La solución de dos Estados «como la única posible» al conflicto entre israelíes y palestinos fue defendida ampliamente por los cancilleres de los países del G20 reunidos este jueves en Río de Janeiro, Brasil, una cita en la que la guerra en la Franja de Gaza ocupó un lugar central, además de los llamados a ampliar la representatividad en los organismos multilaterales y la condena al conflicto entre Ucrania y Rusia.
El encuentro de cancilleres de dos días tuvo el miércoles su primera reunión de trabajo, cuyo tema fue «tensiones geopolíticas actuales», donde las 45 delegaciones participantes «expresaron sus posiciones sobre el papel del G20 en relación con las tensiones actuales, incluidos los dos principales conflictos que se debaten en el grupo, a saber, Palestina y Ucrania», dijo el ministro de Exteriores de Brasil, Mauro Vieira, en diálogo con la prensa al final del encuentro.
En la reunión, hubo una «virtual unanimidad en apoyo a la solución de dos Estados como la única solución posible para el conflicto entre Israel y Palestina», afirmó Vieira, cuyo país preside este año el G20.
El ministro del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva «no habló directamente de unanimidad porque no todas las intervenciones (de los países) abordaron el asunto, pero quien se manifestó lo apoyó y fueron muchos», dijo a la agencia de noticias AFP una fuente de la Cancillería brasileña.
Ese consenso fue resaltado también por la Unión Europea (UE).
En las conversaciones entre los cancilleres «hay un denominador común: que no habrá paz, no habrá seguridad sostenible para Israel a menos que los palestinos tengan una perspectiva política clara de construir (su) propio Estado», dijo a periodistas el jefe de la diplomacia de la UE, Josep Borrell.
Espen Barth Eide, el ministro de Exteriores de Noruega -país que en los años 90 fue sede de diálogos de paz entre israelíes y palestinos-, instó a diseñar «un camino creíble» hacia una solución de dos Estados, que incluya, el reconocimiento de Palestina y «el establecimiento real de instituciones palestinas» y «la normalización de las relaciones» entre países árabes e Israel.
La reunión en Brasil ocurrió al día siguiente de que el Parlamento israelí aprobara por amplia mayoría una resolución contra cualquier «reconocimiento unilateral de un Estado palestino», que según el texto equivaldría a recompensar «el terrorismo sin precedentes» del movimiento islamista palestino Hamas.
La moción impulsada por Netanyahu y votada en el parlamento se llevó a cabo pocos días después de que el diario estadounidense The Washington Post asegurara que Estados Unidos y varios países árabes trabajaban en un plan global de paz con un calendario para la fundación de un Estado palestino, una vez que concluya la actual guerra entre Israel y Hamas en Gaza.
Los palestinos quieren, tal como reconoció la ONU, que su futuro Estado incluya la Franja de Gaza, Cisjordania y Jerusalén este, pero estos dos últimos territorios están ocupados por Israel desde 1967, que se niega a cederlos y dice que solo reconocería a un Estado palestino cuya creación haya sido negociada por las dos partes.
El apoyo a una solución de dos estados centró las intervenciones en la ciudad balnearia casi cuatro meses después de que Israel lanzara una ofensiva en la Franja de Gaza, en respuesta al ataque del 7 de octubre de Hamas en el que los islamistas palestinos mataron a 1.200 personas y secuestraron a cerca de 240, entre ellas una veintena de argentinos.
La ofensiva israelí en el enclave palestino ya dejó 29.410 personas fallecidas, en su mayoría mujeres y niños, según el último balance del Ministerio de Salud del enclave.
Durante los dos días de trabajo, varios de los países miembro manifestaron su preocupación por una posible escalada regional del conflicto en Gaza, pidieron la «liberación inmediata» de los rehenes israelíes, así como demandas de ampliación de la ayuda humanitaria y el cese de las hostilidades, según Vieira, quien no especificó qué países apoyaron cada una de esas proclamas.
Además, varios países reiteraron su condena a la guerra en Ucrania, como viene ocurriendo desde 2022 tras el inicio del conflicto, según comentó Vieira.
En la apertura del G20, Brasil colocó en la agenda el asunto, al arremeter contra la «inaceptable» inacción de los organismos multilaterales ante los conflictos de Gaza y Ucrania.
«La sesión de esta mañana abordó la reforma de la gobernanza mundial, que para Brasil es una prioridad urgente», dijo Vieira y en ese sentido, aseguró que «todos coincidieron en la necesidad de reformar las principales instituciones multilaterales -la ONU, la Organización Mundial del Comercio, el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI), entre otras- para adaptarlas a los retos del mundo actual».
Al finalizar las dos jornadas, Vieira insistió con esa línea: «Todos mencionaron la necesidad de impulsar los debates sobre la reforma de la organización (ONU), especialmente de su Consejo de Seguridad, con la inclusión de nuevos miembros permanentes y no permanentes, especialmente de América Latina y el Caribe y de África».
El jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, se reunió el miércoles, antes del G20, en Brasilia con el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, a quien le transmitió su desacuerdo por haber acusado a Israel de cometer un «genocidio» en el territorio palestino y comparado la campaña militar israelí en Gaza con el Holocausto.
Las declaraciones de Lula abrieron una crisis diplomática con Israel, que lo declaró «persona non grata». En respuesta, Brasil convocó al embajador israelí y llamó el suyo en Tel Aviv a consultas.
En cuanto a los bancos multilaterales de desarrollo y el FMI, Vieira dijo que «también hubo una gran convergencia sobre la necesidad de facilitar el acceso de los países más pobres a la financiación, así como sobre la urgencia de aumentar la representación del mundo en desarrollo en su gobernanza».
La de hoy fue la primera reunión ministerial bajo la presidencia de Brasil en el G20 y fue preparatoria para la cumbre de líderes que se celebrará el 18 y 19 de noviembre en Río de Janeiro.