En diciembre del año pasado, durante la Marcha de la Resistencia, organismos de derechos humanos presentaron al gobierno nacional un petitorio con casi 10 mil firmas en la que solicitaron la apertura de la totalidad de los archivos del terrorismo de Estado desde el año 1974 a 1983.
A partir de ese pedido, fueron convocados este jueves a la Agencia Federal de Inteligencia, donde fueron recibidos por la interventora Cristina Camaño. Los invitados fueron Carlos Loza y Carlos Lordkipanidse, sobrevivientes de la ESMA e integrantes del Encuentro Militante Cachito Fuckman.
Se trató de la primera vez que un organismo de derechos humanos ingresa a la AFI, ex SIDE. Además, pudieron ver los ficheros encontrados el año pasado con 250 mil fichas de inteligencia y conocer qué tipo de información contienen.
“Esto es un acontecimiento histórico, es la primera vez que a organizamos de derechos humanos nos abren las puertas de la AFI para atender un reclamo”, señaló Lordkipanidse, aunque lamentó que se trató de “una respuesta de carácter burocrático” a su pedido de apertura de archivos y que se fueron “con las manos vacías”
Según explicaron desde la AFI, la información que encontraron al llegar al edificio de la calle 25 de mayo no puede hacerse pública y sólo pueden entregarla a la persona que figura en esa ficha o a algún familiar ya que se trata de información personal y, en muchos casos, que no está vinculada con la represión o la dictadura. Desde varias causas judiciales ya pidieron información a la Agencia por esos archivos y ya llevan digitalizadas más de 1000 de esas fichas.
Un recorrido por los archivos
Loza y Lordkipanidse relataron que pudieron acceder al piso donde se encontraban los tres muebles que contenían las 250 mil fichas. Que eran un total de 13 pero faltan 10 muebles que no se sabe donde fueron a parar.
“Uno solo tenía las letras A, B y C. El otro asaltaba de la D a la L. Vimos una que la habían preparado, que era la ficha de Cachito Fuckman. Ahí no figura su secuestro sino un viaje al exterior y que estuvo entrevistándose dos veces con un preso político, con (Mario) Firmenich, en Devoto”, señaló Loza.
“Lo que estamos buscando y vamos a seguir buscando es dónde estuvieron detenidos los compañeros, su destino y que pasó con sus cuerpos. Sabemos que las fuerzas registraban todo, está en algún lugar, pero no es esto”, manifestó Loza y destacó: “Desde el año 83 nos vienen diciendo que (Reynaldo) Bignone y (Cristino) Nicolaides habían quemado todo y ahora resulta que no, aparecen estas cosas, está a 40 metros de la Casa Rosada y ocupa como 15 metros cuadrados”, añadió.
Un nuevo petitorio
Loza y Lordkipanidse dejaron en la mesa de entrada de la AFI un nuevo pedido de información, esta vez dirigido específicamente a la Agencia.
Mencionan allí que en la ESMA se generaron al menos cinco tipos de documentos sobre el accionar represivo: 1) Fichas de secuestrados en las que se asentaba información básica de cada persona llevada a la ESMA y que eran microfilmadas; 2) Legajos de secuestrados, que se conservaban encarpetados en ficheros colgantes, y remitían a las fichas antes mencionadas; 3) Un libro de grandes dimensiones en el que se anotaba a cada secuestrado que ingresaba en la ESMA; 4) Fichas de blancos, que contenían datos de personas que todavía no habían podido secuestrar y 5) Expedientes referidos a organizaciones políticas.
También en el Comando de Institutos Militares, con sede en Campo de Mayo, familiares de desaparecidos vieron las listas con información sobre el paradero de las personas detenidas-desaparecidas.
Señalaron que, a partir de su experiencia en las causas por delitos de lesa humanidad, entienden “que la actual AFI debe tener, en sus fondos, documentos producidos por la entonces SIDE, lo que incluye los envíos de información de los demás elementos que conformaban esta «comunidad informativa» al servicio de la represión”.