El 2 y el 16 de noviembre el Diego Schissi Quinteto presenta su último disco en Virasoro Bar: Apiazolado, la música de Ástor Piazzolla intervenida por Diego Schissi.
¿Pero de qué tipo de intervención se trata? Piazzolla decía que cuando le presentaba a Aníbal Troilo los arreglos para su orquesta, “Pichuco” utilizaba la goma de borrar para “limpiarlos” y hacerlos más cercanos a su propio estilo.
Como es sabido, tras su alejamiento de esta orquesta, Piazzolla se transformó en el gran renovador del tango de la segunda mitad del siglo pasado y su obra trascendió los límites del género y la geografía, ya que su música se convirtió en un sonido universal identificado con el vértigo y la melancolía de la ciudad de Buenos Aires.
En 2018 el pianista Diego Schissi fue invitado por Daniel “Pipi” Piazzolla, curador de “Experiencia Piazzolla”, festival en homenaje a su abuelo, para que realizara una serie de versiones de la obra del bandoneonista y compositor marplatense.
El resultado se plasmó en Apiazolado, la música de Astor Piazzolla, un álbum en el que Schissi, al frente de su quinteto (Santiago Segret,Gui bandoneón; Guillermo Rubino, violín; Ismael Grossman, guitarra y Juan Pablo Navarro, contrabajo –reemplazado ahora por Cristian Basto) interviene siete composiciones del reconocido músico.
«Apiazolado», la relectura de un innovador
Y la utilización del verbo intervenir tiene su justificación, ya que Schissi no se limita solamente a hacer los arreglos d la música de Piazzolla, sino que se sumerge en las partituras, se desliza entre los pentagramas y las figuras y observa desde dentro de ellos lo que necesita para reformular una música que sigue teniendo originalidad, potencia, vitalidad y vigencia.
A diferencia de lo que hacía Troilo con la goma de borrar, el pianista utiliza su lápiz para hacer una reescritura de la música de Piazzolla, tal como lo hizo con la de Mariano Mores en su disco Tanguera, la música de Mariano Mores, publicado en 2018.
Schissi, experto en la escritura que delinea un término medio entre la libertad y la forma, se ubica en el otro lado del espejo de las partituras y las convierte en un ejercicio estilístico que potencia sus características, como se advierte desde el vamos con la introducción y desarrollo alla Ginastera de “Michelangelo 70”, tema que abre el disco.
En sus casi cuatro minutos de duración, aparecen sutiles guiños a música contemporánea e incluso cierta potencia de rock progresivo, pero sin salir de la sonoridad ciudadana.
Esta es una característica que se puede apreciar a lo largo de toda la placa.
En “Revirao” el quinteto se ciñe un poco más a la estructura original de la composición, con un destacable trabajo de Rubino haciéndose cargo del conmovedor solo central en contrapunto con el contrabajo.
El intrincado ostinato que da comienzo a “Libertango” interna al oyente en una pieza en la que el arreglo de Schissi apela a diversos climas que alejan a esta versión de la original, que es más lineal. El final es un acelerando que desemboca en un torbellino con diversos cambios armónicos.
Con “Preparense” vuelve la calma, alternándose el protagonismo Segret y Grossman, a cargo de las líneas melancólicas de la melodía.
“Kicho”, tema dedicado por Piazzolla al contrabajista Ernesto “Kicho” Díaz, quien integró su Quinteto Nuevo Tango, permite el lucimiento de Navarro, que explora todos los recursos de su instrumento tanto de manera solista como en contrapunto con el violín y la guitarra.
Una vez más una compleja secuencia da inicio a una inesperada versión de “Adiós Nonino”. El quinteto deconstruye la introducción, pero ingresa a la emotiva cadencia del tema en la que se alternan el piano, el violín y el bandoneón, mientras la guitarra y el contrabajo sostienen el andamiaje armónico.
El álbum cierra con “María de Buenos Aires”, en la que se condensan a modo de suite tres secciones de esta ópera. El quinteto a pleno conduce gradualmente a un juego de distintas sensaciones, en el que se respira ambiente de melancolía (“Contramilonga a la funerala”), de ensoñación sonora (“Tangata del alba”) y un clima nostálgico decididamente porteño (“Fuga y misterio”). Este último segmento se va extinguiendo sutilmente con el sonido de la guitarra.
Con quince años desde su formación, presentaciones en los escenarios más importantes del país y del exterior y siete discos publicados: Tongos (2010); Tipas y Tipos (2012) -ganador del Premio Gardel 2013 al mejor álbum de Tango Alternativo; Hermanos (2014) -junto a Aca Seca Trío-; Timba, (2016) – ganador del Premio Gardel 2017 en la categoría Tango Instrumental-; Tanguera, la música de Mariano Mores (2018); Te, (2021) y el reciente Apiazolado, la música de Astor Piazzolla (2023) y el DVD Tongos en vivo (2011), el Diego Schissi Quinteto continúa ofreciendo una música que condensa el sonido actual de la ciudad de Buenos Aires.
Su método de trabajo lo convierte en una de esas formaciones que funcionan como precisas maquinarias de reloj (como ocurre con el quinteto de Miles Davis, por ejemplo) con un elaborado equilibrio entre virtuosismo, experimentación y originalidad.
Diego Schissi Quinteto presenta Apiazolado, la música de Astor Piazzolla el 2 y 16 de noviembre.Doble función: 20.30 y 23.Virasoro Bar, Guatemala 4328, Palermo, CABA.