Las fotos de la semana muestran:
1) El gobierno nacional anunció que a fin de año cesa el programa Fútbol para Todos. De ahí en más, el que quiera ver fútbol, deberá pagar. Curioso: hay consenso en la mayoría de los periodistas (de clase media, con muy buen poder adquisitivo) de que es la medida correcta. ¿Y la ampliación de derechos? Se la llevó puesta el libre mercado.
Como ocurrió con tantas otras conquistas en estos últimos once meses. Cambiamos.
2) El Tribunal de Disciplina de la AFA le bajó el martillo a la Comisión Normalizadora presidida por Armando Pérez. De acá a poco, el bueno de Armando volverá con sus petates a Córdoba. Muchos dirigentes dicen públicamente que nunca debería haber salido de allí.
3) La misma degradada Comisión Normalizadora, sin embargo, descartó 44 proyectos presentados por diferentes entrenadores para dirigir a las Selecciones Juveniles y eligió para la Sub 20 a Claudio Ubeda, quien nunca dirigió juveniles y tampoco había presentado un plan. O sea, el próximo presidente de AFA tendrá técnicos elegidos por Pérez y compañía del equipo mayor (Edgardo Bauza), de la Sub 20 (Ubeda), de la Sub 17 (Alberto Micó) y de las Sub 15 y 13 (Rolando Bertolini). ¿No era que la Comisión sólo debía tomar decisiones que no fueran más allá de junio de 2017?
4) Los dirigentes de Primera se reunieron en Ezeiza para comer un asado y acordar el Estatuto de la Superliga. Mientras tanto, directivos del ascenso, sacudieron el ambiente al proponer un nuevo paro para el próximo fin de semana. Esta vez tendrán el apoyo de los clubes de Primera, que trinan porque el gobierno les pagó la última cuota del Fútbol para Todos con una quita del 30 por ciento. ¿Cómo se compatibilizan un proyecto tan ambicioso como la Superliga con la miseria franciscana que se exhibe hoy en el fútbol profesional?
5) La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dijo que no «recomienda el regreso de los visitantes a las canchas», y presentó un proyecto de ley para combatir la violencia en el fútbol. La receta es la misma de siempre: endurecer las penas. Es decir, volver a la receta de la ley contra la violencia en el deporte de Fernando De la Rúa que jamás sirvió para nada.
6) Daniel Angelici sigue operando a jueces federales y fiscales con buena repercusión, pero descuida el rancho propio. Los barras de Boca se le metieron en la concentración y apretaron a los jugadores ante la mirada atónita de la sociedad y la sorpresa de Guillermo Barros Schelotto, a quien, su supuesta perplejidad no lo exculpa. Si en verdad no sabía, pecó por ignorante. Si estaba al tanto, fracasó como conductor. En ambos casos, dejó en banda a sus futbolistas.
7) Volvió Fernando Niembro a la televisión con una larga entrevista a Bauza. Ahora sí estamos salvados. Ah en esa entrevista el Patón juró y perjuró que Argentina será campeona en Rusia 2018. Mientras no le pase lo mismo que a Angelici, quien en su campaña, prometió el regreso de Boca a Japón para el Mundial de clubes. ¿No es raro esto de prometer lo que no depende exclusivamente de uno mismo?
La película completa del año expresa:
1) La AFA se ha convertido en un nido de víboras. Los dirigentes se pican entre sí. Nadie confía en el otro. Todos suponen que el que tiene al lado, lo quiere cagar. La especulación está por encima de bien común. Es más, ya ni siquiera se sabe cuál es el bien común. Desde aquella fracasada elección de presidente de AFA (Segura 38 votos, Tinelli 38 votos), el espanto se instaló entre un montón de tipos que son incapaces de acordar. Lo único que está claro es que se vienen tiempos de definiciones: más pronto que tarde se confirmará que las elecciones para presidente de AFA se adelantarán para fines de noviembre o principios de diciembre de este año. Aquella hipotética fecha de junio de 2017 ya queda lejana. La inoperancia de Armando Pérez y sus laderos, lo hicieron posible.
2) Las barras siguen reinando en los clubes. No sólo a Boca sino a la mayoría de los que practican fútbol profesional. Frente a esto, el gobierno nacional presenta un proyecto para combatirlas, inviable, sin el respaldo de los dirigentes y, fundamentalmente, de los jueces de la Nación.
3) Muchos periodistas e hinchas se quejan de que el fútbol argentino no obtiene títulos desde hace 23 años. ¿Es serio? No. En lugar de llorar se debería celebrar que, a pesar del caos organizativo que se padece desde la muerte de Julio Grondona, Gerardo Martino y sus jugadores hayan llegado dos veces consecutivas a finales de Copa América luego de aquel subcampeonato mundial en Brasil. Es casi un milagro. Si fuera por los dirigentes que gobiernan, habría que empezar a temer por la presencia en Rusia 2018. Ojo, que lo que hoy son puteadas, mañana se pueden convertir en añoranzas. «
Siempre que llovió, paró, dicen los optimistas. Pero nunca nadie repara en la duración de la tormenta, el desastre que dejó ni en lo que costó recuperarse. El fútbol argentino todavía atraviesa un eterno tsunami que lo tiene de rodillas y que sólo dejará escombros.