A 50 días de la desaparición de Loan Peña, el niño correntino de cinco años de quien nada se sabe desde el 13 de junio, la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) difundió una dura carta para expresar su “profunda preocupación ante la alarmante situación por la desaparición de niños, niñas y adolescentes (NNyA) en nuestro país. En vísperas del día del niño, muchos NNyA argentinos estarán ausentes de sus hogares”.

El documento refleja números que dan cuenta de un fenómeno alarmante. Según datos del Registro Nacional de Información de Personas Menores Extraviadas (RNIPME) “las cifras de denuncias están en ascenso”. En 2021 se registraron 726 casos, 1935 en 2022 y 3115 en 2023. De las denuncias realizadas en 2023, 1905 NNyA fueron hallados y 1210 solicitudes de búsqueda aún continuaban vigentes al momento de la publicación del reporte. La mayoría fueron niñas adolescentes entre 13 y 17 años (67%).

“Es impactante el número. A nosotros nos sorprendió cuando hicimos la búsqueda. El RNIPME lo dice, pero también la Defensoría del Pueblo y otros como Missing Children alertan sobre esta situación. (…) Nos encontramos con un espectro de situaciones. Los niños más pequeños pueden ser sometidos a tráfico con sustitución de identidad, pero otros más grandes o adolescentes muchas veces se escapaban de la casa porque viven una situación de violencia o salud mental o consumo problemático. Así como no tenemos que olvidarnos de Loan, hay otros Loanes y nos parece importante reflexionar sobre eso”, dijo Javier Indart De Arza, presidente de la SAP, en declaraciones a radio Cadena 3.

“Esto es un fenómeno federal. Halando con los pediatras de distintas filiales, todos en algún momento reconocen que hubo algún Loan en las 24 provincias donde tenemos entrevistas con colegas. Eso es lo que preocupa”, remarcó el especialista.

“Una situación social inadmisible”

En la carta, la SAP apuntó a los casos de delitos más complejos, pero también a los distintos motivos por los que desaparecen niños, niñas y, sobre todo, adolescentes: “La venta, trata de personas y explotación laboral están presentes en este escenario. Así mismo, muchos de estos niños escapan de sus hogares por situaciones de violencia familiar. Desde el momento en que el niño o adolescente desaparece o abandona su domicilio, es una víctima. Invertir esta situación, victimizando a la familia y/o condenando a los NNyA, simplifica un fenómeno complejo que obedece a múltiples causales o reduce el origen del problema a una supuesta rebeldía, especialmente si se trata de un adolescente”.

El llamado de las y los pediatras apeló “a todos los sectores” para “poner fin a esta tragedia. No se puede ni se debe permanecer indiferente ante la desaparición de un niño o un adolescente. Es una situación social inadmisible”.

“Es responsabilidad de las autoridades locales, provinciales y del Estado en su totalidad, encontrar a todo NNyA con paradero desconocido”, reclamó la entidad, e instó “al fortalecimiento de las investigaciones judiciales y a las fuerzas de seguridad para que se efectúe un seguimiento de las instancias jurídicas e investigativas de los casos de niños extraviados aún sin resolución, a desarrollar un trabajo en red con instituciones públicas y privadas relacionadas con el tema, a sensibilizar, informar y concientizar a la sociedad sobre la gravedad de esta problemática y a difundir las fotos de los menores aún ausentes de sus hogares a través de los medios de comunicación. El momento es ahora.”

Semanas atrás, un gran número de pediatras –en su mayoría miembros de la SAP- se había pronunciado contra las políticas que hambrean a niñas, niños y adolescentes, por ejemplo mediante la no entrega de alimentos a comedores y merenderos.