Washington
El flamante presidente de Estados Unidos, el magnate republicano Donald Trump, amenazó con intervenir Chicago con fuerzas federales si la ciudad no puede reducir la tasa de homicidio y frenar la «carnicería» en la que, según el mandatario, está sumida, una idea que fue bien recibida por la Policía local.
«Si Chicago no arregla la horrible ‘carnicería’ que está pasando, 228 tiroteos con 42 muertos (un 24% más que en 2016), mandaré a los federales», advirtió Trump anoche en un mensaje en su cuenta de Twitter.
La tasa de homicidios en Chicago, la cuna política del ex presidente Barack Obama, es la más alta del país y se convirtió en uno de los caballos de batalla de Trump durante la campaña presidencial a la Casa Blanca.
Chicago registró 762 homicidios en 2016, la cifra más alta desde los 796 de 1996, una época marcada por grandes tasas de criminalidad en las principales ciudades de Estados Unidos.
El entonces candidato puso a esta ciudad, la tercera más poblada del país después de Nueva York y Los Ángeles, como ejemplo de la violencia desatada en las urbes estadounidenses y de la que culpó a las políticas demócratas a nivel local y federal.
En respuesta a la advertencia de Trump, el comisario de la Policía de Chicago, Eddie Johnson, dijo que la ciudad está abierta a una mayor colaboración con el Departamento de Justicia, el FBI, la DEA y la Oficina de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego.
Según Johnson, las autoridades de Chicago, una ciudad gobernada por demócratas, buscan un «impulso» en las tasas de proceso penales federales por crímenes armados en la ciudad, especialmente luego de que las cifras de homicidios se dispararan en los últimos tiempos. Trump no ofreció detalles sobre cómo sería una eventual intervención federal, aunque muchas de las opciones posibles plantearían obstáculos prácticos y constitucionales.
La más directa y extrema, la intervención federal, se concretaría con el envío de tropas de la Guardia Nacional. Sin embargo, una ley federal que data de 1878 prohíbe el despliegue de tropas federales para cumplir con las tareas de la Policía nacional. Muy rara vez se invoca excepciones y suelen estar acompañadas de declaraciones de un Estado de emergencia.
El alcalde de Chicago y ex jefe de gabinete de Obama, Rahm Emanuel, también dio la bienvenida a una eventual ayuda del gobierno, pero pidió que se concrete en forma de más dinero para contratar a oficiales de seguridad y más recursos para seguir el flujo de armas ilegales en la ciudad, según una entrevista realizada el martes con la cadena de noticias locales WTTW. Emanuel también propuso una mayor ayuda federal para diferentes programas sociales.
«El gobierno federal puede ser un socio y, para ser honesto, no lo ha sido durante décadas», sentenció Emanuel, en un reconocimiento inusual de los fracasos de las políticas locales y nacionales, en manos de demócratas en los últimos años.
Pese al aparente acuerdo de Trump y Emanuel sobre la necesidad de una mayor cooperación, el mensaje en Twitter del flamante mandatario sobre Chicago se produjo apenas un día después de que el alcalde de esa ciudad criticara al presidente por preocuparse por el tamaño de la multitud en su toma de posesión.