La consultora global Great Place to Work elaboró el ranking Los Mejores Lugares para Trabajar para Mujeres, en Argentina. Del informe se desprende que aún entre las firmas más destacadas, apenas el 27 por ciento contrata más mujeres que varones. Este porcentaje se reduce al 23%, si se tienen en cuenta sólo los puestos jerárquicos. La vigencia del “techo de cristal” y de la “brecha salarial”.
Desde la consultora, aclaran que las variables tomadas para conformar el ranking son dos: Las respuestas a una encuesta anónima realizada a todos los empleados de cada empresa participante; El relevamiento y análisis de las prácticas culturales en general y, en particular, de diversidad e inclusión, así como los beneficios únicos y diferenciales y los programas de desarrollo y liderazgo para mujeres.
De la misma forma, tuvieron en cuenta empresas con más de 20 empleados, más de 2 años de operación en el país y con un mínimo con un 20% de mujeres en su dotación total. A partir del relevamiento, Great Place to Work dividó al ranking en dos: más de mil empleados y hasta mil empleados (ver imágenes).
En ambos listados, una constante ineludible es que el porcentaje de mujeres se reduce considerablemente cuando se evalúan las posiciones jerárquicas. Por ejemplo, en el caso de Naranja, líder del listado con más de mil empleados, el 65% del total son mujeres, pero en la conducción ese porcentaje se reduce al 53%. El caso más paradigmático es el de Atento, que cuenta con un 66% de mujeres en el total (el máximo de la lista), pero ese número se reduce a 49% en cargos de conducción.
Naranja, Falabella y Vea son las únicas del top ten que tienen mayor porcentaje de mujeres en puestos jerárquicos: 65, 56 y 54%, respectivamente. Solamente en Vea hay mayor porcentaje de mujeres en puestos jerárquicos que en el total: 54 contra 42%.
En la lista de empresas con menos de mil empleados, los números son más pequeños, pero la tendencia se sostiene. En la líder del ranking, Natura, las empleadas significan el 82% del total. En puestos jerárquicos, el número se reduce al 59%. Algo similar ocurre en AES Servicios América: de un 72% en el total, pasa a un 59%. Aun así, ese 59% es el más alto de ambas listas.
De este listado, Campari se encuentra en el puesto 7, pese a que cuenta con apenas un 24% de personal femenino y con un bajo 19% en puestos de conducción (más bajo de la lista). Mars, en tanto, tiene sólo un 23% de personal femenino (más bajo de la lista), pero el número crece al 28% en cargos de conducción.
De las 30 empresas que componen ambos listados –es decir, las mejores 30 firmas para las mujeres-, apenas 8 tienen más cantidad de empleadas; un 27%. En puestos de conducción, ese número se reduce a 7; un 23%. Así las cosas, el “techo de cristal” es difícil de romper aún en las empresas que apuestan más a la diversidad.
Great Place to Work, firma global de people analytics y consultoría que ayuda a las organizaciones a obtener mejores resultados de negocio focalizándose en la experiencia laboral de sus empleados, dio a conocer este informe el 28 de mayo en el Hotel Panamericano. Se trata del primer ranking en el país de Los Mejores Lugares para Trabajar para Mujeres, con la presencia de más de 500 representantes de las principales empresas del país.
Tanto Cecilia Riva Mosquera, directora de la firma, como Eduardo Aceiro, Gerente General, coincidieron en la presentación en que “la brecha salarial entre géneros es una realidad, y que el objetivo de este ranking es ayudar a achicar, entre otras, estas diferencias que aún existen”.
Estas palabras son apoyadas por números del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec), que en su último informe sobre distribución del ingreso (1er trimestre 2019) destaca que la brecha de ingresos es del 27%, a favor de los hombres. El promedio de ingreso individual de los varones es de $ 25.333 y el de las mujeres es $ 18.502.
Ese informe deja ver también que en el decil 1 (10% más pobre de la sociedad) el 69% son mujeres, mientras que en el decil 10 (10% más rico) los números se invierten: el 66% son hombres.
De esta forma, queda la clara la vigencia que tienen en nuestra sociedad los conceptos feministas de “techo de cristal” y de “brecha salarial”, tan discutidos por los sectores más conservadores.