigador y profesor Mario Albornoz, la astrónoma Gloria Dubner, el doctor en Filosofía e investigador Eduardo Barrio, las investigadoras y docentes Mariela Blanco, Valeria Levi y Romina Gamberale, el jurista Roberto Gargarella, el sociólogo Gabriel Kessler, el geógrafo Carlos Reboratti, el ensayista Hugo Vezzetti, los historiadores José Emilio Burucúa y Roy Hora, entre tantos más.

“La Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación, entidad que financia la mayor parte de los proyectos de investigación del país, se encuentra paralizada e incumpliendo compromisos asumidos y firmados con centenares de grupos de investigación y proyectos en marcha. La Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología (ex Ministerio de Ciencia y Tecnología) ha ejecutado al día de hoy menos del 10% de su presupuesto anual, lo que resulta agravado por el hecho de ser un presupuesto prorrogado de 2023, totalmente devaluado (…) Esta situación adquiere un matiz aún más dramático considerando el importante número de investigadores formados por años con recursos del estado, ya seleccionados por mérito luego de superar instancias rigurosas de evaluación, a quienes se les continúa negando la posibilidad de acceder a la institución”, detallaron para dar cuenta de la crisis inédita que atraviesan.

El petitorio apunta a autoridades, legisladores y a la población en general: “Nos duele ver cómo se destruyen las capacidades del sistema científico-tecnológico nacional, herramientas centrales para aportar al desarrollo de nuestro país. Los abajo firmantes solicitamos a las máximas autoridades nacionales implementar de inmediato las medidas necesarias a fin de revertir esta crítica situación. Asimismo, hacemos un sincero llamamiento, no sólo a la comunidad científica y tecnológica, sino también a los diputados y senadores nacionales, al sector productivo y a la población en su conjunto, a fin de defender lo que debe ser patrimonio de todos: un horizonte de desarrollo para nuestro país”.

Advertencia del Consejo de Rectores

Poco después de la actividad en el Polo Científico se difundió el comunicado tras el 92° Plenario de Rectores y Rectoras del Consejo Interuniversitario Nacional (CIN), que advierte que “el estado de situación de la ciencia en la Argentina es alarmante, luego de haber transcurrido los primeros ocho meses de gestión del gobierno nacional”.

“Las distintas políticas de financiamiento destinadas a la adquisición de equipamiento e insumos básicos necesarios para investigar están siendo desarticuladas, generando serias dificultades para mantener el funcionamiento de las líneas de investigación. La falta de insumos y mantenimiento generará la interrupción de proyectos que llevaron años de trabajo e inversión previa y la destrucción de equipos de altísimo costo y funcionalidad”, plantearon quienes están al frente de las universidades nacionales.

“A esta situación crítica se suma que, en estos primeros ocho meses de gestión, el gobierno nacional no ha financiado ningún proyecto nuevo ni ha formulado convocatorias que apoyen o fomenten la investigación, lo que ha provocado la virtual paralización de muchas líneas en curso y la renuncia de profesionales con alta formación. Esto, además, representa una amenaza directa a la calidad educativa en nuestras universidades”, alertaron. Y convocaron a las comunidades universitarias “a velar por el sostenimiento de la política científica de nuestro país que, de no mediar un cambio trascendental de las políticas del gobierno nacional, se encamina a experimentar un proceso de deterioro sin precedentes, lo que impactará directamente en la soberanía y el desarrollo nacional”.