Un tribunal turco confirmó este viernes el arresto de 17 personas, entre ellas una mujer siria, por su presunta vinculación con el atentado cometido el domingo pasado en la ciudad de Estambul, en el que murieron seis personas, informaron medios de comunicación locales. El Gobierno del presidente Recep Tayyip Erdogan acusa al ilegalizado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), calificado como grupo «terrorista» por Ankara y sus aliados occidentales, del ataque en el centro de la ciudad bicontinental, en el que también resultaron heridas 81 personas.
Entre los detenidos figura Alham Albashir, una mujer de nacionalidad siria que habría colocado la bomba en la concurrida avenida Istiklal, en el centro de Estambul. Se sospecha que la mujer, de 23 años, entró clandestinamente a Turquía desde el noreste de Siria. Durante su interrogatorio habría confesado haber colocado la bomba.
También figuran entre los detenidos personas que habrían ayudado indirectamente a perpetrar el atentado. Todos fueron trasladados a la cárcel de Marmara, hasta hace poco conocida como Silivri, en las afueras de Estambul. La principal acusada declaró que entró en contacto con el PKK por primera vez en 2017, a través de su exnovio, y mantuvo vínculos con el grupo después de romper con él, según la agencia de prensa oficial Anatolia, que cita un informe de la Policía.
El PKK y las Unidades de Protección Popular (YPG), una milicia kurda activa en Siria y a la que Turquía acusa de estar afiliada al PKK, negaron estar implicados en el atentado. Ningún individuo o grupo reivindicó hasta ahora la autoría del atentado. Las YPG recibieron en el pasado el apoyo de varios países occidentales, entre ellos Estados Unidos y Francia, y estuvieron en primera línea en la lucha contra el grupo Estado Islámico (EI) en Siria. Turquía considera a ambas organizaciones como «terroristas».