Luego de una semana intensa en la Cámara de Diputados, vale la pena hacer algunas reflexiones acerca de lo allí ocurrido. Si bien las medias sanciones que obtuvieron los proyectos de ley de Ficha Limpia y de suspensión de las PASO fueron celebradas por algunos/as diputados/as y funcionarios/as del gobierno nacional, los textos sufrieron significativas modificaciones para obtener la mayoría parlamentaria.

El objeto del proyecto de Ficha Limpia del oficialismo es “impedir que quienes hayan sido condenados en segunda instancia por un delito de corrupción puedan ser candidatos para cargos electivos nacionales u ocupar diferentes cargos en el ámbito de la Administración Pública Nacional”. Originalmente, en la propuesta enviada por el Poder Ejecutivo se incluía como condición que la normativa se aplicara en los casos en los que la condena hubiera sido confirmada antes del 31 de diciembre del año anterior al proceso electoral, limitación que no fue aprobada.

No caben dudas, la iniciativa del Ejecutivo y consensuada por diputados/as de varios bloques tiene como único objetivo la proscripción de Cristina Fernández de Kirchner en las próximas elecciones legislativas. Este tipo de artilugios, hechos a medida para proscribir a una persona en particular, son bien conocidos en la historia.

Cabe aclarar que desde el bloque de Unión por la Patria (UxP) no nos oponemos a una iniciativa como la de Ficha Limpia. Presentamos un dictamen cuyo espíritu principal es defender el principio de inocencia, el cual plantea que mientras haya instancias abiertas para que el acusado pueda defenderse, no se lo puede considerar culpable.

Además, el texto presentado por UxP es mucho más amplio dado que incluye otros delitos para inhabilitar la posibilidad de acceder a cargos electivos y ejecutivos. Además de fraude, cohecho, tráfico de influencias, malversación de caudales públicos, negociaciones incompatibles con el ejercicio de las funciones públicas y enriquecimiento ilícito, el dictamen de UxP suma delitos contra la seguridad de la Nación, contra la integridad sexual, trata de personas y sustracción de menores, entre otros. Incluye además a los privados que son copartícipes y beneficiarios de esos delitos.

En todo caso, para evitar lo que ocurrió con el ex presidente Carlos Menem, quien fue a la Corte y esta última no se expidió (lo cual le permitió ejercer varios años el cargo de senador), lo importante no es eliminar instancias, sino establecer plazos para que el Poder Judicial se expida con mayor rapidez.

Por su parte, el proyecto de suspensión de las PASO se terminó aprobando con significativas modificaciones. El texto original contemplaba una reforma sustancial del sistema electoral. Eliminaba las PASO, suprimía la publicidad gratuita en medios de comunicación audiovisuales, terminaba con el financiamiento público de las campañas electorales y aumentaba sobremanera los límites al financiamiento privado. Es una postura que refleja la retórica del gobierno, similar a la encarada con la pauta para los medios de comunicación: por un lado dice que se retira y con eso elude todas las responsabilidades que establecen las leyes, y luego a través de sus propias empresas, o en las que es socio mayoritario, canaliza los apoyos adonde políticamente le resulta conveniente.

Después de varias semanas de negociaciones, de aquel extenso proyecto de 67 artículos quedaron solo 5 incluidos, en los que se establece la suspensión de las elecciones primarias durante este año.

Ambos proyectos de ley quedan entonces en manos del Senado.

Una deuda que según el gobierno “no es”

Es notable cómo la búsqueda por limitar la participación democrática se expresa tanto en temas como Ficha Limpia (proscribiendo posibles candidaturas) y las PASO (suspendiéndolas), como en la conducción de la política económica.

Para tratar un tema tan relevante para la vida de los argentinos como la deuda externa, el oficialismo intenta esquivar la ley que establece que todo nuevo endeudamiento debe pasar por el Congreso de la Nación.

Según quiere instalar el gobierno, los recursos que se están negociando con el FMI “implican nueva plata y no nueva deuda”, por lo cual consideran que sólo se requiere un DNU del presidente, sin intervención del Parlamento. Con estos “fondos frescos”, el Tesoro recompraría deuda al Banco Central, cambiando de acreedor; así dejaría de ser deudor del BCRA, para pasar a deberle al FMI. Pasaría de deuda intra-sector público a deuda externa como si nada. Y, además, a un endeudamiento con condicionalidades.

Más allá de esta “contabilidad creativa”, el plan es aumentar la deuda y nuestra dependencia con el FMI. Entonces, debemos preguntarnos: ¿cuándo le ha ido bien al país estando endeudado con el Fondo Monetario? Nunca esas experiencias han sido positivas para la Argentina. Siempre terminaron mal. Se ganó tiempo, pero todas concluyeron en crisis. Nuestro país no necesita más deuda, necesita desendeudarse.

Nos quieren hacer creer que los problemas que tenemos son porque hay una restricción al flujo de capitales con el exterior. Pero un país que tiene un problema grave de endeudamiento y de conformación de sus reservas no puede no tener administración de las divisas, ni dejarla en manos del mercado. La Argentina no puede prescindir de la administración cambiaria si no tiene resuelta la situación de los flujos que le permiten asegurar que sus ingresos de divisas son superiores a las salidas.

Pasó muchas veces. Pasó no hace mucho con Macri, antes con Cavallo, y también con Martínez de Hoz. La tablita del ministro de Economía de la última dictadura cívico-militar era casi idéntica a lo que hoy está planteado con el 1% mensual de ajuste cambiario. La expresa voluntad del gobierno de fijar el precio del tipo de cambio, algo que además va en contra de su discurso de dejar todas las variables económicas libradas al mercado, no es más que un intento de mantener los actuales valores de inflación para conservar uno de sus pocos, sino el único, capital político: la inflación moderada.

En enero el índice de precios al consumidor tuvo una variación mensual de 2,2% (dato del Indec), mientras que la pauta de devaluación es del 1 por ciento. Es decir, el tipo de cambio se sigue atrasando. ¿Qué les dice el gobierno a los exportadores? “Liquiden, les doy esta ventaja, pero me tienen que liquidar en 15 días. Además, con los pesos inviertan en plazos fijos”. Como la baja de retenciones a la soja fue menor a lo solicitado, los quieren compensar asegurándoles el negocio de la bicicleta financiera, con el llamado carry trade. Es necesario aclarar que eso funciona de ida. El problema es que cuando quienes vendieron dólares quieren salir de la posición en pesos e ir a comprar dólares de vuelta, pasa lo que pasó con Macri cuando se le complicó y tuvo que ir al FMI a pedir los famosos 57.000 millones de dólares.

Estos usos y omisiones del Congreso según la conveniencia del gobierno deben servir como ejemplo sobre la importancia del correcto funcionamiento y la independencia de las instituciones republicanas para una mejor calidad de nuestra democracia.  «