Las rejas verdes de la entrada del jardín ponen un freno al avance de cualquier persona que quiera ingresar a la escuela. O al menos así debería ser. Tras la fachada de escuela segura, el JIC 2 DE 17 Antonio Berni, en la madrugada de este miércoles, sufrió su cuarto robo en siete meses. La estadística convierte al edificio escolar en un lugar vulnerable, aunque las familias aseguran que esa vulnerabilidad esta relacionada con el abandono de las autoridades porteñas.
La escuela infantil funciona debajo de la Primaria N° 15 Antonio Devoto. En marzo de este año ésta escuela fue vandalizada y robada, una vez que los delincuentes rompieron la puerta de ingreso. En esa ocasión se llevaron 150 computadoras y materiales electrónicos como equipos de audio, cámaras, un cañón audiovisual y hasta una alarma del colegio. Las notebooks fueron sustraídas del espacio seguro armado por el ministerio. Hasta la fecha son alrededor de 15 establecimientos educativos que fueron asaltados en apenas dos meses y medio
«Otra vez nos robaron», dicen las familias del Jardín de Infantes N° 2 Antonio Berni. «Parece que no tuvieron tiempo de subir a la primaria», señalan. Es la cuarta vez que roban esta escuela en menos de siete meses. “Siempre entran por el mismo lugar, saltan de la vereda al terreno, de ahí al patio y luego entran por la ventana de sala amarilla”, detalla Sabrina, mamá de una niña que asiste a la escuela infantil.
Tras el tercer robo ocurrido en la institución en marzo de este año, reforzaron el cierre de las ventanas y todo indica que esta vez abrieron la banderola superior, entraron por ahí y una vez dentro abrieron la ventana para escapar.
“Revolvieron todo el jardín, parece que se fueron apurados porque me dijo la vice que en sala amarilla quedó la computadora tirada en el piso. Se llevaron juguetes, una computadora con su monitor y notebook institucional de la escuela. Esta vez no subieron a primaria (las anteriores sí), así que no sonó la alarma y la casera no escuchó nada”, agrega Sabrina.
“Las familias estamos todos con la misma sensación de bronca, mucha impotencia, todos los elementos que se roban son comprados en su mayoría por la cooperadora de la escuela, es el esfuerzo de las familias y son todos los elementos que usan nuestros hijos. Realmente no sabemos qué hacer porque no podemos meter a la escuela dentro de una jaula”, agregó.
Una vez ocurrido el tercer robo, el pasado 25 de marzo, la comunidad educativa de la escuela mantuvo una reunión con la comisaría 11B (ex 45) que se había comprometido Gestiona, entre otros puntos a gestionar a través de la comuna una mejor luminaria exterior; a agilizar la entrega de las compus secuestradas en el robo del 24 de diciembre del 2023; a reforzar el patrullaje durante la noche y fines de semana, estableciendo la puerta de la escuela como zona de descanso obligado del patrullero; y a hacer el pedido formal de un oficial fijo en la esquina de Gualeguaychú y Salvador María del Carril.
Desde el ministerio de Educación porteño que conduce Mercedes Miguel, detallaron a Tiempo que “personal de la cartera educativa se hizo presente rápidamente en la institución para acompañar a la directora. Dada la realización de pericias policiales y por razones de seguridad, se ha decidido suspender las clases, ya que es importante evitar la presencia de los estudiantes en el entorno escolar durante este proceso”.
Pese a que la gran mayoría de las computadoras robadas se sustrajeron de los autodenominados “espacios seguros”, que son aulas reforzadas por el ministerio, desde la cartera insisten en “incrementar los espacios seguros en las escuelas y en reforzarlos con más cámaras de seguridad y sensores de movimiento. En 2022, la Ciudad comenzó a implementar un plan para generar espacios seguros dentro de las escuelas, que cuenten con cámaras de seguridad y alarmas. Actualmente, hay 174 escuelas con espacios seguros”, aseguran.