Como en los años sesenta del siglo pasado, surgieron ahora en todo el mundo los comités de solidaridad con Cuba, no ya como entonces, para sumarse a la defensa del recién nacido Estado socialista, sino convocados por la urgencia de abrir una grieta en la criminal barrera del bloqueo. Para asumir la convocatoria de la Asamblea Nacional cubana y denunciar en todos los foros el endurecimiento de las medidas de boicot impuestas por Estados Unidos. Y, paralelamente, para romper el bloqueo, haciendo llegar a la isla jeringas para suministrar sus propias vacunas y otros insumos básicos para enfrentar el Covid-19. “Por un ineludible imperativo ético la humanidad debe sumarse a esta empresa (…), denunciando las políticas de Estados Unidos, sólo respaldadas por gobiernos fascistas como el de Jair Bolsonaro (Brasil) y Beniamin Netanyahu (Israel)”, exhortó el diario mexicano La Jornada.
De todos lados llegan las donaciones. Las 380 mil jeringas con sus agujas enviadas desde Argentina estuvieron entre las primeras en llegar. El canciller cubano Bruno Rodríguez Parrilla se encargó de valorar el gesto solidario. Un gesto más valorable aun cuando se da casi a la misma hora de haberse conocido la persecución de la marina de Estados Unidos a dos naves iraníes portadoras de una carga, solidaria también, enviada por Teherán a Venezuela, otro pueblo bloqueado. “Político”, una publicación web norteamericana, puso en boca de una fuente no identificada del gobierno de Joe Biden, la más soberbia de las justificaciones de ese seguimiento que se viene haciendo desde que las naves iraníes entraron a aguas del océano Índico: “La navegación de esas unidades de Irán supone un desafío a la autoridad de Estados Unidos en la región”.
El demócrata Biden es un digno heredero y fiel continuador de lo hecho y deshecho por el republicano Donald Trump el presidente estadounidense que profundizó el bloqueo, haciendo el mayor uso posible del poder financiero, político, diplomático y militar para imponerle al mundo la prohibición de mantener cualquier tipo de relación con Cuba. Biden amplificó el odio, y en medio de la pandemia sigue dándole curso a su espíritu exterminador.
Ejemplos no faltan:
+ Una donación de barbijos, mascarillas profesionales y kits para diagnósticos de la Fundación Jack Ma, de China, nunca pudo llegar a Cuba porque a última hora su transportista, una naviera estadounidense, declinó hacer el servicio arguyendo las regulaciones del bloqueo. Por la misma razón no fue posible la compra de ventiladores pulmonares a la californiana Vyaire Medical Inc. Las compañías suizas IMT Medical y Acutronic Medical –líderes mundiales en el desarrollo y la fabricación de equipos médicos, y viejos proveedores de la isla– también desistieron, porque al pasar a manos de Vyaire Medical quedaron obligadas a suspender toda relación comercial con Cuba.
+ Varios bancos suizos –el UBS, la Banque Cler y el Cantonal de Basilea– se negaron a transferir donaciones realizadas por las organizaciones helvéticas de solidaridad MediCuba-Suiza y Asociación Suiza-Cuba. Esas donaciones eran para la compra de los reactivos necesarios para los test de diagnóstico y equipos de protección empleados en el enfrentamiento al Covid-19.
+ La española Unfamed, revendedora habitual de las bolsas de sangre producidas por la japonesa Terumo BCT, informó que a esta le bloquearon la cuenta bancaria, aduciendo que para venderle a Cuba productos que no se producen en Estados Unidos debe contar con una licencia adicional. La nueva realidad derivó en desabastecimiento.
+ El indio DBS Bank se sumó dócilmente al bloqueo, al negarse a recibir documentos de embarque de los proveedores Serum Institute of India Limited, Apex Drug y RHR Medicare por no contar con la Licencia OFAC para operar con Cuba (OFAC se trata de una venia otorgada por el Departamento del Tesoro de Estados Unidos). Esta situación afectó el suministro de las vacunas BCG y PRS, que hacen parte del Programa de Inmunización a niños cubanos contra cuatro enfermedades: tuberculosis, papera, rubeola y sarampión.
+ La Agencia Naviera de México notificó que, por el bloqueo, ya no tiene buques para recalar en Cuba. Esta situación afectó la entrega de los medicamentos Dipirona y Glibenclamida (de uso en el tratamiento de la diabetes mellitus Tipo 2).
+ La aerolínea colombiana Avianca tampoco acepta productos con destino final Cuba, lo que ocasionó un retraso en la entrega del Valproato (un medicamento empleado en los pacientes con trastorno bipolar), lo que genera retraso en los tratamientos y lleva a recurrir a soluciones alternativas, con gastos superiores a los valores contratados.
+ La Sociedad Mercantil Importadora y Exportadora de Productos Médicos MediCuba contactó a las siete compañías que forman parte de su Cartera de Proveedores, pidiéndoles que actualicen la documentación para dar continuidad a las relaciones comerciales. Sólo el laboratorio Lilly respondió, y fue para anunciar que renunciaba a continuar como proveedor de MediCuba. + Más de 70 compañías estadounidenses fueron contactadas por MediCuba para indagar sobre las posibilidades de importar medicamentos, equipos y otros insumos necesarios para el Sistema Nacional de Salud. La casi totalidad no respondió y tres dijeron que, debido al bloqueo, no podían establecer vínculos comerciales con entidades cubanas. Cada uno cumplió con lo suyo según lo ordenado por la Casa Blanca.