Lo que más le gusta es tocar y el primer viernes de agosto ya tiene una fecha en Club Atlético Fernández Fierro. Con su estilo de arrabal y de juglar murguero intacto, más vigente que nunca, Ariel Prat, guitarrista, cantante, poeta, en definitiva un narrador de la cultura popular, presenta su nueva producción musical: Pratanguero: 3°, trabajo recientemente subido a las plataformas digitales. Allí, en esta parte del a trilogía tanguera, Prat tiene colaboraciones con Juan Subirá, Pablo Valle, Julián Peralta, Daniel Melingo y Mariano González Calo. “Era un asunto pendiente” asegura. Antes de partir a Europa de gira por un tiempo, Prat estará acompañado en este recital por un trío de lujo: Manu Sacco en guitarra, Nicolás Kornblihtt en bandoneón, Carlos Milkis en contrabajo y algunos invitados como, Hernán Sharpe en piano, Amy Münchgesang en viola, Mariano González Caló en bandoneón y Cucuza Castiello en voz (quienes también participa en el disco), así como Charly Torrado en percusión y los bailarines Jorge Firpo Y Diana Mestre, que amenizaran la milonga que pretende armar Prat.
Nacido en el barrio porteño de Villa Urquiza, la vida de Ariel tiene algo de especial: se volvió en un referente de la canción porteña, de la cultura murguera, pero de chico fue parte de Los Cebollitas, jugando con Diego Maradona (recuerdos que volcó en primera incursión literaria: el libro de cuentos Batata Negra), y llegó crear canciones de cancha en la hinchada de River. “Siempre me gustó lo poético y la expresión popular, en cualquiera de sus formatos”, comenta. El pasado 3 de julio, Ariel Prat presentó en el Café Tortoni su nueva obra literaria, La pelota me busca, un libro de relatos futboleros y autobiográficos
-¿Cómo surgió la idea de explorar tu lado tanguero?
-El tango es algo que siempre estuvo en mí. Yo nunca pronuncie en anglosajón o exploré territorios ajenos y tuve una estética del barrio, y con cierto espíritu que se puede identificar como del tango. Nunca me alejé de mi centro. Canté siempre con la misma inflexión, quizás no siempre tan obvio, o más oculto, pero si se presta atención todos mis temas tienen un espíritu tanguero. Expresiones, guiños que son parte de mí. Yo lo tengo incorporado. Tengo un tema que se llama “El tango te espera”, y así es, pero si te espera es porque te conoce.
-¿Cómo describís este tercer ep de Pratanguero?
-Es un recorrido de los temas tangueros de mi discografía y también los nuevos. Hay colaboraciones con Juan Subirá, Pablo Nemirovsky, entre otros. También siento de alguna manera que estos rescates de tango y milongas están en mi ADN, que estaban pidiendo cancha. Tangos que cantaba mi viejo, como “Amor en remolino”, de Catulo Castillo, que tiene una fuerza tremenda. Hay un tango mío que se llama “Parisina”, que canta Cucuza; tiene de todo. Los chicos de Astillero, ponen su impronta. El 2 de agosto vamos a festejar toda esta movida, con amigos, con el arte de Salvador Batalla, y los videos de Diego Surueta. Todas sorpresas para juntarnos y disfrutar de esta milonga alternativa.
-¿Se relaciona el tango con la murga?
-Son expresiones populares. La murga nuestra es una marca país, que se ven en los estadios de fútbol: muchos países cantan canciones que creamos nosotros. Esa manera coral y pasional de transmitir sentimientos viene de la murga. Y como exportamos tangos y cantantes, también exportamos canciones para alentar a un equipo. Hay algo ahí que atrae. El viejo candombe criollo fue muchas veces ignorado, no así el tango, pero están relacionados. Por caminos diferentes llegaron al mismo lugar, creo. Los dos tienen una fuerte raíz en nosotros, y nosotros decimos las cosas de cierta manera y eso atrae. Arraigado, evoluciona el canto popular, en milonga y luego en tango y se vuelve a unir. El baile murguero no tiene que ver con el tango si lo mirás rápido. Pero hay un eslabón perdido que los une. Y esa es la manera de expresar sentimientos. La manera propia, argentina. Dentro de ese universo era algo pendiente para mí, meterme en el género y mostrar lo más puro. Sin embargo, el irreverente que siempre fui también aparece: en una parte rapeo y usamos el bombo de murga y demás detalles que me gustaría que el que escuche lo descubra. El embrujo del tango no tiene que ver con la cosa tilinga for export, sino que tiene que ver con otra cosa. Por ejemplo, en mi tango “Parisina”, no hablo de París para turistas del Moulin rouge, sino de la París profunda y sufrida de los márgenes. Bueno eso trato de mostrar.
-¿En el contexto actual cómo ves la escena artística?
-La cultura en general, y la música en particular no puede desprenderse del contexto demencial que nos toca, que criminaliza cualquier tipo expresión en nombre de una supuesta libertad que no es tal. Es todo tan increíble, que el asombro se queda sin ejemplos, como dijo alguno. Pero es de no creer: Tecnópolis no puede ser público, y gratis, tiene que ser alquilado para alguien que quiere hacer negocios, que solo ofrezca algo para el que pueda pagar. Esta forma de ver le hubiese cortado las manos a Roberto Arl. Pero creo que a pesar de la negación y la represión, la potencia cultural termina prevaleciendo. Suelo decir que los escenarios alternativos son circunstancias que no podemos evitar, y estamos comprometidos a colaborar, pero no es lo ideal.
Ariel Prat
Presenta la tercera entrega de Pratanguero. Viernes 2 de agosto, a las 21 en CAFF, Sánchez de Bustamante 772.