El 2024 será recordado, entre otros puntos oscuros, por la profundización de un drama social que vive la Argentina: quienes alquilan a precios cada vez más impagables. Según encuestas de la agrupación Inquilinos Agrupados, uno de cada 4 inquilinos debió mudarse en los últimos 3 meses por no poder afrontarlo. Muchos vuelven a la casa de los viejos.
De este universo, el 94% tiene condiciones contractuales por fuera de la ley de alquileres. Bajo esa norma, rechazada por la administración de Javier Milei, sólo el 6% respondió haber tenido que mudarse por no poder hacer frente al pago del alquiler. Todo esto a pesar de la baja de la inflación oficial de los últimos meses, que vino a la par de la ausencia del Estado como controlador de las relaciones contractuales donde los inquilinos estan en desigualdad de condiciones respecto a propietarios.
«Lo que puede verse en los informes que fuimos elaborando durante todo el año, es que la «desregulación» de las condiciones para alquilar vivienda en Argentina, le dió herramientas al mercado inmobiliario para que sean ellos los que decidan como se alquila. Contratos cortos, actualizaciones por inflación cada 3 o 4 meses, y todos los gastos a cargo de los inquilinos. Se demuestra que son una corporación que necesitaba el fin de la ley de alquileres para aumentar su rentabilidad a costa del sufrimiento de inquilinos e inquilinas», apuntó Gervasio Muñoz, titular de Inquilinos Agrupados.
ALQUILAR EN VACACIONES ENERO 2025
— Inquilinos Agrupados (@InquilinosAgrup) January 1, 2025
Ushuaia mas caro que Roma y New York.
3 ambientes.
Todo enero.
4 personas
New York: $3.500.000
Roma: $1.300.000
Ushuaia: $4.800.000 pic.twitter.com/tkfmoO8Oel
La incidencia del alquiler en los inquilinos
Otro efecto de la administración de Javier Milei es que cada vez se debe destinar mayor cantidad de sueldo para abonar el alquiler: de acuerdo a los informes de Inquilinos Agrupados, el 44,6% de los ingresos totales del hogar se destina a pagar alquiler + expensas, estas últimas que subieron exponencialmente este año al amparo de la falta de control sobre las administraciones de consorcios. En edificios de CABA y primer cordón del conurbano, sin seguridad ni amenities, solo con encargados, las expensas de un departamento de tres ambientes pasaron de 20.000 pesos a principios de año, a 110.000 en diciembre.
«En aquellos alquileres que iniciaron en el 2024 la incidencia del gasto de alquiler de la vivienda en el presupuesto del hogar asciende al 44,6%. Esto explica la grave situación para poder llegar a fin de mes», remarcó Muñoz.
En este contexto, el 91% de los inquilinos afirmó tener que relegar varios gastos fundamentales para poder pagar el alquiler. En el 44,9% redujeron gastos en alimentos y en el 48,4% en salud. El 90% recortó salidas, espectáculos, restaurantes. El 84% ajustó en vestimenta. Sólo el 9% respondió no haber tenido que recortar ningún gasto. El futuro no es más alentador: el 87,8% de los inquilinos cree que tendrá dificultades para pagar el alquiler.
Volver a la casa de los viejos
Durante el 2024, la evolución del precio del alquiler en 2024 llegó a duplicar la inflación. Y sólo el 10% de los inquilinos está bajo las condiciones de la ley de alquileres, con plazo de 3 años y actualización anual por el Índice de Contratos de Locación.
La mitad de los inquilinos trabajan entre 9 y 12 hs por día. El 40% tiene más de un trabajo. Multiempleo, y trabajar más horas. El 31% está buscando trabajo y el 6,4% respondió haberse quedado sin trabajo en 2024. Casi un cuarto de los contratos de alquiler en la Argentina son por menos de un año.
En este contexto, hay un par de fenómenos que atraviesan este contexto. Por un lado, el crecimiento exponencial de los alquileres temporarios. El llamado ‘Efecto Airbnb’ que encarece los precios al dolarizarlos y fragmentarlos por plazos cortos. Baja la oferta para alquileres largos, y además genera subida de precios, en un mercado desregulado. El año pasado llegó a pensarse un proyecto de ley para actuar sobre esos temporarios, como se hizo en New York, pero con la administración de Jorge Macri la idea fue desechada.
Lo otro que sucede es el fenómeno de «vuelta a la casa de los viejos». Algo que no se daba en los años anteriores. Al mismo tiempo, se alarga la estadía de los hijos jóvenes que siguen viviendo en lo de sus padres. La Encuesta refleja que la edad promedio de emancipación hoy se encuentra entre los 26 y 30 años: «las condiciones laborales de los menores de 25 años y las exigencias del mercado inmobiliario -recibos de sueldo que tripliquen el valor del alquiler, antigüedad laboral- es la primera barrera de acceso al alquiler de vivienda».
El fenómeno social de «volver a lo de los viejos» fue revelado por Tiempo ya en marzo, y se repite en muchas otras personas que tienen trabajo e ingresos medios o bajos, que tuvieron que buscar en el hogar familiar un refugio ante los aumentos descontrolados tras la devaluación de diciembre y el DNU 70 del gobierno nacional que derogó la Ley de Alquileres y que pasó a «liberar» el mercado: ahora es todo un arreglo entre privados. Dueño-inquilino. Una relación que ya se sabe asimétrica.
Facundo S. alquilaba en el barrio porteño de Villa Pueyrredón, cerca de Agronomía. A principio de año pasó de valer $ 50 mil a casi $ 200 mil. Las expensas que pagaba ya estaban en $ 35 mil e iban en aumento. Todo en subida, menos sus ingresos. A pesar de que Facundo trabaja casi todo el día como jefe de compras de una firma de locales gastronómicos, en enero se vio obligado a tomar una decisión incómoda: volvió a vivir a la casa de sus padres.
«Era una locura, 250 mil pesos por mes más impuestos, básicamente todo mi salario se me iba a ir ahí, por eso decidí volver con mi familia. Además me pedían seguro de caución, ahora ya no quieren más garantía propietaria», contó Facundo a Tiempo.
Foto: Télam
Este año Facundo mudó sus pertenencias a una habitación en la casa de sus padres en Colegiales. Aporta para los gastos comunes, la comida y el sustento de su mascota, un pequeño gato. Sólo así le queda un resto para, de vez en cuando, salir a tomar una cerveza o compartir una comida.
«No tengo que pagar un alquiler, eso me dio un grado más de posibilidades de disfrute, de salir a tomar una birra con alguien, ningún lujo, en algún sentido siento que tengo el privilegio de tener un techo familiar, algo que mucha gente no tiene». Pero por otro lado le cae la sensación del paso atrás en su independencia: «una persona aspira, por los menos, a vivir solo, a mantenerse, tener una vida digna, es un retroceso importante».
Inquilinos en problemas
El aumento descontrolado de los alquileres tiene otras aristas: jubilados que van a vivir a lo de algún hijo/a, familias que se mudan a barrios o ciudades más alejadas.
«Los inquilinos e inquilinas no pueden pagar los alquileres, y ante las renovaciones y los precios desmedidos que se piden, la opción para los que pueden, es volver a vivir con sus padres», remarcó tiempo atrás Tamara Lescano, integrante de Inquilinos Agrupados.
Cuenta que las consultas ante esta situación se multiplicaron: «es muy angustiante, incluso compañeros de la agrupación tuvieron que volver a vivir con su familia, en alguna habitación con hijes y sus parejas, porque no podían afrontar los nuevos valores de los alquileres».
Expone casos de inquilinos a los que se les promete una renovación a determinado monto y a último momento los propietarios o inmobiliarias les piden mucho más dinero o incumplen la palabra. Con el decreto 70/23, las dificultades se exacerbaron. «Desregula los ajustes dentro de contrato, los plazos pueden ser los que se les ocurra al rentista, entonces se genera una incertidumbre y un miedo de no poder pagarlo más adelante».
Más números del drama de alquilar en la Argentina
- En los contratos firmados a partir del DNU, el plazo de 3 años ya sólo se presenta en el 10,3% de los casos. Como contrapartida, creció fuertemente la participación de contratos de alquiler más cortos. Aquellos con un período de duración menor o igual a 1 año representan el 23,4% de los casos. Y los contratos entre 1 y 2 años son ahora los más frecuentes, en un 66.5% de los casos relevados en diciembre.
- El 70% de los contratos tienen aumentos cada 3-4 meses. En promedio, 7 de cada 10 inquilinos/as que firmaron contrato en el 2024 tienen aumentos cada 3-4 meses..
- Aumentos por inflación. El 64% de los contratos actualizan el precio atado a la inflación. El 30% bajo el ICL..
- Endeudarse para comer: de los endeudados, el 65% es para pagar tarjetas de crédito, el 45% para comprar alimentos y el 20% para pagar el alquiler.
- Las expensas representan, en promedio, el 20% del alquiler. En el 2024 hubo un fuerte aumento de las expensas. Las administraciones de consorcio, otro sector sin ningún tipo de control, aprovecharon el DNU 70/2023 para trasladar arreglos, reparaciones, etc, a los inquilinos.
- La edad promedio de emancipación se encuentra entre los 26 y 30 años. «Las condiciones que exige el mercado inmobiliario para el ingreso al alquiler (garantías, recibo de sueldo en blanco, etc.) más los altos precios, hacen que los jóvenes, -con salarios bajos y alto porcentaje de desempleo-, estén imposibilitados de emanciparse», sostienen desde Inquilinos Agrupados.