Hombres con fusiles y granadas irrumpieron en los estudios de TC Televisión, el canal público de Guayaquil, en la costa ecuatoriana, lo que llevó al cierre de puertas de otras emisoras, en medio de un recrudecimiento de la violencia vinculada al narcotráfico en el país que llevó al presidente Daniel Noboa a decretar el estado de sitio.

Pasadas las 14 (las 16 de Argentina), un grupo de delincuentes armados y con los rostros cubiertos entró a los estudios y exigieron que se les colocaran micrófonos.

No se juega con las mafias”, fue una de las pocas frases que se escuchó al aire, en medio del desorden y los gritos de los empleados del canal. Se oyeron también algunas detonaciones.

«Ante el ingreso de delincuentes a las instalaciones de un medio de comunicación en #GYE, nuestras unidades especializadas se encuentran desplegadas en el lugar para atender esta emergencia», publicó la Policía en su cuenta de Twitter.

El sitio de Teleamazonas señaló que en otros medios de comunicación, como Vistazo y Ecuavisa, se ordenó el cierre total de las puertas y la evacuación del personal.

Los criminales narcos hicieron hablar en vivo a los periodistas, empleados e invitados que se encontraban en ese momento en el canal. «Señor presidente, por favor retire a la policía», les hicieron a decir a varios de los rehenes, que estaban en estado de pánico.

Alrededor de dos después del violento ingreso de los delincuentes al canal, y cuando el lugar ya estaba rodeado por las fuerzas especiales de policía, el grupo nutrido de hombres fue detenido, aunque se especulaba con que algunos de ellos pudieron escapar. El objetivo de la acción propagandística ya estaba más que cumplido.

El ataque se da apenas un día después de que el presidente Noboa decretara el estado de sitio por la fuga de la cárcel del jefe de una de las bandas criminales más grandes del país, alias Fito, a los que se sumó luego otro escape de otro líder de otro grupo.

Fue una jornada en la que, además, se dieron explosiones en varias ciudades, en una estación policial y frente a la vivienda del presidente de la Corte Nacional, se incendiaron vehículos y fueron secuestrados siete policías en Machala, Quito y en la provincia de Los Ríos.