Si bien es el tercer cáncer más frecuente en hombres y el cuarto en mujeres, el de pulmón es el tumor que más muertes provoca en la Argentina: 10.600 al año. Según cifras oficiales, se detectan 13.000 nuevos casos anualmente, convirtiéndose en el tercero con mayor incidencia. Lo que genera la necesidad vital de tres factores para disminuir su potencia: la prevención, la detección temprana y la mejora de tratamientos.
Sobre este último punto hubo una importante novedad científica en las últimas horas, al conocerse que la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) aprobó para el país un nuevo tratamiento llamado amivantamab, que demostró ser eficaz para personas con una mutación específica (gen EGFR) dentro del subtipo de «células no pequeñas». Más concretamente, las que están en el proceso de metástasis.
El organismo de control médico y sanitario de la Argentina aprobó su uso para pacientes que ya recibieron quimioterapia pero que no reaccionaron bien al tratamiento y siguieron desmejorando. Se trata de alrededor de un 3% del total. Un sector que hasta acá solo tenía en la quimio el único tratamiento posible.
Según informaron, Amivantamab demostró ser segura y eficaz en el estudio clínico Chrysalis, donde evaluaron a pacientes con cáncer de pulmón que tenían la mutación EGFR. El cáncer no es curable en su totalidad cuando hay metástasis, pero existe una posibilidad de supervivencia con buena calidad de vida. La investigación arrojó una tasa de respuesta global a la medicación del 37%, con una mediana de supervivencia global de 23 meses, “algo inédito para este tipo de tumor”, remarcaron.
Mortalidad y tratamiento
El fármaco es un anticuerpo que tiene la capacidad de unirse a dos receptores genéticos, cuando los anticuerpos suelen están dirigidos hacia un solo receptor. «El Amivantamab es un anticuerpo específico que se une a dos receptores celulares evitando la resistencia de la célula a la medicación oncológica», responde a Tiempo el doctor Joaquín García Morato, Jefe de la División Cirugía Torácica del Hospital de Clínicas de la UBA (MN 60.400).
Destaca que se puede utilizar para un tipo específico de tumor de pulmón EGFR positivo que tiene una mutación particular poco frecuente: «Está autorizado para estadios avanzados, es decir, cuando hay metástasis y luego de que haya fracasado el tratamiento con quimioterapia convencional. De cada 100 pacientes con cáncer de pulmón, 15 van a ser EGFR positivos y de estos solo 2 o 3 van a tener la mutación específica para este nuevo tratamiento».
Actualmente, el tratamiento de los tumores pulmonares varía en función de su estadio (hay 4 niveles) y del estado del paciente. Va desde una única cirugía o combinada con quimio/inmunoterapia hasta radioterapia o combinaciones de todas las modalidades mencionadas. «La incorporación de la cirugía robótica también significó un adelanto importante en el tratamiento quirúrgico», subraya García Morato.
Y advierte que en nuestro país el tumor de pulmón es el tercer cáncer más frecuente en hombres y mujeres, «pero el primero en mortalidad en ambos sexos«. Esto se debe –enfatiza– a que su aparición suele pasar desapercibida y, cuando da síntomas, muchas veces es sinónimo de estadios más avanzados: «Por esto es tan importante dejar de fumar y, para los fumadores mayores de 50 años, hacerse una tomografía computada de tórax para un diagnóstico precoz, lo cual mejora significativamente la posibilidad de cura. El rango de cura a 5 años varía entre 90% para los estadios más iniciales hasta cercano a cero para los muy avanzados».