Alicia Castro renunció este miércoles a su designación en la embajada de Rusia en rechazo a la postura del gobierno argentino con Venezuela durante la votación en la que se aprobó una denuncia por violaciones a los derechos humanos del gobierno de Nicolás Maduro.
Castro, quien fue designada para ocupar el cargo en Moscú pero pidió postergar la aprobación de su pliego por la pandemia, publicó una extensa carta en la que cuestionó el “dramático giro” de la política exterior. “No difiere en absoluto de lo que hubiera votado el gobierno de Macri”, cuestionó.
“Quiero agradecer al gobierno nacional, en especial a nuestra vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, por haberme honrado con la designación como embajadora en la Federación Rusa”, comienza Castro, quien no llegó a trasladarse porque la pandemia impidió los vuelos a ese país.
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“Hoy quiero presentar mi renuncia como embajadora, porque no estoy de acuerdo con la actual política de Relaciones Exteriores”, anunció al cuestionar el voto de Argentina en el Consejo de DDHH de la ONU.
“El voto de Argentina acompañando la Resolución del Grupo de Lima constituye un dramático giro en nuestra política exterior y no difiere en absoluto de lo que hubiera votado el gobierno de Macri. De hecho, el Grupo de Lima fue creado durante la restauración neoliberal por un grupo de gobiernos de extrema derecha, alentados y financiados por los Estados Unidos con dos objetivos explícitos: Promover un “Cambio de Régimen” en Venezuela -con idéntica matriz de los operados por EE. UU. en Oriente Medio- y desarticular el bloque regional”, explicó.
“Tenemos en consideración que, en un Frente, no todos pensamos igual”, señaló sobre el gobierno de Alberto Fernández, “pero confiamos en que, independientemente de las preferencias, iba respetar los principios rectores de No Intervención en los asuntos internos de otros estados, Resolución Pacífica de las Controversias, y el principio consagrado de Igualdad Jurídica de los Estados”.
“Nadie puede ignorar hoy que Venezuela está bajo asedio, sometido a un bloqueo criminal que priva al pueblo de medicinas, alimentos, insumos esenciales. Aportar a intensificar ese asedio es, por lo menos, irresponsable. Desde el golpe de estado perpetrado contra Hugo Chavez en abril 2002, no han cesado los intentos de golpe, magnicidio, sabotaje, desabastecimiento, acciones organizadas de violencia para promover el caos”, aseguró.
Sobre su renuncia, aclaró: “No podría seguir instrucciones de Cancillería que no comparto y que considero reñidas con el interés de la Nación. Quiero actuar con responsabilidad y transparencia; que nadie se preocupe o perjudique por mis declaraciones, ni conocer preocupaciones en off por los medios de prensa comerciales”, indicó.
“Mi posición y mi ideal de construcción de la Patria Grande es hoy, como fue durante los dos gobiernos Kirchner, y seguirá siendo, firme e inclaudicable. Siempre”, concluyó.