Ya sea en sus coberturas de la Copa América desde Estados Unidos o de los Juegos Olímpicos desde Francia, Ariel Senosiain (45 años) confirmó que ya pertenece a los grandes nombres del periodismo deportivo argentino, no sólo del presente. Hoy en TyC Sports y DSports Radio, aunque con pasado en gráfica, otras radios y autor de libros sobre Marcelo Bielsa y Lionel Messi, su trabajo resalta más allá del difícil arte de comentar partidos: su posicionamiento en contra de las casas de apuestas, un actor omnipresente en la industria del fútbol pero adictivo para la ludopatía de los adolescentes, se viralizó en las últimas semanas.

-Es un tiempo en el que se habla del «fin del periodismo». ¿Qué tiene de cierto y qué de simplificación? En todo caso, ¿cómo se sigue haciendo periodismo?

-Es más una simplificación que una realidad. Jugando con la frase, mientras haya una necesidad para que alguien cuente lo que sucede, siempre habrá periodismo. Sucede que, como cualquier rubro, todo está condicionado por la época. Y hoy hacer periodismo lleva a que sea más fácil buscar un dato en Google que llamar a alguien. Todo es más efímero y el buen periodismo requiere tiempo. Por eso pareciera que hacer buen periodismo hoy es contracultural. Está más ligado a eso que cualquiera complicación que surja de los medios. Lo que requiere tiempo lleva mayor calidad. Y el periodismo está incluido.

-Los periodistas debieron reformular su oficio para seguir formando parte de una industria cada vez más pequeña o, como mínimo, muy diferente a la que era hace 10 o 15 años atrás. Del viejo latiguillo «informar, formar y entretener», a grandes rasgos, la que más queda es «entretener». ¿Qué parte de ese show aceptás y cuál no?

-Aceptar, acepto todo. Cada uno hace lo quiere y también lo que puede. Sería muy soberbio decir yo eso no lo haría. Yo he trabajado en distintos programas, en diferentes medios. En todo caso, cada uno tiene que poner sus características en el entorno en el que trabaja. No me escandalizo por programas de debate. Al contrario, fui parte de programas de debate mucho tiempo y me gustó ser parte. Cuando se reducen las tres nociones a una sola, y se habla solo de entretenimiento, creo que nos enfocamos más en la televisión. Históricamente hubo más periodismo en la gráfica y en la radio que en la televisión, y hoy sigue siendo de la misma forma. Sucede que lo audiovisual pega mucho más que antes. Me parece que está reducido a lo que se ve en la pantalla. Obvio que cambió respecto a hace 10 o 15 años, pero las cuestiones esenciales siguen siendo las mismas.

-Las casas de apuestas fueron habilitadas por gobiernos de todo el arco ideológico, se convirtieron en sponsors de la AFA, River, Boca y tantos otros equipos, y son auspiciadas por futbolistas, influencers y periodistas. ¿Por qué te posicionaste tan abiertamente en contra?

-Hace ya tiempo que estoy con esta idea en la cabeza, quizás el día que dije lo que tomó repercusión junté todo lo que fui pensando. No soy un idealista, entiendo que todo es un negocio, entiendo que para que funcione el negocio tiene que haber auspiciantes, y hoy los auspiciantes ligados al periodismo deportivo están ligados a las apuestas. Entiendo más al periodista que recién empieza o que tiene su medio y que tiene que autosustentarse. En todo caso, lo que marqué y lo que voy a tratar de seguir marcando es la necesidad de un marco regulatorio que expulse a las empresas ilegales y que limite a las legales. Con tanta movida publicitaria, tiene que haber por lo menos un contrapeso para que los más chicos entiendan que no es solo poner unos pesitos y tratar de ganar plata apostando a cómo va salir el partido de tu equipo. Tiene que haber una conciencia verdadera. Porque sé que es una preocupación entre muchísimos docentes que ven cómo están creciendo los preadolescentes y los adolescentes, y todo esto sin contar el resto que en cualquier país supone hacer entrar al mercado de las apuestas. Que los protagonistas se contaminen, se envicien. Eso ya es un segundo paso gravísimo, contra el que poco se puede hacer desde un micrófono. Está solo la consciencia del deportista.

-¿Te ofrecieron hacer publicidad para casas de deportes u otros productos o servicios que rechazaste?

-Me ofrecieron un par de veces hacer publicidad de apuestas y dije que no, pero no quiero golpearme el pecho por haberlo rechazado. Simplemente porque es una idea personal y porque además tengo claro que yo tengo dos trabajos, tengo dos sueldos, y no tengo la necesidad de financiar mis medios o mis plataformas o mis lugares de expresión. Tengo una relación con las redes no muy activa, con lo cual tampoco me interesa generar publicidades. Simplemente eso.

-Los dos libros que publicaste fueron sobre Marcelo Bielsa, cuando era técnico de la selección, y sobre Lionel Messi, cuando aún no había ganado los títulos con Argentina. Ambos fueron protagonistas en la Copa América de Estados Unidos. La sensación fue que Bielsa nunca se sintió a gusto en ese país, y de ahí sus críticas, mientras que para Messi es su nueva casa.

-Tienen diferentes personalidades y sobre todo tuvieron diferentes vidas. Messi está en Estados Unidos porque es el ámbito que encontró para jugar con menor presión. Siempre tendrá la exigencia personal de querer ganar cualquier partido que juegue pero es otra la vara estando en la MLS que tratando de ganar una Champions. Como dijo el Tata Martino, jugar y vivir en Estados Unidos le da a Messi la posibilidad de ser un hombre común, por lo menos en algunos momentos. Más allá de eso, creo que los dos, durante la Copa América, han tenido opiniones críticas. Porque después del segundo partido, Messi se quejó del campo de juego. Pasa que lo hizo con su forma, sin la vehemencia que tiene Marcelo Bielsa. Pero Messi dijo ‘nos dicen que no hablemos pero acá las canchas están muy mal’. Quizás pasó de largo porque Bielsa lo dijo con un nivel de exaltación, como él mismo dijo, poco habitual en el fútbol. Se sabe que Bielsa muchas veces en su carrera fue contra lo establecido, asumiendo ser parte del negocio. Ahí hay un tema. Él critica el sistema y muchos se quejan que critique el sistema siendo parte de él. El otro pensamiento sería que a veces es más difícil criticarlo desde adentro, y es lo que Bielsa hace.

-¿Qué sensación te quedó de la Copa América? Para Estados Unidos, para el ciudadano promedio, ¿Messi es más que el fútbol?

-Sin dudas. Messi es conocido por casi todos los estadounidenses, por no decir todos. Y el fútbol es jugado por pocos y mirado por no muchos más. Messi promocionaba las empresas auspiciantes de la Copa América pero a la Copa América en sí no se le daba mucha promoción en Estados Unidos. Paradójicamente, en canchas que no eran acordes a un torneo de selecciones se terminó lesionando ese producto estrella.

-¿Es mucho tiempo dos años en la MLS para que Messi llegue al Mundial 2026?

-En primer lugar, me parece mucho dos años para cualquier jugador de 37 años, sin importar la liga donde juegue. En segundo lugar, creo que Messi es cauto porque es criterioso. Él no mira mucho más allá del horizonte porque sabe que a su edad, y con un físico como el suyo, castigado por una carrera tremenda, hay que contemplar lo que haya a cada semestre. De acá a fin de año, Messi seguirá en la selección, y ojalá que después siga. Pero será él quien tome la decisión. La MLS es dinámica y atlética, no creo que lo tire para abajo a Messi. Tal vez los entrenamientos pueden tener menor intensidad pero lo que pasó este año es que tuvo el periodo de vacaciones más largo de su carrera y que, luego de ese lapso, tuvo una gira que fue más una gira de Globetrotters que un trabajo de base para futbolistas. Así llegó a sus lesiones musculares de 2024.

-De Estados Unidos fuiste, casi sin escalas, a París. ¿Qué tienen los Juegos Olímpicos que no tienen los mundiales de fútbol o, en menor escala, las Copas América?

-Hasta el 18 de diciembre de 2022, haber presenciado unos Juegos Olímpicos representaba la experiencia mas valiosa de mi carrera. Había ido a los de Río 2016 y, como el seleccionado argentino de fútbol quedó afuera rápidamente, pude presenciar experiencias de todo tipo, y los Juegos tienen la particularidad que todo el tiempo está por pasar algo. Es tremendo, una montaña rusa hermosa. Claro, la noche del Lusail rompió con todo porque sé bien que en mi carrera no voy a vivir tanta emoción.

-Muchos periodistas deportivos suelen reconvertirse en cronistas de política. Tuviste un paso por el noticiero de la TV Pública pero elegiste no seguir. ¿Por qué?

-Fue una linda experiencia. Me quería probar en el periodismo general. Me surgió la chance y la pasé bien. El interés general me obligó a prepararme más de lo que me preparo diariamente en mi función de hoy. Fue una experiencia en la TV Pública que tiene un potencial para volver a ser alguna vez el gigante que fue, pero que evidentemente necesita un reinicio. Necesita más que un empujón. Al periodismo general, o político en sí, le veo poca imparcialidad. Eso quizás haya sido una razón por la cual no me interesó seguir.

-Comenzaste en la prensa gráfica y pasaste a la TV y radio. Te formaste en una época en la que en las redacciones se decía, casi jactanciosamente, que una base en diarios daba un plus. Dada la pérdida de presencia del periodismo gráfico, ¿cuál sería ahora la mejor formación para un periodista?

-La mejor formación posible sigue siendo la misma, siempre y cuando exista la idea de ser un periodista integral. Entiendo que para muchos otros el gran deseo es hacer algo muy puntual, y para eso no se necesita pasar por diversos medios. Pero si vamos a lo integral del periodismo, la gráfica lo que dio y lo que dará siempre es vocabulario y la necesidad de tener un enfoque, una noticia. Y la radio te da soltura, frescura, último momento. Creo que, para la tele, es ideal haber pasado por la radio antes. «